Despido masivo en un banco: los trabajadores ayudaron a crear la IA que los dejó sin empleo

Una de las principales amenazas que representa la IA es la automatización de tareas repetitivas o predecibles

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Una empleada de un banco es despedida por culpa de la IA

Un banco de origen australiano ha pedido a algunos empleados que entrenen a una Inteligencia Artificial que podría acabar con sus puestos de trabajo. En concreto, ha sido una trabajadora de atención al cliente quien, sin saberlo, estaba entrenando a la herramienta que más tarde acabaría provocando su despido.

Ha sucedido en Commonwealth Bank, conocido como CBA. Allí, crearon su propia Inteligencia Artificial, denominada Bumblebee AI, un chat diseñado para responder a clientes del banco. Con esta herramienta, el banco podría prescindir de sus empleados cuyas funciones son la atención al cliente y la caja.

Este no es un ejemplo más de como la Inteligencia Artificial amenaza a diversos puestos de trabajo. La inteligencia artificial es una rama de la informática que busca crear sistemas capaces de realizar tareas que normalmente requieren de la inteligencia humana, como el reconocimiento de voz, la toma de decisiones, la resolución de problemas o el aprendizaje a partir de datos.

La IA es una herramienta presente en múltiples sectores, desde la medicina y la educación hasta la industria y los servicios.

No obstante, este rápido desarrollo también ha generado preocupación por su impacto en el mercado laboral. Una de las principales amenazas que representa la IA es la automatización de tareas repetitivas o predecibles, especialmente en sectores como la manufactura, el transporte o la atención al cliente.

Los robots y algoritmos son capaces de realizar estas actividades con mayor rapidez, precisión y sin necesidad de descanso, lo que lleva a una reducción de la demanda de mano de obra humana, provocando despidos.

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Cómo la Inteligencia Artificial acabó con la experiencia de una empleada de más de 60 años

Lo cierto es que la IA no solo afecta a los empleos denominados de baja cualificación. Cada vez más profesiones técnicas o administrativas, como contables, analistas de datos, entre otros, se ven influenciadas por sistemas capaces de procesar información a gran velocidad y generar resultados precisos.

La IA que entrenó provocó su despido

Durante más de dos décadas, Kathryn Sullivan tuvo un puesto totalmente estable en el Commonwealth Bank of Australia (CBA). A sus 63 años, y tras 25 años de servicio en la entidad, su trayectoria dio un giro inesperado cuando la Inteligencia Artificial entró en escena. Su trabajo como cajera y asesora de atención al cliente acabó después de un despido inesperado.

En los últimos meses de su carrera, Sullivan fue asignada a un nuevo proyecto interno del banco, denominado Bumblebee AI, un sistema de Inteligencia Artificial diseñado para responder automáticamente a los clientes. Su tarea consistía en redactar respuestas, supervisar las conversaciones y corregir los errores del chatbot.

Lo que parecía una oportunidad de innovación tecnológica se transformó pronto en el motivo de su despido, es decir, el mismo sistema que ayudó a entrenar acabaría reemplazando su puesto.

CBA despidió a 44 empleados

En julio de 2025, el CBA anunció una reducción de personal que afectó a Sullivan y a otros 44 empleados. La noticia la tomó completamente por sorpresa. En una entrevista para el medio Daily Mail, la protagonista se ha pronunciado: «Quedé totalmente en estado de shock, al igual que mi compañera. Nos sentimos como si fuéramos solo un número. Sin querer, entrené a un chatbot que terminó quitándome el trabajo».

El banco australiano reconoció posteriormente que los despidos habían sido un error. Tras las salidas del personal, el número de quejas y llamadas de clientes aumentaron significativamente, dejando claro que la IA aún no puede replicar la empatía y comprensión humana.

Inteligencia artificial despido Australia
El chatbot no funcionó como se esperaba y provocó muchas quejas

Aunque el CBA ofreció reincorporar a los trabajadores despedidos, Sullivan rechazó la propuesta. Aseguró que las nuevas condiciones no se comparaban con su antiguo puesto y que la experiencia la había dejado con una sensación amarga sobre el futuro del empleo. Por lo tanto, aceptó la indemnización y terminó su carrera en la entidad bancaria.

Esta historia deja una lección clara: la tecnología puede ser un aliado, pero también una amenaza cuando se olvida del valor humano que hay detrás de ella. Entrenó a una inteligencia artificial que provocó su despido, demostrando que la automatización sin empatía ni planificación puede tener un alto costo social.

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