José Elías (La Sirena), sobre los impuestos: «Alguien debería justificar en qué se gastan»
El empresario español José Elías. Foto: José Elías en LinkedIn
El empresario catalán José Elías, propietario de Audax Renovables y del grupo de congelados La Sirena, ha vuelto a encender el debate sobre la presión fiscal y el trato a los empresarios en España. En una publicación reciente en LinkedIn, el multimillonario ha cuestionado la gestión de los recursos públicos y ha denunciado lo que considera un clima de desconfianza institucional hacia quienes generan empleo.
En su mensaje, Elías comienza lanzando una afirmación contundente: “Tengo empresas en ocho países, y solo en España tengo que demostrar mi inocencia.” Según explica, su grupo empresarial, presente en buena parte de Europa, opera sin los mismos niveles de control o sospecha que, asegura, sufre en España.
“En España se parte de la base de que el empresario es un explotador”, lamenta. Una frase que ha generado miles de interacciones y que, una vez más, sitúa al empresario en el centro del debate público sobre la relación entre el sector privado y la Administración.
Elías, considerado uno de los hombres más ricos de Cataluña y conocido por su tono directo y sin filtros en redes sociales, denuncia que el sistema español parece penalizar a quienes crean riqueza. En su opinión, la desconfianza institucional y la presión burocrática dificultan la iniciativa privada y desincentivan el emprendimiento.
“Estoy a favor de pagar impuestos, pero quiero saber en qué se gastan”
Lejos de posicionarse en contra del sistema fiscal, el empresario matiza que “cree en contribuir y en sostener el sistema”, pero subraya que el problema está en la falta de transparencia. “Alguien debería justificar en qué se gasta”, señala. Elías asegura estar “cansado de dos cosas: de darles mi pasta para que se la fulminen y de que me traten como a un criminal por defecto.” Su crítica, más que al hecho de pagar impuestos, apunta al uso de esos recursos por parte del Estado y a la gestión política del dinero público.
El empresario denuncia así lo que considera una falta de rendición de cuentas, en la que los contribuyentes no tienen mecanismos efectivos para conocer el destino de su esfuerzo fiscal. Su mensaje conecta con una sensación compartida por muchos autónomos y pymes que reclaman mayor eficiencia en la gestión pública.
Uno de los fragmentos más polémicos de su publicación llega cuando afirma que “un inspector puede cobrar un bonus solo por abrirte una inspección, aunque luego no encuentren nada”. Según Elías, esta práctica genera incentivos perversos que fomentan la persecución y el miedo más que la justicia fiscal. “Pagas, creas empleo, cumples y aun así parece que tengas que pedir perdón por hacerlo”, resume el empresario, quien insiste en que el sistema actual no premia el cumplimiento ni reconoce el esfuerzo del tejido productivo.
Desde hace años, distintos sectores empresariales han pedido revisar los mecanismos de incentivos en la Agencia Tributaria, argumentando que el modelo basado en objetivos puede incentivar actuaciones excesivamente agresivas o arbitrarias.
Una llamada a cambiar la narrativa sobre el empresario
Más allá de las críticas, Elías también lanza un mensaje conciliador. “Ni los empresarios somos explotadores en general, ni los sindicalistas son vagos en general. Hay que analizar caso a caso”, afirma, en un intento de rebajar la tensión entre los distintos actores del mercado laboral.
El multimillonario sostiene que en España existe una cultura de sospecha hacia el éxito económico, lo que, en su opinión, impide que más personas se animen a emprender o invertir. “Así no se anima a nadie a emprender. Ni a quedarse”, concluye en tono pesimista, dejando entrever su frustración con el entorno económico nacional.
La reflexión coincide con un contexto en el que la fuga de talento y de capital preocupa cada vez más al tejido empresarial español. Algunos directivos alertan de que la combinación de altos impuestos, inseguridad jurídica y exceso de burocracia está restando competitividad al país frente a otros mercados europeos.

La respuesta del ecosistema empresarial
Las palabras de José Elías han generado una intensa discusión en redes profesionales. Muchos usuarios, incluidos emprendedores y altos directivos, han respaldado su postura, afirmando que España necesita una reforma profunda de su relación con las empresas.
Otros, sin embargo, han recordado que las inspecciones y los impuestos son herramientas esenciales para sostener el Estado del bienestar, y que el cumplimiento fiscal debe ser igual de exigente para todos, independientemente del tamaño de la empresa.
Pese a la división de opiniones, el mensaje de Elías ha servido para reabrir un viejo debate sobre la percepción social del empresario y el papel que debe desempeñar el sector privado en la construcción de un país más próspero y equitativo.
Un perfil cada vez más visible
José Elías, de 48 años, es uno de los empresarios más mediáticos de España. Fundador del grupo energético Audax Renovables, también controla la cadena de congelados La Sirena y ha sido uno de los protagonistas del auge de las energías renovables en el país. Con una fortuna estimada en más de 600 millones de euros, se ha convertido en un referente del nuevo empresariado catalán.
En los últimos años, Elías ha utilizado su perfil en LinkedIn para compartir mensajes directos sobre fiscalidad, burocracia y cultura empresarial, que a menudo generan titulares por su tono crítico y su defensa del esfuerzo individual. Su estilo —a medio camino entre el discurso empresarial y el activismo económico— lo ha convertido en una figura polarizadora, pero también en una de las voces más seguidas del ámbito corporativo español.
El eterno debate sobre los impuestos y la confianza
El alegato de José Elías no solo refleja el malestar de un empresario concreto, sino una tensión estructural entre el poder público y el privado en España. Mientras el Estado insiste en la necesidad de recaudar más para mantener los servicios públicos, buena parte del empresariado pide mayor transparencia, incentivos al cumplimiento y menos criminalización del éxito.
En un país donde la confianza mutua entre administración y empresas sigue siendo frágil, el mensaje de Elías resuena con fuerza: “Estoy a favor de pagar impuestos, pero quiero saber en qué se gastan.” Una frase que, más allá de la polémica, pone el foco en una cuestión clave: la necesidad de reconstruir la confianza entre quienes generan riqueza y quienes gestionan sus frutos.