El milagro de los 10.000 millones: los únicos dos números que repitieron El Gordo

A pesar de la superstición que apunta a no comprar un décimo que ya se ha llevado el Gordo en otra ocasión, la Lotería de Navidad cuenta con dos excepciones que rompen la regla

Lotería de Navidad 2024 Gordo

En 2024, ‘El Gordo’ terminó en 80

Con el Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad a la vuelta de la esquina, miles de españoles se desesperan a la espera de responder a la gran pregunta: ¿Será mi décimo el agraciado que se lleve el Gordo? Una pregunta ante la que miles de españoles tiran de ilusión con el objetivo de encontrar alguna respuesta estadística en una cuestión puramente de azar.

Una pregunta que, del mismo modo, no será resuelta hasta el mediodía del 22 de diciembre, cuando ya se sabrá a ciencia cierta que décimos se llevarán algo de dinero, que décimos se llevarán una cantidad considerable… y cuál será el número que se lleve el ansiado Gordo. Una posibilidad que no por improbable detiene la ilusión navideña que impregna este día.

El milagro del premio Gordo de la Lotería de Navidad… que miles de españoles esperan repetir

Como todo el mundo sabe, el año pasado el número agraciado fue el 72.480, que se vendió íntegramente en Logroño, aunque también se repartió en participaciones en un club deportivo de Madrid. Y es que pese a la existencia de todo tipo de conjeturas y predicciones, ninguna herramienta ni algoritmo puede anticipar el número ganador, ya que cada combinación parte con las mismas opciones.

La ilusión compite con la estadística, que más allá de la dificultad en sí misma, indica que es prácticamente imposible que un número vuelva a repetir El Gordo, pero la historia del sorteo demuestra que lo imposible ya ha ocurrido. Y es que en los más de 200 años de historia, solo dos números han conseguido ganar el primer premio en dos ocasiones, un hecho que desafía de forma directa la lógica matemática del sorteo.

Para remontarnos al primer número que logró esa proeza tenemos que viajar prácticamente medio siglo atrás. Y el número en cuestión no es otro sino el 15.640, que fue agraciado con el Gordo por primera vez en 1956 y que volvió a repetir como primer premio en 1978. Un milagro tan increíble como poco probable, ya que la probabilidad de que un número salga una vez es de una entre 100.000, pero que lo haga dos veces eleva el cálculo a una posibilidad de una entre 10.000 millones, una cifra que explica por qué este suceso se considera un auténtico milagro navideño.

Sin embargo, si un milagro ocurre una vez, puede ocurrir dos, ya que, años después, otro número volvió a romper las estadísticas. Se trata del 20.297, que fue premiado con el Gordo por primera vez en 1903 y que, contra todo pronóstico, volvió a salir como número ganador en 2006, un siglo y tres años más tarde. Con estos dos casos, la Lotería de Navidad cuenta únicamente con dos números que han logrado el primer premio en más de una ocasión, un dato que refuerza el carácter excepcional de ambos acontecimientos.

Un golpe de fortuna que no interfiere en la estadística real del sorteo de la Lotería de Navidad

Ahora sí, es importante poner un poco de lógica en este sentido tanto para bien… como para mal. Y es que, pese a estos antecedentes históricos, números como el 15.640 o el 20.297 tienen las mismas probabilidades de salir el 22 de diciembre que cualquier otra combinación, ya sea el 11.111 o el 00.012, por lo que tener un número que ya haya salido no te da ni más ni menos probabilidad de llevarte el gran premio.

A pesar de ellos, muchos jugadores tienden a descartar números que ya han sido premiados recientemente, convencidos de que “no pueden volver a salir” una percepción que no tiene respaldo matemático y que la divulgadora Raquel Mascaraque explica como un fenómeno que detalla cómo la superstición influye en la elección de los números de la Lotería de Navidad.

Según la experta, “el cerebro tiende a pensar que las cosas buenas son más probables de lo que realmente son”. Este sesgo se intensifica cuando el resultado no está bajo nuestro control, como ocurre en un sorteo. En esos casos, la mente crea ilusiones de control que llevan a pensar que un número tiene más opciones por haber dado suerte antes, por comprarse en una administración concreta o por coincidir con fechas personales significativas, como cumpleaños o aniversarios.

Por ello, si nos ceñimos a la más pura matemática, los casos del 15.640 y del 20.297 son excepciones absolutas, episodios únicos que no cambian las reglas del juego, pero que alimentan la mística de la Lotería de Navidad. Son ejemplos reales de cómo, en un sorteo puramente aleatorio, la estadística puede verse desafiada de forma extraordinaria, sin que ello implique que vuelva a suceder.

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Diego Sánchez Aguado

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