El teletrabajo acaba con el empleo de 1.000 empleados en un banco: despedidos por falta de productividad
El comunicado oficial subraya que la decisión busca salvaguardar la organización y la confianza, aunque la resolución se ha efectuado en un contexto de beneficios récord

El portal permite saber si las ofertas admiten el teletrabajo.
El banco Itaú, la mayor entidad financiera privada de Brasil se encuentra inmerso en un proceso de escarnio público tras despedir a 1.000 empleados por motivos de baja productividad detectada durante el teletrabajo.
En septiembre de 2025, Itaú anunció la finalización del contrato de cerca del 1% de su plantilla –un total de 1.000 trabajadores sobre 100.000 — tras una auditoría interna de seis meses que monitoreó la actividad de sus empleados en modalidad híbrida y remota.
Mediante programas informáticos de control y registro, la dirección del banco analizó el tiempo de conexión, las pausas realizadas y la interacción con aplicaciones laborales, concluyendo que un grupo de trabajadores destinaba poco más del 20% de su jornada a actividades productivas, frente a la media de la compañía, situada en torno al 75%.
Las pruebas de monitoreo sirvieron de base para justificar los despidos, que se efectuaron sin previo aviso ni diálogo previo, según denuncian los sindicatos.Itaú defendió la medida alegando comportamientos “incompatibles con los principios basados en la confianza”, advirtiendo que el uso del teletrabajo requiere resultados alineados con la cultura de la empresa.
El comunicado oficial subraya que la decisión busca salvaguardar la organización y la confianza, aunque la resolución ha resultado particularmente controvertida por efectuarse en un contexto de beneficios récord, con 6.400 millones de euros obtenidos en el último ejercicio.
Despido por baja productividad: teletrabajo
Los sindicatos y asociaciones de trabajadores han reaccionado con firmeza frente al caso Itaú, denunciando criterios “arbitrarios y deshumanos”, ausencia de advertencias, falta de oportunidad para corregir conductas y nula consideración de factores como reuniones fuera de sistemas, revisión de documentos impresos, interrupciones técnicas o problemas de salud.
Desde la Federación de Bancarios de São Paulo, se exige readmisión de los afectados y una negociación transparente que establezca estándares claros para la medición de la productividad en entornos remotos.
El caso Itaú relanza viejas y nuevas preocupaciones sobre la precarización del empleo y el impacto de la transformación digital en la relación entre trabajadores y empresas. La intensificación de la vigilancia informática, habitual en grandes bancos y multinacionales que buscan optimizar sus procesos tras la pandemia, plantea dilemas sobre la legitimidad, la protección de la intimidad y las garantías laborales en el teletrabajo, un modelo que llegó para quedarse en gran parte del sector financiero global.
Varias entidades bancarias han reincorporado paulatinamente trabajadores a la oficina, revisando sus modelos de trabajo híbridos y reforzando la evaluación del rendimiento mediante aplicaciones especializadas, encuestas y análisis de datos.
Los expertos advierten que la falta de comunicación, capacitación y soporte puede distorsionar la productividad real, mientras las métricas puramente informáticas corren el riesgo de obviar circunstancias personales y profesionales clave.
El argumento de la empresa, centrado en preservar el bienestar y la rentabilidad, se contrapone al temor de los sindicatos a una progresiva normalización del despido por criterios exclusivamente digitales, sin considerar la dimensión humana y organizativa que exige el teletrabajo.