La Unión Europea declara la guerra a los vehículos tradicionales y apuesta por los coches eléctricos

La industria automovilística aporta cerca de un billón de euros al PIB europeo, con más de 13 millones de puestos de trabajo asociados

La Unión Europea declara la guerra a los vehículos tradicionales y apuesta por los coches eléctricos

La Unión Europea declara la guerra a los vehículos tradicionales y apuesta por los coches eléctricos

La Comisión Europea ha presentado una ambiciosa propuesta para modernizar y reforzar las normas de inspección técnica de vehículos en la Unión Europea, con el objetivo de adaptarlas a los desafíos de la movilidad actual y futura. 

El paquete de medidas, busca ajustar los controles a la creciente presencia de coches eléctricos y sistemas avanzados de asistencia al conductor, al tiempo que endurece la vigilancia sobre los vehículos más antiguos, considerados un factor de riesgo tanto para la seguridad vial como para el medio ambiente.

Adaptación a la revolución tecnológica y eléctrica

El auge de los vehículos eléctricos y la rápida incorporación de tecnologías emergentes, como los sistemas avanzados de asistencia a la conducción, han dejado obsoletas las normativas de inspección técnica vigentes, que no se actualizaban desde 2014. 

La Comisión reconoce que la movilidad ha cambiado radicalmente en la última década y que es imprescindible que las inspecciones técnicas estén a la altura de estos avances

Por ello, la propuesta incluye la introducción de pruebas específicas y mejoradas para coches eléctricos, así como la verificación de la integridad del software y los sistemas electrónicos de seguridad, elementos que son ya fundamentales en los automóviles modernos.

Coche eléctrico Tesla
Coche eléctrico de Tesla. Foto: Archivo.

Revisión anual obligatoria para vehículos viejos

Uno de los puntos centrales de la propuesta es la obligatoriedad de revisiones técnicas anuales para coches y furgonetas de más de diez años. 

Aunque esta medida ya está implantada en países como España, no ocurre lo mismo en toda la Unión Europea. Bruselas pretende así homogeneizar la normativa y reforzar el control sobre una flota envejecida que, aunque minoritaria, es responsable de una parte desproporcionada de los accidentes y emisiones contaminantes. 

El envejecimiento del parque automovilístico europeo, junto con la manipulación fraudulenta de cuentakilómetros, son dos de los problemas que la Comisión quiere atajar con este paquete normativo.

Lucha contra la contaminación con los coches eléctricos

La propuesta también contempla la introducción de métodos avanzados de prueba de emisiones, capaces de detectar vehículos altamente contaminantes, incluidos aquellos manipulados para superar los controles

El objetivo es reducir la contaminación por partículas finas y óxidos de nitrógeno (NOx), y avanzar hacia un aire más limpio en las ciudades europeas. Además, se plantea la creación de bases de datos nacionales y europeas para registrar las lecturas del odómetro, facilitando el intercambio transfronterizo de información y dificultando el fraude en la compraventa de vehículos usados.

Bruselas propone la digitalización de los certificados de matriculación y de inspección periódica, así como la simplificación de los procesos administrativos y el intercambio de datos entre países. 

Recarga de un coche eléctrico. Foto: Freepik.
Recarga de un coche eléctrico. Foto: Freepik.

Esto permitirá, por ejemplo, que los ciudadanos que residan temporalmente en otro Estado miembro puedan realizar las inspecciones técnicas de sus vehículos sin trabas burocráticas, y que las ITV realizadas en un país sean reconocidas en toda la Unión durante al menos seis meses.

El comisario de Transporte Sostenible y Turismo, Apostolos Tzitzikostas, ha subrayado que estas medidas forman parte del compromiso de la UE para reducir en un 50% el número de muertes y lesiones graves en carretera de aquí a 2030, y para mejorar la calidad del aire en las ciudades. Según las estimaciones de la Comisión, la revisión legislativa podría evitar unas 7.000 muertes y prevenir alrededor de 65.000 lesiones graves entre 2026 y 2050. La propuesta debe ser ahora negociada y aprobada por el Parlamento Europeo y el Consejo. 

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