Los conductores insatisfechos encumbran al ‘crossover’ como el rey de Europa

En 2015 se vendieron 3,2 millones de unidades de estos vehículos ¿Pero dónde radica su éxito? ¿En qué se diferencian del todoterreno tradicional? Los expertos responden

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En 2015 se convirtió en el rey del continente. El crossover subió al primer cajón del podio entre los segmentos de vehículos más vendidos en Europa. Aun así, para muchos este SUV o todoterreno urbano sigue siendo una incógnita. ¿En qué se diferencia de un 4×4 tradicional? ¿A qué se debe su éxito?

Aunque su apariencia exterior puede confundir, el precio –dentro de la variedad de modelos, resulta más económico que un Jeep de toda la vida—y las posibilidades en la conducción definen a este tipo de coches.

«Son vehículos que te permiten salir de la carretera, tomar algunos caminos y pistas forestales, pero sin llegar a tener unas altas prestaciones en estas vías», señala Francesc Garriga, ingeniero con una larga experiencia en el mundo del motor.

Los números lo dicen todo: 3,2 millones de unidades vendidas y una cuota de mercado del 22,5% en los concesionarios europeos, según los datos de la firma especializada Jato Dynamics. Unas cifras que, de acuerdo a los expertos consultados, responden a la capacidad de adaptación de estos modelos a las necesidades del nuevo conductor.  

«Necesidades asimétricas»

«El crossover de algún modo racionaliza los todoterrenos clásicos con las prestaciones de un turismo», explica Vicenç Aguilera, presidente del Clúster de la Indústria d’Automoció de Catalunya y máximo responsable del Circuito de Montmeló. Aunque mantiene esos espacios grandes, sobre todo en la parte trasera, que tanto gustan a las familias, el crossover está hecho para adaptarse perfectamente a la conducción urbana.

«En el fondo responde a las necesidades asimétricas del nuevo cliente», apunta Aguilera. Esto es, las de contar con un coche que cumpla con nota en el día a día de la ciudad pero que también se comporte en las escapadas de fin de semana. Sin dejar de lado la «sensación de dominio», señala Garriga, del 4×4 tradicional, que aporta una conducción mucho más alta que la del turismo.

Aun así, y como ocurre con cualquier tendencia comercial, el sector reconoce el efecto moda en el auge de estos vehículos en los últimos años. «El turismo ha perdido un poco de carisma y las marcas han sabido llenar este hueco», argumenta Aguilera.

Modelos donde elegir

Otro factor decisivo ha sido la amplia variedad del catálogo crossover que los fabricantes han ido llenando a través de la creación de subsegmentos. Entre ellos el más popular es el de los SUV compactos. Modelos más bien pesados pero que se han vendido como churros en el último año (1,28 millones de unidades en Europa).

Dentro de esta categoría destaca el líder y pionero –se lanzó al mercado en 2007—Nissan Qashqai. Por detrás, modelos como el Volkswagen Tiguan y el Kia Sportage. Y al acecho, la nueva apuesta de la firma española Seat, el Ateca.

Del otro lado figuran los SUV small, o el subsegmento de crossover más pequeños. Con cifras igualmente espectaculares (1,2 millones de ejemplares vendidos), posicionado en el primer lugar aparece el Renault Captur, seguido del Oppel Mokka y el Peugeot 2008.

Economía Digital

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