Nuevas pistas para resolver el enigma de Banksy

A través del libro ‘Banksy’ la periodista Alessandra Mattanza recorre las obras del artista urbano más enigmático y analiza su impacto en el arte y la sociedad

Banksy, el artista que cambió las reglas del arte urbano. Foto Editorial Prestel

¿Cómo hablar del artista urbano más famoso al que nadie le conoce la cara? ¿Es posible escribir una biografía de Banksy sin poder entrevistarlo, o sin poder llegar hasta sus familiares y amigos porque nadie sabe quiénes son?

Sí, es posible si se encara por el análisis del personaje más que de la persona. Y esa es la idea de la periodista y fotógrafa Alessandra Mattanza en su libro Banksy (Prestel), quien ya demostró sus conocimientos del mundo de los graffitis y estarcidos en Street Art: Famous Artists Talk About Their Vision (Arte urbano: artistas famosos hablan sobre su visión).

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No importa quién es Banksy

Ese planteamiento ya es compartido en el prólogo por John Brandler, importante galerista de Londres vinculado con el arte urbano, y con varias obras de Banksy en su catálogo.

Para este experto, más que preguntarse ‘¿Quién es Bansky?’ hay que reflexionar sobre ‘¿Qué es Banksy?’, porque -dice- su arte “es más importante si es blanco o negro, bajo o alto, amable o desagradable”.

“El arte de Banksy es más importante que si es blanco o negro, bajo o alto, amable o desagradable”.

John Brandler, galerista
Sus obras están cargadas de ironía contra el poder. Foto Editorial Prestel

En las 240 páginas de este libro de gran formato Mattanza realiza un perfil del artista británico (se supone que nació en Bristol, pero quién sabe) a través de sus trabajos más famosos, así como de diferentes actitudes e iniciativas que no solo han cimentado su fama mundial, sino que han reforzado su actitud de anarquismo artístico; como la autodestrucción del cuadro de la niña con el globo en forma de corazón en medio de una millonaria subasta.

Más que una cara, es un mensaje

“Banksy no es una cara, es un mensaje”, precisa la autora, quien “a través de palabras, estarcidos, ideas e imágenes golpean el corazón, llevan a la reflexión y pone a la sociedad en un aprieto; a la que critica por el obsesivo control de los gobiernos, los abusos y las injusticias”, escribe.

Obra creada en el muro levantado por Israel en Palestina. Foto Editorial Prestel

También analiza las ‘mascotas’ que Banksy usa en sus obras, principalmente las ratas, a las que se le asigna un significado revolucionario “pero también de curiosidad y diversión”; así como los chimpancés (como la recreación de la reina Isabel II con rostro de simio), elefantes, perros, vacas y ovejas (a las que pintó como si tuvieran los uniformes de los prisioneros de los campos de concentración nazis).

Contra el poder, la ironía

Mattanza pone la lupa en la actitud contestaria contra el poder por medio de la ironía, ya sea como contraposición ante el arte formal o burlándose de las fuerzas de seguridad, con los antidisturbios con la cara feliz o los bobbies británicos enlazados en un apasionado beso.

Y la lista puede ser larga: frases como “¿Y tú que miras?” escritas junto a una cámara de vigilancia, figuras a tamaño real de espías con gabardina y gafas en una cabina de teléfono, policías buscando armas en niños o el albañil que rompe una de las estrellas de la bandera de la Unión Europea, mural de gran tamaño pintado en Dover.

Con el arte critica la situación política en Palestina. Foto Editorial Prestel

La autora analiza el significado de las ratas en las obras de Banksy y cómo su ironía se convirtió en su mejor arma contra el poder

La crítica mordaz al consumismo está en el montaje de la niña vietnamita atacada con napalm con Mickey Mouse y Ronald McDonald, los neandertales que atacan una manada de carros de supermercado y los personajes del Libro de la Selva a punto de ser decapitados por un verdugo (campaña auspiciada por Greenpeace).

Campaña realizada con Greenpeace. Foto Editorial Prestel

Ángeles y románticos

No es que Banksy sea un romántico o religioso, pero su arte rebelde también hay lugar para ángeles pero de estética punk o disfrazados de ladrones, así como para jóvenes enamorados que se seducen desde escafandras y de parejas que prefieren ver sus móviles a dialogar.

Mattanza también muestra el trabajo de Banksy como decorador en un hotel de Belén, a metros del muro impuesto por el gobierno israelí, toda una declaración de principios ante la intolerancia y la discriminación.

“Aunque lo quiera o no, Banksy se ha convertido en un modelo y en un sueño para las nuevas generaciones de artistas urbanos, así como para jóvenes, activistas y para quienes creen en el poder de las ideas”, explica Mattanza.

Nadie sabe quién es Banksy. Pero con este libro sí podemos tener luz sobre qué significa ser Banksy.

a.
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