Dave Grohl: las memorias de una vida dedicada al rock más auténtico

Batería de Nirvana, líder de Foo Fighters, ocasional cineasta: en el libro ‘The Storyteller’ Dave Grohl recuerda los pasos que lo llevaron a la cumbre del rock

Grohl lleva más de 30 años al frente de los Foo Fighters. Foto Natalia Espina - EFE

Grohl lleva más de dos décadas al frente de los Foo Fighters. Foto Natalia Espina | EFE

Dave Grohl demostró con los años que es mucho más que ‘el batería de Nirvana’. Aunque la meteórica y explosiva carrera del trío liderado por Kurt Cobain fue una bisagra que cambió su vida, este músico logró reinventarse y surfear en las olas del rock por más de tres décadas sin renunciar a su pasión por la música.

Este músico que se inició con la batería y que desde mediados de los ’90 está al frente de los Foo Fighters como cantante, guitarrista y compositor, pertenece a esta estirpe de artistas polifacéticos que aprendieron en la universidad de la vida, que le temen al aburrimiento más que a la muerte.

Porque Grohl demostró en sus videos que tiene tela como actor –a ver cómo les va con su film de terror Studio 666-, realizó el interesante documental What Drive Us, sobre la vinculación de las bandas con las giras en furgonetas-, y ahora también se anima a escribir sus memorias.

La otra cara de ser una estrella de rock

Y es un libro recomendado no solo para los seguidores de Nirvana o Foo Fighters, sino para todas aquellas personas interesadas en conocer la faceta humana de uno de los protagonistas del rock de las últimas décadas.

En The Storyteller. Historias de vida y música (Editorial Cúpula) Grohl repasa su vida cuando todavía le quedan –esperemos- varios años más componiendo, dejándose la piel en los escenarios y explorando nuevos caminos artísticos.

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“Aunque nunca he sido los que coleccionan cosas, sí colecciono momentos”, dice Grohl en el prólogo, donde apunta que su vida no la evoca por años sino por avances musicales: “para recordar un momento y un lugar en concreto, mi mente vuela a canciones, álbumes y bandas”.

Aunque nunca he sido los que coleccionan cosas, sí colecciono momentos. Para recordar uno, mi mente vuela a canciones, álbumes y bandas”.

Dave Grohl

La revelación del punk y Scream

La primera parte del libro es un recorrido cronológico por su vida y sus primeros pinitos en la música, desde que era un chico tímido de Virginia hasta la revelación por el punk a los 13 años gracias a su prima Tracey: “ese fue el primer día del resto de mi vida”, recuerda.

Nirvana, la banda que cambió la vida de Grohl. Foto: Nirvana.com

De allí lleva al lector a su incorporación como batería en Scream, una de sus bandas favoritas, donde estuvo un par de años malviviendo en una furgoneta helada y alimentándose con salchichas rebozadas compradas en gasolineras.

Y llegamos a Nirvana, que ya habían grabado Bleach, tenían su legión de seguidores en la Costa Este de EEUU, y Grohl supo encajar “con mis redobles de Neanderthal” en la fórmula que Kurt Cobain moldeaba seguido por Krist Novoselic.

La carrera fugaz y explosiva de Nirvana

“Siempre sabía cuando tenía que entrar al ver cómo la sucia zapatilla Converse de Kurt se estaba acercando al pedal de distorsión y, justo antes que lo pisara, yo explotaba en un redoble simple con todas mis fuerzas, como la mecha que se quema hacia una bomba que señala el cambio”, recuerda.

A pesar del creciente éxito, Cobain y Grohl se hacinaban en un piso sucio y tapizado de latas de cerveza, vendían muchos discos pero tenían sus carteras vacías.

Hasta que llegó Nevermind, MTV y la rotación de Smells Like Teen Spirit, canción que “se extendió como la pólvora y comenzó a quemar todo nuestros cimientos”.

El camino a la fama mundial fue demasiado rápido, una montaña rusa sin barra de seguridad con varios conciertos que terminaron en batallas campales y Cobain preso de una espiral de autodestrucción y heroína que lo llevaría al suicidio.

La reinvención con los Foo Fighters

Fueron tres años que quedaron grabados a fuego en Grohl, que supo salir adelante y dar rienda suelta a su creatividad como líder de los Foo Fighters.

Cada concierto de Foo Fighters dura más de tres horas. Foto: Marcelo Sayão | EFE.

La segunda parte de The Storyteller es un mosaico de recuerdos de una carrera quizás no tan explosiva como la de Nirvana, pero sí en constante ascenso, hasta llegar a ser un grupo de estadios en toda regla.

A pesar del éxito a Grohl le siguen temblando las piernas cuando se encuentra con Paul McCartney, Little Richard o los AC/DC

A pesar del éxito a Grohl le siguen temblando las piernas y se queda sin habla cuando se encuentra y toca con aquellos músicos que eran sus ídolos y ahora son sus colegas, como Paul McCartney, los AC/DC (divertidísima la anécdota del Beatle y los duros australianos bailando con una orquesta de vientos de Nueva Orléans), Little Richard, Joan Jett o Tom Petty.

Las dos familias de Grohl

Grohl una y otra vez remarca que los Foo Fighters, más que una banda, son “una familia”. Pero en paralelo está su transformación en paterfamilias, un paso que fue dando en tres oportunidades con los nacimientos de sus hijas Violet, Harper y Ophelia.

Como cualquier padre en el mundo, las vivencias con sus hijas son motivo de orgullo, y así Grohl cuenta que pocas veces estuvo más nervioso que cuando interpretó Blackbird de The Beatles en un acto escolar con Violet; o la maratón de 40 horas en avión desde Perth a Los Ángeles para llevar a una de sus niñas al baile del colegio. Y volver con una intoxicación alimentaria a cuestas.

Grohl con su esposa Jordyn Blum. Foto: Mike Nelson | EFE.

“El ser padre eclipsó todos los demás sueños, todos los deseos, todas las canciones que había escrito jamás. Ya no vivía para mí, vivía para ellas”, cuenta.

“El ser padre eclipsó todos los demás sueños, todos los deseos, todas las canciones que había escrito jamás”. Dave Grohl

Cerca del cierre Grohl recuerda cuando tras tocar ante miles de personas en el Wrigley Field de Chicago estalló en un mar de llanto, ante la preocupación del resto de los Foo Fighters.

No estaba pasado de marihuana ni alcohol, solo que “a un paso de peatones” estaba el “Cubby Bear, aquel bareto en el que vino mi primer concierto con 13 años y me animó a dedicar mi vida al rock and roll”, rememora.

Allí Grohl sintió que se cerraba un círculo de su vida, pero como el hombre de 53 años siente que tiene cuerda para rato, quedarán muchos más cabos sueltos que irá atando con música y anécdotas como las que desglosa en The Storyteller.

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