Las obras monumentales de Soledad Sevilla colonizan el Jardín Botánico

La contemplación de un muro vegetal una tarde en Granada, donde una hiedra cubría por completo una tapia y la brisa movía sus hojas, fue el inicio de la instalación Te llamaré hoja, una de las obras de gran formato que firma la pintora valenciana Soledad Sevilla y que ahora puede verse en el Real Jardín Botánico de Madrid.

La pieza da también nombre a la muestra, instalada en el Pabellón Villanueva del Jardín Botánico, donde estará alojada hasta el 22 de mayo.

Inspiración vegetal

Conocida por sus piezas de grandes dimensiones, la ganadora del Premio Velázquez 2020 coloca su arte entre las fronteras de la arquitectura, el land art y la escultura y en sus obras explora relaciones entre luz, materia y espacio combinando el rigor analítico y el orden geométrico con la búsqueda de una experiencia sensorial y orgánica.

Esta muestra, con una decena de obras, se centra en trabajos que tienen en común su inspiración en el mundo vegetal, una vinculación que ha sido la razón por la que se ha emplazado en este jardín la exposición.

Es el caso de la citada Te llamaré hoja (2005), pero también de Apamea (1999), un gran lienzo cuyo título hace referencia a una antigua ciudad siria; en ambos casos los muros vegetales actúan como punto de partida.

La decena de piezas en la muestra destaca por su monumentalidad y por compartir la temática de inspiración vegetal

Como sostiene la propia artista, «La creación se estimula con la mirada», como le sucedió a ella con la visión de la arquitectura de unos secaderos de tabaco en la Vega de Granada, de donde parte una de las series pictóricas más importantes de la trayectoria de Sevilla y de la que se exponen en esta muestra los Retablos A y B (2009), junto a Apóstoles blancos (2008) y la instalación Arquitectura agrícola (2013).

En ambas series la abstracción y la repetición perviven y se acentúan para acabar proporcionando a estos paisajes cierto sentido naturalista.

Completan la exposición las piezas Insomnio al alba (2000), en la que Sevilla plasma este trastorno del sueño sobre un óleo, y Veinte años más tarde (1999-2000), de vibrantes tonalidades rojizas.

Entre la pintura y la instalación

Juan Antonio Álvarez Reyes, director del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC), es el comisario de la exposición, con fondos precisamente del CAAC, la institución a la que la artista donó en 2020 una parte muy importante de su producción artística: un total de 60 obras, entre pinturas, instalaciones, dibujos y maquetas, fechadas entre 1975 y 2013.

En el amplio conjunto cedido destacan las piezas de carácter pictórico que son mayoritariamente obras de formato monumental, junto a siete grandes instalaciones, además de maquetas y dibujos

Reyes ha sido el encargado de seleccionar los siete cuadros de gran envergadura expuestos a lo largo de las tres salas de la exhibición para las que se han elegido “obras de Soledad Sevilla que trabajan sobre lo vegetal, que están inspiradas en el mundo natural”, ha explicado.

No todo es azar

Las elegidas pertenecen al periodo de trabajo de la autora comprendido entre 1999 y principios de los años 2000 que realizó inspirándose a través de la contemplación, ya sea de unos antiguos secaderos de tabaco en Granada o del movimiento de unas hojas que cubrían una tapia.

Afincada entre Granada y Madrid, Sevilla siempre se ha sentido muy próxima a la escena artística andaluza. Además, entornos como La Alhambra o El Rompido han servido como fuentes de inspiración para algunas de sus series más conocidas.

Pionera en el uso de la instalación y una de las artistas más importantes de la actualidad, es también Premio Nacional de Artes Plásticas (1993) y Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes (2007).

Como queda de manifiesto en su larga y fructífera carrera, la investigación constante y el incansable hacer demuestran que en la vida no todo es azar, puesto que la voluntad de conocimiento y su experiencia también determinan nuestro ser y estar en el mundo.

La exposición Soledad Sevilla. Te llamaré hoja puede verse en el Pabellón Villanueva del Real Jardín Botánico de Madrid (Plaza de Murillo, 2) hasta el 22 de mayo en horario de 10.00 a 19.30 horas en abril y hasta las 20.30 en mayo. El precio de la entrada, con visita al jardín y la exposición, es de 6 euros.