Frida Kahlo conquista París 80 años después
Alejándose de los habituales clichés, el Palais Galliera de París celebra con una exposición inédita cómo Frida Kahlo construyó su identidad a través de su forma de vestirse

Una muestra analiza a Frida Kahlo a través de la moda. Foto: Mohammed Badra | EFE.
Frida Kahlo solo estuvo una vez en París, en 1939, invitada por el escritor André Breton quien le prometió montarle una exposición. El viaje se complicaría con todo tipo de percances, desde el tumultuoso itinerario desde Nueva York –su buque, el barco SS-París, estuvo a punto de naufragar- a la pérdida de sus cuadros, los problemas con las galerías y la propia decepción con la ciudad, de la que llegaría a escribir que a escribir que “no era para tanto”.
Pese a los inconvenientes, logró exponer, eso sí, en una muestra colectiva, de nombre Mexique, en la Galerie Coelle, donde sus obras ocupaban un pequeño rincón entre piezas arqueológicas, artesanías y cuadros de otros artistas. Aunque sí logró el reconocimiento de artistas como Pablo Picasso, Yves Tanguy, Vasili Kandinski y Marcel Duchamp, tan solo vendió su Autorretrato, hoy propiedad del Pompidou. Más decepciones, según explica el libro Frida en París (Turner, 2021) de Jaime Moreno Villareal.
Después la artista ha sido objeto de exposiciones individuales en la capital francesa, pero ninguna ha explorado su vida y su identidad como la muestra que estrena el próximo 15 de septiembre el Palais Galliera.
Frida Kahlo, más allá de las apariencias ofrece, en colaboración con el Museo Frida Kahlo, un viaje a la intimidad de la artista a través de más de 200 piezas de su colección personal, descubierta en la Casa Azul (Ciudad de México) en 2004 tras haber permanecido 50 años ocultas, y un hilo conductor original: cómo la artista se construyó a través de la forma de presentarse y representarse.
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Frida Kahlo sin clichés
Como centro neurálgico de la Historia de la Moda, el Palais Galliera aporta una nueva aproximación a la arista, poniendo el foco en las relaciones de Frida Kahlo con la ropa y cómo fue pionera en su uso para definir su identidad y reafirmarse.
Según la directora del museo, Miren Arzalluz, “La importancia de la prenda para construirnos, para expresarnos, es absolutamente relevante y pertinente, y son mensajes que queremos transmitir aquí, como el impacto de esta mujer extraordinaria, que se ha convertido en un icono de moda”.
Comisariada por la mexicana Circe Henestrosa, directora de la escuela de moda Lasalle College of Arts de Singapur, la muestra defiende a través de prendas, accesorios y cosméticos, pero también cartas, medicamentos e incluso prótesis, que Kahlo no fue únicamente una víctima de la enfermedad y la tragedia, como la dibujaban los primeros grandes estudios sobre ella en los años 1980.
“Sí sufrió, mucho. No vamos a negarlo. Pero vivió una vida intensa y plena y no dejó que sus discapacidades la definieran. Ella se definió a sí misma poniendo su cuerpo al servicio del arte y expresando el sufrimiento de forma creativa”, apunta Henestrosa.
La ropa como manifestación
Para la comisaria, la apariencia de Kahlo fue su forma de manifestar sus preocupaciones políticas e identitarias, un ejemplo que puede ser un motor de creación e inspiración para las nuevas generaciones que hoy se acerquen a su obra.
De hecho, Magdalena Carmen Frida Kahlo y Calderón, nacida en 1907 en Coyoacán, hija de una mestiza de origen español e indígena de la región de Oaxaca e hija de un inmigrante alemán, llegó a la pintura a través del sufrimiento.
Con seis años, la polio le dejó una pierna más corta que otra y a los 18 un terrible accidente cuando viajaba en autobús la dejó postrada, obligándola a sufrir durante toda su vida un sinfín de operaciones quirúrgicas para tratar de aliviar los dolores y problemas de la columna vertebral.
Empezó entonces a pintar, desde su cama del hospital, despidiéndose para siempre de su aspiración de ser médico.
Autoconstrucción a través de la moda
Aunque durante años se decía que usaba vestimenta típica porque a su pareja, el pintor Diego Rivera, le gustaba, lo cierto es que Kahlo empezó a utilizar vestidos largos a los 20 años para ocultar sus problemas de salud.
La del Palais Galliera es la primera exposición sobre Frida Kahlo que pone el foco en la moda como objeto de construcción personal
Después, se sumó a los llamamientos de las autoridades mexicanas tras la Revolución que sacudió el país durante una década, que acabó en 1920, para adaptar aquel estilo de las matriarcas Tehuanas como forma de reivindicar su ‘mexicanidad’.
“Frida Kahlo perdura porque pudo romper muchos tabúes acerca de la experiencia del cuerpo femenino, de lo que significa vivir con un cuerpo discapacitado y usar la creatividad para sentirse mejor”, defiende Henestrosa.
La muestra exhibe así a la artista como un ejemplo de fuerza, resistencia y libertad y anima al público a que descubra a la artista y vea cómo celebró sus raíces, su aspecto, una libertad sexual que la llevó a tener amantes tanto hombres como mujeres.
Museo Frida Kahlo
La exposición es una adaptación de las colecciones del Museo Frida Kahlo que ya han pasado por grandes ciudades como San Francisco o Londres, pero es la primera que pone el foco en la moda como objeto de construcción personal, así como su paso por Europa y su contacto con los surrealistas en Francia.
Como toque propio, la de París aborda a través de diferentes piezas la influencia del artista en la moda contemporánea y la forma en que sigue siendo, aún hoy, un icono y una fuente de inspiración para diseñadores, entre ellos Alexander McQueen, Jean Paul Gaultier, Karl Lagerfeld para CHANEL, Riccardo Tisci para Givenchy, Maria Grazia Chiuri para Dior o Rei Kawakubo para Comme des Garçons.
Todos ellos bebieron, directa o indirectamente, de la inagotable fuente de estilo e inspiración que fue Frida Kahlo.