La guía para vivir la pasión de los festivales musicales

En España se organizan más de 900 festivales al año. ¿Por cuál decidirse? Este libro del periodista David Saavedra ayuda a elaborar una ruta musical para este verano

España, un país para vivir de festival en festival. Foto Kiko Huesca | EFE

¿Qué es un festival de música? ¿Un desfile de artistas en uno o varios escenarios con una programación maratoniana? Sí, pero es quedarse corto. Porque es la punta del iceberg de un movimiento cultural pero también económico, social e histórico si nos apuran.

Según el periodista David Saavedra es como un “oasis de libertad”, donde los asistentes “viven en su universo paralelo, un mundo mejor en el que puedes experimentar con algunos placeres no legales sin que te multen ni te miren mal”.

“Los festivales musicales en España generan un volumen económico de 400 millones de euros”.

David Saavedra
Mad Cool regresa en el 2022 tras las cancelaciones de los últimos dos años. Foto Kike Huesca | EFE
Mad Cool, el gran festival de Madrid. Foto Kiko Huesca | EFE

Este experto en música sabe de lo que habla, porque desde que cubrió el festival de Benicàssim en 1995 ha presenciado una larga lista de estos eventos, sean multitudinarios encuentros en algunas de las grandes ciudades de España o carteleras reducidas en pueblos.

Eso lo plasma en su primer libro Festivales de España (Anaya Touring), que se puede entender como un nutritivo catálogo de estas celebraciones musicales pero también como una guía para entender su auge.

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La magnitud de los festivales

Un par de datos para tener en cuenta su magnitud: “En España se celebran más de 900 festivales de música cada año, con un impacto de más de 400 millones de euros”, precisa Saavedra.

¿Dónde está la razón del éxito? El autor apunta que el clima, la tradición de España como destino vacacional y una mayor laxitud en el cumplimiento de normas, en un fenómeno que tiene como kilómetro cero el festival de Canet de Mar de 1975 y que cuenta con el FIB de Benicàssim como el modelo que impera hasta la actualidad, a pesar de la gran cantidad de eventos que han caído en desgracia.

Un mapa festivalero

Excepto Ceuta y Melilla, no queda comunidad autónoma sin destacar con al menos un festival en su territorio. Saavedra elige 60 de ellos, como los mastodónticos Primavera Sound, el Bilbao BBK Live o el madrileño Mad Cool; u otros más discretos pero que sugiere no perder de vista como el LEV (Laboratorio de Electrónica Visual) de Gijón o el de world music de La Mar de Músicas de Cartagena.

El FIB, el pionero de la nueva generación de festivales

En cada lugar este periodista desgrana la historia del festival, su evolución y presente, con datos útiles como precios, fechas, aforo, artistas predilectos, dónde dormir y comer.

De los 900 festivales que se realizan cada año, Saavedra elige 60 por razones de magnitud pero también por su valor alternativo

También ofrece apuntes sobre qué actividades alternativas realizar en los alrededores y entrega bienvenidos consejos sobre la estancia, provenientes de alguien que experimentó lo mejor y peor de cada festival: “En el Viña Rock apunta muy bien tu tienda de campaña, pues las rachas de viento son frecuentes e intensas. Y no olvides tu linterna para el camino de vuelta”, indica.

Primavera Sound, el gigante de Barcelona. Foto: Alejandro García | EFE.

Más allá del rock

El listado de festivales no se limita a los de rock o electrónica. También hay lugar para otros ritmos como el Festival de Jazz de Vitoria, la celta en el Festival de Ortigueira en A Coruña, el de pop acústico de Posidonia en Formentera o el flamenco en la Reunión de Cante Jondo de la Puebla de Callaza, provincia de Sevilla.

Monegros, música electrónica en el desierto. Foto Monegros Desert Festival

Testimonios de primera mano

Como bonus track, entre las páginas hay entrevistas a artistas y agrupaciones que han crecido o saltado a la fama gracias a algunos de estos festivales, como los del noroeste de la Península para Triángulo de Amor Bizarro, el de Jazzaldía de San Sebastián para Sílvia Pérez Cruz, el de Pirineos Sur de Amaral o el Primavera Sound para Steve Albini de Shellac.

Estas entrevistas no figuran en el índice. Uno se las encuentra entre las páginas de la misma manera en que un artista desconocido, oculto en medio de un mar de nombres del cartel del festival, sube al escenario y sorprende con su música o puesta en escena.

Porque por más festivales que uno tenga en la mochila de sus recuerdos, siempre habrá nuevas experiencias por vivir.

a.
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