5 planes para desconectar en Cantabria

Senderismo en Picos de Europa, surf en San Vicente de la Barquera, un paseo en barco por la bahía de Santander y una ruta en bici por los Valles Pasiegos son algunos de los planes para relajarse en Cantabria

Santander desde el agua. Foto: Willian Justen | Unsplash.

El verde es el color de Cantabria y la naturaleza su principal atractivo. Cinco parques naturales y un parque nacional -el archiconocido Picos de Europa-, bosques tan originales como el de las secuoyas de Cabezón de Sal e infinitos valles lo certifican, como también un total de 6 vías verdes, más de 9.000 cuevas por explorar (muchas con pinturas rupestres) o 10 vías ferratas, además de innumerables rutas senderistas.

Con 284 km de costa, el mar es otro de sus grandes atractivos: 90 playas para todos los gustos, surf o paseos en barco son, sin duda, apetecibles planes para esta primavera.

De San Vicente de la Barquera al Camino Lebaniego y de la bahía de Santander a la vía verde del Pas pasando por los Picos de Europa, nos hemos tomado la molestia de escoger cinco lugares y cinco propuestas que son sinónimo de desconexión en Cantabria.

La gama de verdes es infinita en Cantabria. Foto: Grianghraf | Unsplash.

Caminando por el Parque Nacional Picos de Europa

Si lo que quieres es alejarte del ruido, el estrés y las prisas de la ciudad, sin duda este es tu sitio. El actual Parque Nacional Picos de Europa es heredero del primer Parque Nacional español, el de la Montaña de Covadonga, creado en 1918 y que marcó el inicio de la implantación del sistema de protección de nuestros espacios naturales.

Con 67.127 hectáreas y reconocido como reserva de la biosfera, es también el tercero de los parques nacionales más visitados de España, solo por detrás del parque nacional del Teide y el parque nacional de la Sierra de Guadarrama.

Su espectacular naturaleza apenas necesita presentación: montañas coronadas de nieve, vastas extensiones de un verde perfecto, más de 1.750 especies y subespecies de flora y una variada fauna así como numerosos torrentes de agua conviven con un enorme patrimonio histórico, cultural y artístico.

Panorámica desde el mirador El Cable, Fuente Dé. Foto: Turismo de Cantabria.

Solo el acceso a través del teleférico de Fuente Dé y sus 4 minutos de ascenso hasta alcanzar los 1.823 metros de altura y situarse sobre un mar de nubes ya merece la pena.

A partir de ahí se puede escoger entre rutas de senderismo, a caballo o en bicicleta, alojarse en el Hotel Aliva, un establecimiento desde el que casi se pueden rozar luna y las estrellas, o pasear por Mogrovejo, un pueblo tan de película que fue escogido para el rodaje de Heidi.

En bici por los Valles Pasiegos

La Vía Verde del Pas es una de las 6 rutas que discurren en Cantabria sobre antiguas infraestructuras ferroviarias y que se enmarcan en el programa de la Fundación de los Ferrocarriles Españoles.

Atravesando el Valle del Pas, la ruta cuenta con 34 km que conectan Obregón y Puente Viesgo.

Vía Verde del Pas. Foto: Turismo de Cantabria.

Siguiendo el antiguo trazado del tren que alcanzaba el Real Valle de Toranzo y en paralelo al curo del rio Pas, el itinerario atraviesa el Puente de Hierro, rodea el acueducto de Santiurde el Monasterio de Nuestra Señora Del Soto (antiguo convento de los Franciscanos del siglo XIII), el puente de madera de Corrobarceno o el entorno de Puente Viesgo.

Precisamente, en Puente Viesgo se encuentra la antigua estación de ferrocarril, restaurada y convertida en hoy museo. También se puede contemplar una de las antiguas locomotoras de vapor que hacían la ruta que hoy se ha convertido en Vía verde.

En barco por la bahía de Santander

Si el verde es hermoso en Cantabria, no menos lo es el azul, especialmente en bahías tan bellas como la de Santander.

Un tranquilo paseo en barco se convierte así en la manera perfecta y más relajada de conocer la historia y cultura de la ciudad, echar un vistazo a sus playas como las del Sardinero, La Magdalena y Mataleñas y descubrir desde el agua los monumentos más icónicos de la capital cántabra, desde el Centro Botín al Palacio de la Magdalena, donde tuvo su residencia estival Alfonso XIII.

Bahía de Santander. Foto: Patricia Beeck | Unsplash.

A poca distancia del gran puerto natural en torno al que se abre la ciudad, utilizado antes del imperio romano, llegamos, por el sur, a la desembocadura del río Pas, así como a algunas de las mejores playas de la comunidad autónoma.

Por el norte encontramos una costa escarpada y rocosa, perfecta para el avistamiento de aves en épocas de migración.

Además, a pocos km de la bahía se encuentran el Parque Natural de las Dunas de Liencres, el sistema dunar más extenso de todo el litoral cantábrico y Peña Cabarga, cuya cumbre ofrece una impresionante panorámica de casi toda Cantabria.

Palacio de la Magdalena, en Santander. Foto Turismo de Cantabria

Surf en San Vicente de la Barquera

Ya que estamos hablando del mar, damos un paso más hasta la siguiente propuesta: una jornada de surf en un entorno idílico como la extensa playa de San Vicente de la Barquera, declarada ‘Reserva Natural de Surf’.

Pisar la arena descalzos, sentir cómo el agua del Cantábrico nos llena de energía y coger olas en un paisaje enmarcado por los Picos de Europa componen el cóctel perfecto.

Te recomendamos la playa de El Merón, un vasto arenal blanco con una longitud de cuatro kilómetros dividida en los sectores de El Puntal, El Rosal, Merón, Vedreña y Peñas Negras. Se encuentra en mar abierto por lo que son constantes las olas fuertes.

Surf en San Vicente de la Barquera. Foto: Marc Markstein | Unsplash.

Para concluir la jornada, no dejes de subir al alto de Gerra para contemplar la puesta de sol. Desde este lugar se puede ver en días despejados el famoso rayo verde, el último rayo de sol que permite apreciar una tonalidad verdosa.

Desde el alto de Gerra la panorámica incluye, además, suaves montañas, vacas pastando y las playas de Gerra y Merón y, al fondo, San Vicente de la Barquera con su castillo en lo alto.

Camino Lebaniego

Cantabria es la única región del mundo cristiano que cuenta con dos caminos de peregrinación Patrimonio Mundial de la Unesco: el Camino Lebaniego y el Camino del Norte.

Valle de Liébana. Foto: Mathew Macquarrie | Unsplash.

El Camino Lebaniego es un ramal del Camino de Santiago de la Costa que se recorre en tres etapas, con salida en San Vicente de la Barquera y llegada en el Monasterio de Santo Toribio en Potes, donde se encuentra la reliquia del Lignum Crucis -un trozo de la cruz en la que murió Jesucristo- y por el que a los peregrinos que lo transitaban en la Edad Media se les llamaba ‘crucenos’.

Su mayor atractivo, además del religioso o espiritual, es que en poco más de 70 km permite disfrutar de una gran diversidad de paisajes, que van desde las costas del Cantábrico en su inicio, hasta los Picos de Europa en su tramo final.

La distancia total es de 72,73 km distribuidos en tres etapas: San Vicente de la Barquera- Cades (28,5 km); Cades-Cabañes (30,53 km); y Cabañes-Santo Toribio de Liébana (13,7 km).

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