7 sitios alucinantes para hacer pícnic en Cataluña

Entre paisajes volcánicos, hayedos, arrozales y cascadas, localizamos 7 lugares maravillosos para pasar un día en el campo en Cataluña

De pícnic junto a los volcanes dormidos de La Garrotxa. Foto: Eduard Sánchez-Ribot | Arxiu Imatges PTCBG.

Con vistas a tierras nacidas de la furia de los volcanes hace miles de año en La Garrotxa, a los pies de la inmensidad montaña del Montseny, en las puertas del Pirineo catalán o en los paisajes que enamoraron a Picasso: si maridar gastronomía y paisaje siempre es una buena opción, prueba a hacerlo en alguno de esos lugares, seguramente entre los mejores para hacer pícnic en Cataluña.

Porque ir de pícnic no es solo ir a comer al campo. Es mucho más. Por ejemplo, asomarse a cada uno de los paisajes que elijas como destino para tu mantel. Descubrir la naturaleza, las aves que lo sobrevuelan y la vegetación que lo rodea, detenerse en las formas definidas por los ríos o talladas por el viento, adivinar la historia y la huella del ser humano, admirar el patrimonio natural y, por supuesto, saborear los productos nacidos en esos lugares argumentan César-Javier Palacios y Antonio Sandoval en su libro De pícnic por España (GeoPlaneta).

Con esta premisa y tras rastrear miles de kilómetros por toda la geogroafía española, han seleccionado cien espacios naturales que muestran la diversidad de destinos con los que contamos para salir a comer al campo, ya sea en entornos próximos a las ciudades o en rincones silvestres alejados a cualquier municipio.

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Entre todos ellos, estos son los mejores lugares para ir de pícnic en Cataluña.

La Guardiola (Parque Natural del Montseny)

A apenas 50 km de Barcelona, en el valle de Santa Fe y entre las comarcas de Osona, Vallès Oriental y la Selva, surge la mole montañosa del Montseny, visible desde buena parte de Cataluña.

A su alrededor, diferentes paisajes que van de bosques mediterráneos a prados, ríos, canchales y cortados conforman el Parque Natural del Montseny.

Después de recorrer algunos de los abetales más al sur de Europa, admirar las vistas desde el puerto de Sant Marçal o realizar el ascenso al Turó de l’Home, techo del macizo con una altura de 1712 metros, toca sacar el mantel en el Área de recreo de La Guardiola.

Parque Natural del Montseny. Foto: Manuel Torres García | Unsplash.

Habrás hecho los deberes si en la cesta tienes una ensalada o una tortilla hecha con la patata del bufé (ya sea blanca o negra) y, si es temporada, un plato con arlets, níscalos o rebozuelos o un guiso con la mongeta del ganxet, una alubia blanca típica de la zona. Y, para acompañarlo, un vino de la bodega Serrat de Montsoriu.

Ya después puedes bajar la comida con un paseo hacia la Font dels Frares o entre hayedos hacia el Turó de l’Home.

Fageda d’en Jordà (Parque Natural de la Garrotxa)

La erupción del volcán Croscat, el mayor de la Península Ibérica, hace unos 11.000 años, dejó uno de los paisajes más alucinantes de Cataluña.

Paisaje de la Garrotxa. Foto: Rafael López-Monné | Arxiu Imatges PTCBG.

Hayedos sobre la colada de lava, colinas conocidas como tossols y conos volcánicos se alternan con encinares y robledales en lo que hoy es el Parque Natural de la Zona Volcánica de la Garrotxa.

Para disfrutarlo, nada como un pícnic en el área situada junto a la Fageda d’En Jordà (desde Olot en dirección Bañolas por la carretera GI-524), desde donde parte una ruta circular que recorre el Coll de Can Batlle hasta San Miguel y su iglesia, sigue hacia el volcán de Santa Margarida (en su cráter se alza una ermita románica) y alcanza el volcán del Croscat.

Muy cerca, y tras dar buena cuenta de una ensalada de granada, mandarina y carne escabechada, del espectacular queso garrotxa de cabra y del licor ratafía, se pueden visitar dos pueblos tan bonitos como Besalú o Santa Pau.

Santa Pau. Foto: Pep Sau | Arxiu Imatges PTCBG.

Els Dipòsits (Esterri D’Àneu, Lleida)

Al nooeste de la comarca del Pallars Sobirà, entre los valles de Boí, Aran y Cradós, encontramos el valle de Àneu, cuyo centro neurálgico es el bonito pueblo de Esterri d’Àneu.

Un lugar que durante la´epoca medieval llegó a tener su propio gobierno es hoy uno de los destinos de montaña más populares de Cataluña, gracias a la cercanía tanto del Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici como a la estación de esquí de Baqueira-Beret.

Junto a la carretera C-13 que une Sort con el puerto de la Bonaigua, a la altura de Esterri d’Àneu y junto al arroyo del Tinter encontramos el área de pícnic de Els Dipòsits, un lugar perfecto para comer y después explorar la zona, que incluye lugares como las ruinas del castillo de los condes de Pallars, la iglesia de Sant Vicenç del siglo XV o el centro de naturaleza MónNatura Pirineus.

Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici. Foto: Jan Padilla | Unsplash.

Para pasear, no te pierdas el camino del gato Montés, que sigue las huellas de este felino por las Planes de Son.

La Carbonera (Parque de la Mitjana, Lleida)

Ubicado donde el río Segre abandona los cultivos para entrar en la ciudad de Lleida, el Parque de la Mitjana es ideal para disfrutar de la naturaleza muy cerca del entorno urbano, con chopos, álamos, alisos y fresnos, pero también pasarelas sobre el cauce del río, senderos, observatorios de aves y mesas de pícnic en el área de ocio de La Carbonera (muy cerca del centro de interpretación del parque).

Antes de comer se pueden recorrer los 17 km de paseo peatonal y ciclista que separan el parque (que lleva el nombre de mitjana que designa a las isletas fluviales) de la ermita de Butsènit y la ciénaga de Rufea y pararse a admirar las fachadas de la casa Melcior, el palacio de la Paeria o la imponente torre de la Seu Vella.

Parc de la Mitjana. Foto: Turismo de Lleida.

Ya de vuelta, es el momento de degustar unos caracoles cocinados a la llauna con alioli, el queso de oveja Boïgot de Valette o una empanada rellena de espinacas.

La Franqueta (Horta de Sant Joan, Tarragona)

Muy cerca de Horta de Sant Joan, el coqueto pueblo tarraconense que enamoró a Picasso, encontramos el Parque Natural dels Ports, un rincón perfecto para disfrutar de los productos de la comarca de Terra Alta en plena naturaleza.

Hasta 35.050 hectáreas integran este parque, que se extiende además hacia la Comunidad Valenciana y Aragón, y que alberga más de 1300 especies vegetales y animales como aves rapaces y cabras montesas.

Parc Natural dels Ports.

El área recreativa de La Franqueta es el punto de arranque del sendero Els Estrets, de apenas 5 km y perfecto para internarse entre impresionantes roquedos (especialmente los Roques de Benet, con paredes verticales de 300 metros de altura), cascadas y pozas de aguas cristalinas.

A unos 20 minutos en coche, hay que recorrer el pueblo de Horta de Sant Joan y sus edificios renacentistas, aprovechando para descubrir el Centre Picasso.

Casa de Fusta (Parque Natural del Delta del Ebro, Tarragona)

Junto a la laguna de l’Encanyissada encontramos una de las construcciones más emblemáticas del Delta del Ebro, la Casa de Fusta, construida hace un siglo por cazadores y hoy centro de interpretación del parque.

Delta del Ebro. Foto: Santiago Lacarta | Unsplash.

A su lado, el área de pícnic que nos sirve de cuartel general para esta excursión por el delta del Ebro entre arrozales, salinas, bahías, canales, playas, dunas y flamencos (preferiblemente en bicicleta) rodeando la laguna y parando en los diferentes observatorios de aves de este humedal.

Si traer un arroz se complica, siempre se puede apostar por la anguila, bien en xapadillo (salazón) o ahumada, langostinos de Sant Carles de la Ràpita y postres como los coc de brossat, el menjar blanc d’arròs o los pastissets rellenos.

a.
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