Una ciudad balneario, minas de sal y lagos que inspiraron a Klimt: así es Bad Ischl, Capital Europea de la Cultura 2024

Por primera vez, un conjunto de 23 municipios y no una ciudad es Capital Europea de la Cultura: esto es todo lo que esconde la región austríaca de Salzkammergut y su capital, Bad Ischl

Lago Attersee, Salzkammergut (Austria)

Bad Ischl y otros 22 municipios de Salzkammergut son este año Capital Europea de la cultura. Foto: Turismo de Austria.

Al noroeste de Austria, entre dramáticas montañas que alcanzan los 3.000 metros de altura, profundos valles y lagos alpinos, se extiende la región de Salzkammergut. Si a simple vista destaca por su hermosísimo paisaje verde y sus aguas cristalinas, bajo la tierra un mundo paralelo hizo del lugar un enclave estratégico en torno al ‘oro blanco’, la sal, que se extrae aquí desde hace 7.000 años.

Laberintos de minas que se emplearon por los nazis para ocultar miles de obras de arte, una ciudad balneario donde se daba cita la flor y nata del imperio austrohúngaro, empezando por el emperador Francisco José y la emperatriz Sisí, y lagos, ríos y montañas que inspiraron a artistas como Gustav Klimt son solo algunos de los tesoros de una región que en 2024 será Capital Europea de la Cultura.

Bad Ischl, Austria
La ciudad imperial de Bad-Isch. Foto: Daniel Leitner | Turismo de Austria.

Por primera vez desde 1985, la Unión Europea tendrá como capital cultural una región en lugar de una ciudad: la candidatura de Salzkammergut está integrada por 23 municipios, incluido Bad Ischl, su capital.

Además de Salzkammergut, ostentarán también el título de Capital Europea de la Cultura las ciudades Tartu, en Estonia, y Bodø, en Noruega.

La región de la sal

“La cultura es la nueva sal” es el lema de la capitalidad europea de Salzkammergut en 2024, una evidencia más de la importancia de este producto en la zona.

Minas de sal de Hallstatt, Austria
Experiencias bajo tierra en las minas de sal de Hallstatt Foto: Turismo de Austria.

Hay evidencia de que hace 7.000 años ya se extraía sal bajo el precioso pueblo de Hallstat, hoy uno de los más buscados por los turistas en toda Austria por su aspecto de cuento, lo que la convierte en la mina más antigua del mundo.

En Salzwelten Salzburgo, cerca de Hallein, los mineros celtas obtenían sal hace 2.600 años. En las profundidades de la montaña se puede ver hoy un lago subterráneo que brilla con el resplandor de las linternas de sal, montar en un tren minero o deslizarse por toboganes que nos adentran más y más en las profundidades, así como descubrir la única frontera subterránea entre Austria y Alemania.

Por su parte, la mina de sal de Altaussee, en Ausseerland, es conocida como la “montaña de los tesoros” y mantiene de su pasado túneles de la Edad Media, así como historias de rescate de valiosas obras de arte del periodo nazi (cuando los mineros impidieron que Hitler destruyese más de 6.500 valiosos cuadros, libros y todo tipo de objetos que había almacenados bajo tierra y que prefería eliminar antes de que cayesen en manos de los Aliados).

Mina de sal de Altaussee, Austria
En las antiguas minas de sal se organizan todo tipo de actividades. Foto: Turismo de Austria.

El oro blanco era tan valioso que la región que incluso determinó su nombre: Salz-Kammer-Gut (sal, administración y el bien). Viena vigilaba la región de forma minuciosa, controlando quién entraba y salía y manteniendo en cierto modo aislada la zona, lo que ha permitido mantener tradiciones como el traje tipico -dirndl-, o la danza conocida como Paschen, que se sigue bailando.

La antigua mina de sal de Altaussee, en Ausseerland, es conocida como la “montaña de los tesoros”

Con motivo de la capitalidad cultural europea, se podrán realizar diferentes visitas y actividades en las minas de sal, como conciertos y óperas bajo el subsuelo.

Bad Ischl, una capital secreta

Un tesoro en el corazón de Salzkammergut es su desconocida capital, Bad Ischl. A orillas del Traunsee, hoy es considerada cuna nacional del veraneo. Relacionada con la dinastía imperial de los Habsburgo durante 700 años, a raíz de que el emperador Francisco José I y a la emperatriz Sisi acudieran aquí para relajarse, muchos otros nobles, burgueses y, después, clases medias vinieron también.

Villa Imperial Bad Ischl
Villa Imperial en Bad Ischl. Foto: Turismo de Austria.

Así surgieron en la ciudad imperial hoteles, cafés, casinos y paseos en los que se dejaban ver celebridades austriacas y europeas, además de artistas como Anton Bruckner, Johannes Brahms y Franz Lehár, que también construyeron fabulosas villas de veraneo

Entre los lugares imprescindibles, la Villa Imperial, donde Francisco José conoció a Sisí (y donde el emperador firmó la declaración de guerra a Serbia con la que comenzó la I Guerra Mundial); el Café-Konditorei Zauner, donde se disfruta, desde 1832, de los pasteles más aristocráticos; y la original Villa Blumenthal, una casa prefabricada que Oskar Blumenthal descubrió en la Exposición Universal de Chicago de 1893 e hizo traer a Bad Ischl.

Villa Blumenthal en Bad Ischl.
Villa Blumenthal en Bad Ischl. Foto: Turismo de Austria.

Además, la villa a orillas del río Traun donde el compositor Franz Lehár escribió las operetas El zarevich, Paganini y El país de las sonrisas, la Villa Seilern, hoy un recomendable hotel, donde la aristócrata Elise Reichsgräfin von Seilern-Aspang celebraba fastuosas veladas amenizadas por Alexander Girardi y Johann Strauss, el Trinkhalle, antiguo complejo de balneario y hoy espacio para el arte y la cultura, o Sudhaus, el lugar donde la salmuera se transformaba en sal, reconvertida después en fábrica de cerveza, son otros de los lugares que hay que ver.

Cafe Konditorei Zauner.
Cafe Konditorei-Zauner. Foto: Turismo de Austria.

Los lagos que inspiraron a Klimt

Pero la relación de la región de Salzkammergut con el arte y la cultura no se limita a las tertulias y bailes en las suntuosas villas de Bad Ischl.

En el lago Attersee, Gustav Klimt encontró, entre 1901 y 1916, la paz y la inspiración que buscaba para su obra. Huyendo de Viena junto a su musa, la diseñadora Emilie Flöge, aquí creó algunos de sus cuadros de paisajes más famosos, como el del Castillo de Kammer, hoy en el Museo Belvedere de Viena, Avenida en el parque del Schloss Kammer, con sus árboles nudosos, o la Casa en Weissenbach.

Lago Attersee, Austria
El idílico lago Attersee. Foto: Moritz Ablinger | Turismo de Austria.

No fue el único: pintores, compositores y escritores se inspiraron en la belleza de la naturaleza y el ambiente del lago Attersee.

Hoy las villas de Attersee donde veraneaban Klimt, el compositor Gustav Mahler y el escritor Heimito von Doderer siguen siendo testigos de la historia y la belleza del lugar: las villas Orléans y Ransonnet se han convertido en los hoteles Villa Weiss y Grafengut, mientras que la Villa Paulick ofrece visitas guiadas y la Villa Polese, una residencia privada, abre periódicamente sus puertas para actividades culturales.

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