9 balnearios históricos: los mejores baños para olvidar el estrés

Termas romanas, baños árabes o piscinas en cuevas naturales: estos balnearios con siglos de historia son los mejores aliados para una escapada de relax

Balneario de Archena

Foto: Balneario de Archena.

El rumor del agua fluyendo es la relajante banda sonora que acompaña a estos destinos. No hablamos de spa, aunque también son ideales para aparcar el estrés, sino de balnearios, santuarios termales cuyas aguas se han utilizado como vehículo terapéutico por diferentes civilizaciones a lo largo de la historia.

Porque si hay algo evidente es que el agua cura. Lo sabían los europeos que levantaron en el siglo XVIII las fastuosas Ciudades Balneario en Francia, Italia o República Checa y, mucho antes, los griegos, romanos y los árabes.

De hecho, muchos de los balnearios que hoy podemos disfrutar en España beben directamente de la tradición de estas culturas que, en forma de baños árabes, termas romanas o incluso piscinas termales dentro de cuevas naturales, existen por todo el país.

Balneario de Mondariz
Balneario de Mondariz, única Villa Termal de España en activo desde 1873.

Con la categoría de establecimientos sanitarios, se puede escoger destino por el tipo de agua y sus propiedades mineromedicinales o incluso por los tratamientos para los que son especialmente indicados, ya sean dermatológicos, digestivos, respiratorios o digestivos, entre otros muchos.

O, simplemente, por sus hermosas y relajantes instalaciones que destilan historia, pero también descanso para para el cuerpo y la mente.

Balneario de Alange, Badajoz

Ideólogos de los balnearios como lugares de ocio y relajación, los romanos construyeron centenares de termas en la Península, algunas de las cuales siguen empleándose con su función original.

Es el caso del Balneario de Alange, a pocos kilómetros de Mérida, cuyas termas romanas del siglo III forman parte de un conjunto arqueológico declarado Patrimonio Mundial por la Unesco. En sus aguas, que manan a una temperatura de 28ºC, se bañaron romanos, pero también visigodos y árabes (de hecho, Alange puede traducirse por ‘Agua de Alá’, lo que muestra la importancia que estas aguas termales tuvieron no solo en la era romana, sino también en el periodo musulmán).

Balneario de Alange, Extremadura.
Las aguas de Alange eran conocidas desde la época romana. Foto: Balneario de Alange.

2.000 años después de su creación, cualquiera puede disfrutar tanto de las antiguas termas como de las modernas instalaciones de hidroterapia anexas que se nutren con agua del manantial especialmente indicadas para afecciones del sistema nervioso, ginecopatías, alteraciones del sistema circulatorio y del aparato locomotor, así como afecciones respiratorias. O, simplemente, para relajarse en este precioso entorno.

Balneario de Lugo

También mantiene su herencia romana el Balneario de Lugo. A orillas del río Miño, lo que le permite disfrutar del paseo fluvial, y a menos de un km del centro de la ciudad, se alza un hermoso edificio que aloja restos de las termas originales romanas datadas entre los siglos I y II, entre otros restos que remiten a la antigua Lucus Augusti.

Rodeado de grandes jardines y con su propio hotel, hoy ofrece todo tipo de tratamientos de bienestar, antiestrés, y de estética, así como envoluturas de algas, presoterapia y tratamientos con fangos.

Termas romanas en el  Balneario de Lugo
Termas romanas en el Balneario de Lugo. Foto: Turismo de Galicia.

Balneario de Archena, Región de Murcia

En el Valle de Ricote, un magnífico paraje natural a solo 15 minutos de la ciudad de Murcia, encontramos un habitual en los premios internacionales a los mejores balnearios del mundo, los Wellness Experience.

Se trata del Balneario de Archena, con orígenes que se remontan al siglo V a.C. con constancia de su conocimiento por parte de los pueblos íberos que poblaban estas tierras. Desde la Edad Media y hasta el siglo XIX, los baños fueron propiedad de la Orden de San Juan de Jerusalén y ya en el siglo XIX el espacio se transformó totalmente en el balneario que es hoy, de la mano de los arquitectos José María Aguilar y Vela.

En la actualidad se alza como un magnífico complejo termal de más de 10.000 metros cuadrados con piscinas, circuitos termales y una galería termal que, gracias a sus aguas mineromedicinales y sus profesionales especializados, es un destino perfecto para una escapada de relax y tranquilidad.

Balneario de Archena
Las termas de la galería termal. Foto: Balneario de Archena.

Balneario Vichy Catalán, Girona

Con aguas declaradas de utilidad pública desde 1883, el Balneario de Vichy Catalán es, seguramente, uno de los más emblemáticos de Cataluña.

En la población de Caldes de Malavella, su majestuoso edificio de estilo neomudéjar, joya del modernismo catalán, fue levantado tomando como inspiración los que existían en ciudades europeas como la francesa Vichy.

Con los años, las instalaciones se han ido transformando y hoy es un lugar perfecto para disfrutar de tratamientos pero también para descansar, relajarse y deshacerse del estrés del día a día gracias a unas instalaciones y profesionales de primerísimo nivel, sin olvidar los baños en las auténticas y famosas aguas Vichy Catalán que manan a una temperatura constante de 37ºC.

Hotel Balneario Vichy Catalan
Foto: Hotel Balneario Vichy Catalán.

Balneario de Puente Viesgo, Cantabria

A menos de 30 km de Santander, en la pequeña localidad de Puente Viesgo y junto al río Pas, encontramos el complejo termal de Puente Viesgo.

Referencias de 1766 ya constatan las propiedades de sus aguas y en 1850 existían una casa de baños en torno a los manantiales. Para principios del siglo XX el Balneario de Puente Viesgo es una un reconocido centro termal por el que pasan personalidades como el Marqués de Comillas, Benito Pérez Galdós o Marcelino Menéndez Pelayo.

Tras su época dorada, llegó el abandono hasta que, a finales del siglo XX, unos nuevos propietarios lo remodelan de forma integral para modernizarlo y adecuarlo a los nuevos conceptos de balneario, adaptando la zona termal pero también las habitaciones y servicios hoteleros y de restauración.

Balneario de Puente Viesgo
Circuito Cántabro. Foto: Balneario de Puente Viesgo.

Ya en los primeros dosmil se abría una nueva instalación: el Templo del Agua, un circuito termolúdico orientado a la relajación y el descanso, que sería seguido por la piscina de flotación y un original espacio, bautizado como Circuito Cántabro diseñado como homenaje a las cuevas prehistóricas del Castillo y sus pinturas rupestres.

Balneario de Mondariz, Pontevedra

El Ayuntamiento más pequeño de España, de solo 2,4 kilómetros cuadrados, es también uno de los balnearios más antiguos de España: Mondariz-Balneario, en Pontevedra.

Pionero del termalismo gallego y fundado sobre el asentamiento romano que dio fama a sus aguas mineromedicianles, fue inaugurado en 1873 y es, de hecho, la primera villa termal española al estilo de las Ciudades Balneario que proliferaban en los siglos XVIII y XIX por Europa.

Con edificios y jardines que recuerdan a la belle époque, su prestigio fue tan grande que llegó a acuñar una moneda propia y era destino frecuente de grandes personalidades españolas e internacionales.

Balneario de Mondariz
Este balneario es pionero en el termalismo gallego. Foto: Balneario de Mondariz.

Hoy, todavía se pueden ver las ruinas del antiguo Gran Hotel, con las viejas bañeras invadidas por la vegetación, aunque en la actualidad las fuentes termales quedan ubicadas dentro de un impactante pabellón de granito.

Destaca especialmente el Palacio del Agua del Hotel Balneario de Mondariz con su recinto de 3.000 metros cuadrados dedicados al relax y el bienestar, con una gran piscina central de 300 metros recubierta por una cúpula de vidrio y flanqueada por diversas piscinas con aguas a diferentes temperaturas.

Castilla Termal Balneario de Olmedo, Valladolid

Contaba la leyenda que bajo el antiguo Convento de Santi Spiritus en la localidad de Olmedo (Valladolid) existían aguas termales con poderes curativos. Una leyenda que, ocho siglos después, ha tomado la forma de un impresionante complejo de la cadena especializada Castilla Termal que se nutre de aguas declaradas mineromedicinales, termales y de utilidad pública,.

Castilla Termal Olmedo
Patio mudéjar en Castilla Termal Olmedo. Foto: Castilla Termal.

Piscinas termales tanto interiores como exteriores, jacuzzis, camas de masaje con burbujas, cañones de agua y todo tipo de zonas de reposo conviven con un patio mudéjar que aloja el circuito de contrastes, un lugar único donde poder disfrutar de los beneficios de sus aguas mineromedicinales en plena inmersión en el arte mudéjar castellano.

Balneario de Graena, Granada

En la localidad de Cortes y Graena, en la comarca de Guadix y a los pies del Parque Nacional de Sierra Nevada, se encuentra el Balneario de Graena, uno de los de los centros termales más antiguos de Andalucía.

Aunque fueron los árabes quienes dejaron la huella más notable en el lugar, se cree que ya los romanos utilizaban las aguas del balneario, por las diversas calzadas romanas que existen en sus inmediaciones.

Balneario de Graena.
Balneario de Graena. Foto: Turismo de Andalucía.

Hoy, el sabor de los antiguos baños se mezcla con un moderno hotel de 4 estrellas integrado en la cadena Relais Termal, así como modernos tratamientos y técnicas para sanar cuerpo y mente.

Balneario de Lanjarón, Granada

No lejos del anterior se encuentra otro de los complejos termales con más tradición de Andalucía, el Balneario de Lanjarón.

Personajes tan ilustres como Virginia Woolf, Bertrand Rusell o Federico García Lorca han disfrutado a lo largo de la historia de la pureza de sus seis manantiales de agua mineromedicinal (con diferentes tipos de aguas e e indicaciones terapéuticas), a los que suma la calidad de sus tratamientos termales y su localización en los paisajes idílicos Sierra Nevada y la Alpujarra que lo convierten en un destino único para relajarse, recuperar la salud o revitalizarse.

Balneario de Lanjarón
Foto: Balneario de Lanjarón.
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