La Costa Tropical fuera de temporada: 6 planes para descubrirla

Submarinismo, bodegas, pueblos blancos, gastronomía, naturaleza y sí, también playas, hacen de una escapada a la Costa Tropical el plan de desconexión perfecto fuera de temporada

Playa de Rijana, Costa Tropical

De ruta por las playas de la Costa Tropical. Foto: Turismo de Andalucía.

Con 320 días de sol al año y una temperatura media anual de 20 grados, cuesta creer que el verano abandone en algún momento del año la Costa Tropical, como se conoce, precisamente por su clima excepcional, la franja de 73 km de litoral de la provincia de Granada, enmarcada por Costa del Sol y la Costa de Almería.

Entre exuberantes terrazas donde se cultivan frutos tropicales como mangos, chirimoyas y aguacates, acantilados intercalados con extensas playas, pequeñas calas de difícil acceso y una abundante riqueza marina, la costa de Granada tiene bien ganado su nombre.

Hermosos pueblos como Salobreña y Almuñécar se alternan con puertos deportivos y parajes naturales en los que encontramos todo tipo de propuestas que van del enoturismo al senderismo pasando por la mejor gastronomía.

Las calles de Salobreña invitan a ser paseadas con calma (y sin turistas). Foto: Turismo de Andalucía.

La Costa Tropical desde el mar

El puerto deportivo Marina del Este, entre Almuñécar y La Herradura, es uno de los hermosos rincones que esconde la Costa Tropical.

Entre rocas y pinos, plantas tropicales y bonitas playas, la punta de la Mona es el emplazamiento de este puerto, resguardado de los vientos de poniente y que ofrece 277 amarres y todos los servicios náuticos necesarios para disfrutar de un día en el mar.

Algunas de sus mayores riquezas podemos encontrarlas bajo el agua, con un ecosistema que se cuenta entre los puntos de mayor biodiversidad del Mediterráneo que alberga una población de coral candelabro única en el mundo.

La Costa Tropical ofrece condiciones óptimas para el submarinismo. Foto: Turismo de Granada.

La organización Coral Soul trabaja para recuperar sus arrecifes de corales centenarios dentro del programa Deep Core project. Regularmente se realizan eventos, cursos de especialidad de buceo PSS y otras jornadas que fomentan el cuidado de este valioso ecosistema.

Comer en el puerto Marina del Este

Tras el chapuzón, toca reponer fuerzas. En la zona del puerto Marina del Este encontramos buenas opciones, como el restaurante Jacaranda en la plaza de Marina del Este, un lugar plagado de encanto rodeado de las casas de carácter andaluz. Su arroz y el atún rojo de almadraba son sin duda los protagonistas de su carta.

A la entrada del puerto, sobre la misma playa de los Berengueles, encontramos el chiringuito Marina Playa, donde probar pescado frito y arroces.

Puerto deportivo Marina del Este Foto: Marinas del Mediterráneo.

El Gastrobar Atraque 7, de comida mediterránea, y Salazón tienen terraza hacia los amarres y una vista frente al mar para desayunar o hacer una comida informal.

Parque Natural de Maro-Cerro Gordo

De vuelta en tierra firme, nos dirigimos al Paraje Natural Acantilados de Maro-Cerro Gordo, una estrecha franja paralela a la costa de 12 kilómetros de ancho que corre en paralelo a la carretera N-340 en la que se suceden los más espectaculares acantilados de esta zona costera.

Con hasta 75 metros de desnivel, los acantilados, de peculiares formas, se intercalan con bellas playas y hermosas calas provocadas por la erosión marina sobre las últimas estribaciones de la Sierra de Almijara, entre los términos costeros de Almuñécar y Nerja, ya en la provincia de Málaga.

Acantilados de Marro Cerro Gordo. Foto: Turismo de Andalucía.

Además el parque se adentra hasta una milla en el mar, por lo que la diversidad que esconde va desde especies botánicas endémicas como la siempreviva malagueña y el romero blanco a las grutas y escarpados fondos cubiertos de praderas de posidonia oceánica en las que habitan esponjas, corales, anémonas, camarones, centollos o langostas.

En los días claros, desde los miradores que coronan los acantilados de Maro-Cerro Gordo se puede contemplar la costa de África en impresionantes vistas panorámicas.

Desde el Cerro Gordo se obtienen panorámicas de la costa y el norte de África. Foto: Turismo de Andalucía.

Enoturismo

Gracias al microclima subtropical, la zona es un paraíso para el cultivo de todo tipo de frutas, también las uvas, que gozan aquí de un carácter especial y único.

Desde hace cientos de años son famosos los viñedos de moscatel de Alejandría de las montañas de la línea costera al sur de Granada, en la sierra de Los Guájares.

Aquí crecen, en las laderas con desnivel, cepas de entre 30 y 120 años de edad de la uva autóctona moscatel de Alejandría que Bodegas Calvente cultiva con mimo en el pago de La Guindalera, situado en la Sierra del Chaparral, entre la costa mediterránea y Sierra Nevada, a una altitud media de entre 700 y 1.000 metros de altitud.

Además, en el pago los Castillejos, en la vertiente meridional de la Sierra de Almijara, justo en el límite provincial de Granada y Málaga, cultiva también las variedades tintas syrah, cabernet sauvignon, tempranillo y merlot.

Viñas centenarias de Bodegas Calvente.

Desde 1997, la bodega elabora una gama de vinos que incluye su vino blanco seco de moscatel de Alejandría Calvente, uno de los pocos vinos españoles seleccionados en la guía The 1001 Wines You must taste before you die de Neil Beckett.

Además, elaboran vinos tintos, rosado, blancos y dos espumosos que se comercializan bajo la marca Rania.

Para conocer su historia y sus vinos, lo mejor es reservar una visita (20€/persona) que se personaliza en función de los grupos y que incluye cata de 5 vinos con maridaje de tapas. Incluso los pequeños son bienvenidos, con una ‘cata infantil’ de zumos (5€/niño).

Un paseo por Salobreña

Si Almuñécar es uno de los núcleos principales de la Costa Tropical, tan cargado de historia que conserva restos de una fábrica romana de salazones, cinco tramos de acueducto y un castillo árabe, en este caso recomendamos acercarnos a la localidad de Salobreña, una joya del litoral mediterráneo.

Panorámica de Salobreña. Foto: Turismo de Andalucía.

De calles empinadas y estrechas, sus casas de fachadas encaladas dirigen la mirada siempre hacia arriba hasta llegar al peñón sobre el que se alza una rotunda fortaleza en la que destacan murallas de mampostería y ladrillo, torreones y la Torre del Homenaje que integran la silueta más característica de la localidad. Una vez en la cima, merece la pena tomarse tiempo para contemplar, en un solo golpe de vista, deliciosas panorámicas sobre Sierra Nevada, el Mediterráneo y la fértil vega.

Otra interesante construcción de Salobreña es la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Rosario, construida sobre una antigua mezquita en el siglo XVI.

Por su parte, los diferentes barrios de la ciudad como La Loma, La Fuente, El Brocal o el Albaycín cuentan con rincones medievales en los que se abren portones, bóvedas y ventanas. Un paseo por esta zona puede darnos una idea de cómo era la localidad en otros tiempos.

Centro histórico de Salobreña. Foto: Turismo de Andalucía.

El paseo marítimo, entre la vega donde crecen abundantes frutales y el perfil costero, es otra buena opción para acercarse un poco más a la cultura granadina. Tampoco hay que dejar de acercarse a sus playas, ideales para practicar todo tipo de deportes náuticos y actividades al aire libre.

Las mejores playas de la Costa Tropical

Sin embargo, si hablamos de playas, nos quedamos con la de Cantarriján. Casi en el límite entre Granada y Málaga, en el extremo occidental de la provincia de Granada, se trata de una playa dividida en dos calas por una gran roca, ambas con ambiente relajado y tolerante, y aptas tanto para nudistas como para quien prefiere el bañador.

Playa de Cantarrijan. Foto: Turismo de Andalucía.

Es perfecta para practicar esnórquel (actividades como la navegación y la pesca están prohibidas al tratarse de un espacio protegido) y cuenta además con dos buenos chiringuitos.

Aunque no cuenta con servicios, merece y mucho la pena acercarse a la playa de la Joya, un arenal de no más de 300 metros pero prácticamente salvaje, de aguas tranquilas y transparentes y rodeado de frutales y vegetación mediterránea que encontramos desviándonos de la N-340 en las proximidades de la localidad de Torrenueva.

Playa de la Joya. Foto: Turismo de Andalucía.

También entre las más bellas figura la playa de la Rijana, que encontramos a los pies de un antiguo torreón árabe, en el municipio de Gualchos–Castell de Ferro.

Con aguas turquesas, vistas espectaculares y uno de los atardeceres más hermosos de la costa granadita, está muy concurrida en verano, por lo que acercarnos fuera de temporada será una opción excelente para disfrutar de ella sin aglomeraciones.

Cala Rijana. Foto: Turismo de Andalucía.

Entre las playas destacadas, si no queremos coger coche, están las de los Berengueles y La Herradura, ambas próximas a Almuñécar, con servicios y una oferta gastronómica que garantiza un gran día de playa, además de excelentes fondos para la práctica del buceo y el esnórquel.

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