Donegal, el último reducto gaélico en Irlanda

En el noroeste de la Isla Esmeralda, las tradiciones y los paisajes conservan su aire milenario. Un viaje al corazón ancestral de Irlanda

Acantilados de Slieve League en Donegal. Foto: ©Gareth Wray Photography.

Sí, en Irlanda se habla inglés y lo escucharás en cada rincón del país. Sin embargo, hay una tierra, en el noroeste de la isla, donde las antiguas tradiciones celtas y gaélicas siguen profundamente arraigadas. En las granjas y pueblos del condado de Donegal, esa extraña lengua arcaica, llamada gaélico, aún se utiliza para contar historias, cantar canciones y, simplemente, hablar de la vida.

Donegal es un lugar donde el tiempo parece haberse detenido y en el que la naturaleza ha medrado poderosa, casi sin oposición, para crear bellos bosques, colinas, playas vírgenes y unos acantilados que se hallan entre los más impresionantes de Europa.

Uno de los condados más bellos e históricos de Irlanda, merece la pena cruzar la isla desde Dublín para explorarlo a fondo.

Viajar al condado de Donegal es hacerlo a la ancestral Irlanda. Foto: Stephen Duffy | Turismo de Irlanda.

The Reel Inn, el mejor pub de Irlanda para escuchar música celta

Llego a Donegal bastante casado de la larga jornada de conducción desde Dublín. Tras una ducha rápida, decido cenar algo y tomar un par de pintas en el que, según me han contado, es el mejor pub de Irlanda para escuchar música celta y sentir el verdadero espíritu gaélico: The Reel Inn.

Nada más entrar siento que están en lo cierto, pues el pub rebosa encanto, tiene decoración celta y veo como una banda comienza a preparar sus instrumentos para la actuación de la noche. En una esquina, cinco hombres –que debieron pasar la cincuentena hace tiempo– conversan en una lengua de la que no entiendo nada.

Cuando Finn me sirve la segunda pinta de Guinness de la noche –tirada, como mandan los cánones, tras dejarla reposar unos minutos antes de rellenarla del todo– , escucho, a mi espalda, los primeros acordes de una canción que conozco. Se trata de Black is the colour, del famoso cantautor irlandés Christy Moore.

En Donegal aun se oye hablar en gaélico. Foto: Martin Fleming | Turismo de Irlanda.

A esa canción le sigue Dirty Old Town, de The Pogues y dos más que no reconozco. La gente –toda local, pues es un martes de noviembre y aquí no hay turistas– las cantan: una en inglés, la otra en gaélico.

Antes de las diez de la noche ya me han invitado a su mesa los hombres de la esquina y charlamos sobre la vida en Irlanda. Ellos me cuentan cómo era todo antes y me aconsejan algunos puntos que visitar en mi ruta.

La vieja Donegal

Antes de internarme en profundidad en el condado, visito algunos de los lugares históricos de la ciudad de Donegal. Su castillo es uno de ellos.

Castillo de Donegal. Foto: Martin Fleming | Turismo de Irlanda.

Ubicado a orillas del río Eske, el castillo de Donegal fue construido en 1474 por los O’Donnell, una poderosa familia que gobernaba la zona en aquellos tiempos.

Esta fortaleza de estilo normando no tiene nada que ver con los típicos castillos de cuento de hadas. Y me gusta que sea así. Recientemente restaurado, tiene unos bonitos almacenes con bóveda de cañón, una magnífica chimenea tallada y una curiosa escalera falsa por la que sorprender a los intrusos enemigos.

También poseen su encanto las ruinas de la antigua abadía franciscana, que tuvo inmenso poder durante los siglos XV y XVI, pero sería prácticamente destruida por una explosión provocada por soldados ingleses en 1601.

El rio Eske atraviesa la ciudad de Donegal. Foto: Martin Fleming | Turismo de Irlanda.

No me quiero marchar de la ciudad sin probar el restaurante Olde Castle Bar, recomendado por mis nuevos amigos la noche anterior. Y tienen razón, los pescados y mariscos que aquí sirven se sitúan, de golpe, entre las mejores propuestas gastronómicas que he probado en Irlanda.

Acantilados de Slieve League

Antes de marchar hacia la pequeña villa de Dunfanaghy, en el extremo norte de Donegal, me desvío hacia el oeste para admirar y pasear por los acantilados de Slieve League que, con sus 600 metros de altura en su punto más elevado, son de los más altos de Europa.

Slieve League, Donegal. Foto: Paul Lindsay | Chris Hill Photographic.

Un sendero recorre gran parte de su cresta y me siento tentado a recorrerlo y perderme, pues me encuentro totalmente solo, contemplando esa dramática caída a un mar que no deja de golpear la base de los acantilados con intensa furia, como queriendo cobrarse alguna deuda pendiente de siglos atrás.

Con 600 metros de altura en su punto más elevado, los acantilados de Slieve League son de los más altos de Europa

Glenveagh National Park

Vuelvo al interior para explorar el Parque Nacional de Glenveagh, una joya compuesta por lagos, montañas y unos bosques milenarios que se cuentan entre los más antiguos de la isla. Esos árboles son unos de los últimos ejemplares de los bosques primigenios irlandeses.

Glenveagh National Park. Foto: Turismo de Irlanda.

También forma parte del parque nacional un imponente castillo levantado en el siglo XIX por John George Adair, un hombre de negocios irlandés que luchó por la supervivencia del gaélico como idioma en la isla.

Dunfanaghy, una pequeña villa con mucho encanto

Finalmente, mi viaje me lleva a Dunfanaghy, un pequeño pueblo a un paso de la salvaje costa de Donegal. Tan solo un par de calles poseen cierta vida, pero es más que suficiente para sentir el espíritu gaélico envolviéndolo todo.

Aprovecho la mañana para pasear por sus magníficas playas vírgenes enmarcadas por grandes dunas. Las mejores son las de Tramore y Killahoey, de 2 y 4 km de largo respectivamente. No hay nadie, y el sol, aunque no calienta, luce alto y arranca unos bellos tonos brillantes al mar, la arena y la verde vegetación que cubre las dunas.

Dunfanaghy. Foto: Martin Fleming | Turismo de Irlanda.

En el pub Patsy Dan’s Patsy Dan’s –situado en la calle principal de Dunfanaghy y que presenta techos bajos, rincones oscuros y una chimenea crepitante– me reencuentro con la música irlandesa.

Y es que aquí tienen lo que llaman las Sesiones Tradicionales todos los viernes y lunes por la noche, durante todo el año. Todos son bienvenidos y se anima a todos los músicos a que traigan sus violines, sus silbatos y sus cuerdas vocales.

Ese día toca un grupo que está ensayando para el gran festival gaélico que tiene lugar en Donegal cada verano: el Festival de las Artes de Earagail.

Bahía de Dunfanaghy. Foto: Martin Fleming | Turismo de Irlanda.

Earagail Arts Festival

El Earagail Arts Festival es un evento multidisciplinario bilingüe (gaélico e inglés) que tradicionalmente se lleva a cabo cada mes de julio en todo el condado de Donegal, siguiendo la magnífica ruta de carretera conocida como Wild Atlantic Way (La Salvaje Ruta del Atlántico).

El Festival de las Artes de Earagail trae a artistas inspiradores a esta cautivadora frontera europea, presenta a artistas nativos de la zona y brinda oportunidades para el intercambio cultural en lugares que van desde teatros y galerías construidos para el evento, hasta ayuntamientos, bosques y playas, creando una experiencia cultural única en una zona en la que abundan los lugares mágicos.

Foto: ©Earagail Arts Festival.

Me quedo con las ganas de conocerlo, así que prometo que volveré allí en julio. A Donegal, donde la tierra aún es ancestral y te susurra en gaélico.

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