Liubliana por primera vez: qué ver y hacer en la capital de Eslovenia

Compacta, muy verde y a poco más de 2 horas en avión con Vueling. Esto es lo que no te puedes perder en Eslovenia y su capital en tu primera escapada

1.200 km, que se recorren en poco más de 2 horas de avión, separan Barcelona de Eslovenia, una pequeña joya por descubrir frente a otros destinos europeos mucho más conocidos.

Puente sobre el río Soca, Foto: Jost Gantar.

Este hermoso y verde país, situado entre Austria, Italia, Croacia y Hungría, tiene otro gran atractivo: su pequeño tamaño y sus cortas distancias facilitan el acceso a cualquier lugar. El aeropuerto, su principal puerta de entrada, está a menos de una hora de cualquier parte del país: desde sus ciudades de estilo veneciano hasta los Alpes Julianos, pasando por Goriška Brda, la región vitivinícola soleada entre los Alpes y el Mediterráneo, o la localidad de Lipica, donde se crían los famosos caballos Lipizzaner.

Goriska Brda. Foto: Michael Matti.

Y, por supuesto, no puedes perderte la capital de Eslovenia, Liubliana, todo un descubrimiento con su encantador casco antiguo, su ambiente animado y un modo de vida que abraza plenamente la naturaleza, increíblemente presente en el ritmo diario de la ciudad.

Para descubrir el país y su encantadora capital, Vueling ofrece vuelos directos desde Barcelona con hasta dos conexiones semanales.

Castillo de Liubliana

Todas las miradas se dirigen hacia él. Hablamos del Castillo de Liubliana, que domina la ciudad desde su construcción en el siglo XII. También sirve de guardián de la historia de la ciudad, ya que alberga una exposición dividida en seis secciones que abarca todo el pasado conocido de Eslovenia, nada menos que 200.000 años.

Castillo de Liubliana. Foto: Drazen Stader.

Se puede llegar a pie o a través de un encantador funicular que asciende ofreciendo impresionantes vistas de los tejados de la ciudad, los parques y, a lo lejos, los Alpes Julianos. Una vez ahí puedes visitar la Torre Mirador, el Museo de Marionetas y otros espacios históricos como la Capilla de San Jorge, la Prisión y una experiencia inmersiva llamada «Castillo Virtual».

Una cafetería, un bar de vinos, dos restaurantes e incluso una discoteca (Jazz Club Ljubljanski grad) completan el recinto, que también sirve de escenario para actos culturales, espectáculos de danza y proyecciones de cine al aire libre durante las noches de verano.

El Mercado Central

De vuelta a la ciudad, el Mercado Central es una parada imprescindible, y mucho más que un lugar donde comprar. Tradicional punto de encuentro de los lugareños, incluye una zona al aire libre situada en las plazas Vodnikov y Pogačarnev, un mercado cubierto entre ambas y una serie de tiendas ribereñas que forman lo que se conoce como el Mercado Cubierto de Plečnik, llamado así por el arquitecto que diseñó su elegante columnata, Jože Plečnik.

Es un lugar ideal para degustar la cocina local, que encontrarás en sus restaurantes y puestos de comida callejera, así como en sus coloridos puestos de frutas y verduras, carne fresca y productos lácteos, pan, quesos, frutos secos, dulces y flores. El mercado también acoge varios eventos, como el Open Kitchen, donde los mejores chefs de la ciudad cocinan sus especialidades en directo para los visitantes.

Mercado Central de Liubliana. Foto: Miran Kambic.

Puente de los Dragones

A pocos pasos del mercado se encuentra uno de los monumentos más famosos de Liubliana: el Puente de los Dragones (no podrás resistirte a hacerte una foto aquí). Decorado con cuatro majestuosos dragones, es uno de los mejores ejemplos de arquitectura Art Nouveau de la ciudad, diseñado por Jurij Zaninović y construido entre 1900 y 1901.

Además de sus llamativos dragones -que originalmente debían ser leones alados-, el puente ostenta varios récords: fue la primera estructura de hormigón armado de Liubliana y la primera de Eslovenia en pavimentarse con asfalto, así como uno de los puentes de este tipo más grandes de Europa en aquella época.

Las huellas de Plečnik

El arquitecto más querido de Liubliana, Jože Plečnik, dejó su huella en el Mercado Central, los paseos junto al río y, esencialmente, en todo el corazón histórico de la ciudad. Su conjunto de obras, construidas entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial, fue inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO en 2021 bajo el título «Diseño urbano centrado en el ser humano.»

Fue el artífice de la transformación de Liubliana, que pasó de ser una ciudad provinciana del Imperio Austrohúngaro a convertirse en la capital del pueblo esloveno. Su legado se exhibe en su antigua casa, hoy Casa Plečnik, que alberga una exposición permanente sobre su vida y obra, especialmente sus logros en Liubliana, ciudad a la que regresó tras una exitosa carrera en Viena y Praga.

Entre planos, maquetas, fotografías, muebles originales, instrumentos de dibujo y objetos personales, los visitantes pueden explorar sus obras maestras, como la Biblioteca Nacional y Universitaria de Liubliana, el Mercado Central y la Iglesia de San Miguel en el Pantano, así como diseños no realizados, como la Catedral de la Libertad, destinada a albergar el Parlamento esloveno.

Biblioteca Nacional y Universitaria de Eslovenia. Foto: Mankica Kranjec.

Liubliana alternativa

Más allá de sus museos, encabezados por la Galería Nacional con unas 600 obras de artistas eslovenos y europeos que abarcan desde la Edad Media hasta el siglo XX, Liubliana también ofrece una vibrante escena artística alternativa.

Lo encontrarás en el famoso Metelkova Mesto, un centro cultural repartido en varios edificios que comenzó en 1993, cuando un cuartel militar abandonado se transformó en un centro de cultura urbana. Hoy, rodeado de graffitis y esculturas, alberga clubes, galerías y espacios creativos que acogen exposiciones, conciertos y festivales.

Otro punto de interés cultural es el Kino Šiška, que celebra más de 300 eventos al año con una programación innovadora, así como galerías como DobraVaga, situada en el Mercado Cubierto de Plečnik, y la Galería Škuc, dedicada a las artes visuales contemporáneas.

Parques y paseos

Con un centro histórico que ya hace tiempo que priorizó a las personas sobre los coches, pasear por Liubliana es puro placer, especialmente por los caminos arbolados de la ribera, salpicados de muelles, cafés y restaurantes. Incluso verás a lugareños y visitantes practicando kayak o paddleboarding en el río.

Un crucero en barco es otra buena forma de conocer la ciudad desde otro ángulo y admirar sus puentes, como el de los Carniceros, el de los Zapateros o el famoso Puente Triple de Plečnik.

Y, por supuesto, la bicicleta es imprescindible: con un sistema público casi gratuito (BicikeLJ) y una extensa red de carriles bici, es la mejor manera de explorar parques como el Tivoli (y quizá parar a hacer un picnic).

Velika Planina, Liubliana y Eslovenia Central. Foto: Jost Gantar.

Tanto si viajas en pareja, con niños o con amigos, Liubliana es una irresistible mezcla de historia, cultura y naturaleza: la escapada perfecta que empieza justo en la web de Vueling.

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