Si te gusta hacer trekking por Europa, estas rutas son para ti

‘Las mejores rutas de Europa para hacer trekking’ despliega 50 recorridos de largo aliento y 150 alternativas por montañas, costas y valles del continente

La exótica belleza de la Laponia sueca. Foto Jens Ottoson | Shutterstock

Hace pocos días comentábamos qué suerte que se ha aprovechado la diversidad de paisajes montañosos de España para crear una red de senderos que permiten descubrir geografías y culturas de una manera relajada y saludable.

Este principio en realidad se aplica a toda Europa, único continente cruzado por caminos de corto, medio y largo recorrido como los GR que atraviesan fronteras y que permiten llegar a rincones donde no hay vehículo que pueda seguir los pasos.

En recuerdo de los jóvenes románticos

No es una novedad: generaciones de jóvenes impregnados por el romanticismo en los siglos XVIII y XIX emprendían viajes hacia lo desconocido solo armado con buenas botas, una mochila y un bastón; herencia que tomaron en numerosas ciudades y países a principios del siglo XX con las creaciones de asociaciones de excursionistas.

Travesía por el Laugavegur, Islandia. Foto Pyty | Shutterstock

120 años después Europa está llena de caminantes, entre los que van y vuelven de su casa en el día hasta los que son capaces de emprender travesías de un mes o más.

Las vivencias de los expertos

Si alguien quiere seguir sus pasos puede tener en cuenta el libro Las mejores rutas de trekking de Europa, una edición de Lonely Planet escrita por 28 expertos en senderismo que recomiendan sus rutas favoritas y sugieren recorridos alternativos.

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Unos 28 expertos senderistas sugieren recorridos por Europa y recuerdan sus vivencias en las travesías

Ellos saben de lo que hablan. En la introducción se presenta a Jasper Wins que exploró las marismas de Frisia atento a que las mareas de Mar del Norte no lo dejen aislado; a Phoebe Smith que caminó ocho jornadas por el desierto blanco de Groenlandia, a Jini Reddy que propone andar cinco días por la región eslovena de Carso o a Sarah Baxter que explica por qué nadie puede olvidar los precipicios de la Garganta de Cares, en el Parque Nacional de los Picos de Europa, en Cantabria y Asturias.

Crónica de las experiencias más que una guía habitual

Cabe aclarar que este libro no es una guía de trekking habitual. Más bien es una recopilación de 50 rutas principales descriptas en primera persona por el autor, a las que se añaden 150 opciones similares elegidas en cuanto a cercanía o temática.

El libro cuenta las experiencias de 28 expertos senderistas. Foto Lonely Planet

Hay que tomarlo como crónica de las jornadas de senderismo, de los sentimientos que afloran cuando se acaricia una oveja cerca de glaciar suizo de Alestch, al saborear un whisky en el río Spey de Escocia, de las precauciones culturales que hay que tener en los pueblos remotos de Kosovo y Albania, la fascinación por el silencio en los bosques de Westweg, en la frontera de Alemania con Francia; o la experiencia de andar por la región norte de Suecia acompañado por el sol de medianoche.

Aunque los mapas son para dar una idea geográfica, cada capítulo tiene una ficha técnica con datos de la estación recomendada, distancia, duración, cómo llegar, donde alojarse y qué llevar; entre otras informaciones útiles.

Pasarela del Caminito del Rey, en Málaga. Foto Víctor Ovies Arenas | Getty Images

Las rutas más sencillas

De las 50 rutas, unas 13 son fáciles. Algunas son para realizar en un par de horas, como la del diseño danés en Aahrus, otras son sencillas en cuanto a exigencia física pero requieren de dos a cinco días; como el camino de de las formaciones rocosas de la Calzada del Gigante en Irlanda del Norte; la de los pueblos de la Alpujarra, con casi 70 km a realizar en tres jornadas; o la de los lagos eslovenos desde Landol a la villa italiana de Trieste, con 73 km por delante.

Algunas rutas sencillas duran un par de horas, y otras algunos días pero en terrenos que no requieren un gran esfuerzo físico

Caminos duros

Más exigentes son las 21 propuestas catalogada como ‘duras’. Algunas se realizan en el día, como el circuito por la garganta de Vikos en Grecia de 6,5 kilómetros que requiere un excelente estado físico, tal como la travesía de los Montes Rila en Bulgaria (36 km), donde se encuentran antiguos monasterios y solitarios lagos.

Un duro recorrido por el Parque Nacional de las Montañas Durmitor, en Montenegro. Foto Dan Tautan | Shutterstock

En ese puñado de trayectos está la caminata de 77 km por glaciares y volcanes de Laugavegurinn, en Islandia; la filosa cresta de Striding Edge en el Distrito de los Lagos de Inglaterra; los 280 km del Camino Portugués por la costa lusitana; o los ocho días que se necesitan para ir desde Port d’Andratx a Puerto Pollença por la Sierra de la Tramuntana en Mallorca.

Rutas épicas y para expertos

Y luego están las rutas épicas. Son una quincena de recorridos solo para expertos, donde las duras condiciones climáticas y la dureza del terreno son el pan de cada día.

Aquí está la travesía por los fríos bosques y taigas del este de Finlandia, las cuatro jornadas de ascensos y descensos en la Vía Alpina de Suiza, el salto de refugio en refugio por los picos de los Pirineos en Andorra, o el cruce de Córcega del noroeste al sudeste durante 15 días.

Hay rutas para caminantes exigentes y otras más sencillas. Foto Jurgen Wackenhut | Shutterstock

Y algunas rutas dejan el Camino de Santiago en un paseo por el parque, como los tres o cuatro meses que puede llevar bajar por la Vía Dinárica, a lo largo de los Balcanes, desde Postjona (Eslovenia) a Ohrid (Macedonia de Norte), un trayecto de 1.930 km.

Si a alguien le apasiona el trekking, este libro es una interesante fuente de inspiración para explorar lo desconocido y animarse a cruzar los límites, tanto de las fronteras políticas como los físicos y mentales.

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