Cuatro viajes por carretera para soñar con Turquía

Los ecos de la milenaria historia de Turquía resuenan en sus hermosas playas, sus densos bosques y sus pequeños pueblos, que se pueden descubrir en estas rutas

La antigua biblioteca de Esmirna. Foto Turismo de Turquía

Turquía es un libro abierto de historia, donde se escuchan las espadas de la guerra de Troya, los gritos del mercado de Pérgamo, en que deslumbran las joyas de la corte bizantina, con los temblores por los cañones que derribaron las murallas de Constantinopla, con el polvo de los jinetes otomanos de Anatolia y la sangre que tiñó las playas de Gallípolli.

Estas vivencias por la historia, además de descubrir sus variados paisajes de playas, montañas, bosques y ciudades, se pueden conocer por diversas rutas para realizar en coche, moto o autocaravana.

Desde Eskisehir a Isparta

Esta ruta de casi 300 km transcurre por los valles de Frigia y Anatolia. El punto de partida es Eskisehir, una importante ciudad rodeada de sierras con aguas termales.

En el camino se pasa por la ciudad histórica de Odunpazari, con el activo mercado de Atlihan y una consolidada tradición de artesanías, donde se encuentra el curioso museo de sepiolita, un mineral que se usa para confeccionar pipas.

Los lagos de Kovada, Göcük y Egirdir se conocen en una ruta que transcurre por los valles de Anatolia y Frigia

Calle de Odunpazari. Foto Turismo de Turquía

La naturaleza es protagonista al atravesar los distritos de Yalvaç y Egirdir, los parques nacionales del Lago Kovada (hogar de cientos de aves) y de Gölcük (formado en un antiguo cráter volcánico), el hermoso lago de Egirdir y los campos de lavanda del pueblo de Kuyucak.

En la zona transcurre la Ruta de San Pablo, que sigue las huellas de los peregrinos que la realizan desde hace 2.000 años, y que actualmente es una popular ruta de senderismo.

El destino final es Isparta, llamada la ciudad de las rosas, pero que no hay que confundir con la antigua Esparta de Grecia.

La belleza del lago Kovada. Foto Turismo de Turquía

Por valles y caminos de cornisa

Esta ruta de 166 km necesita casi tres horas para realizarse, porque transcurre por una serpenteante carretera con tramos de cornisa, donde el tapiz azul del Egeo se extiende hasta donde alcanza la vista.

El trayecto se combina con los retazos verdes de los bosques que se suceden en dirección a Ayvalik, con el toque cromático de las viviendas color crema que se suceden como un rosario.

El verde de los bosques se combina con el azul del Egeo, en unas tierras donde resuenan los versos de Homero al llegar a Troya

Monumento en recuerdo al caballo de Troya. Foto Turismo de Turquía

Desde Çanakkale, quedan recuerdos descriptos por Homero en la Ilíada y la Odisea, con el interesante museo de Troya que ganó el premio al mejor museo de Europa en el 2020.

Enfrente está la península de Gallipolli, donde tuvo lugar el enfrentamiento más duro en el antiguo Imperio Otomano en la Primera Guerra Mundial.

Al sur, en Ayvacik, se llega a la antigua ciudad de Assos, donde en su bahía se encuentran varias playas desiertas de gran belleza.

La naturaleza espera en la ciudad costera de Altinoluk, puerta de entrada al Parque Nacional del Monte Ida, con bonitos rincones como la cascada de Sütüven o el estanque de Hasanbogdu y con el detalle turísticos como el balneario y los spa de Güre.

Museo de Troya. Foto Turismo de Turquía

Las huellas griegas del Egeo

Este recorrido de 255 km es una inmersión por la cultura helena, donde los pensamientos de los filósofos clásicos se confunden con las hierbas incineradas en los oráculos y las órdenes de los barcos mercantes al llegar a puerto.

Desde Ayvalik hacia el sur el camino atraviesa las montañas de Madra, hasta llegar a la antigua Pérgamo, a un tiro de piedra de la actual Bergama. Contemplar sus ruinas permite intuir la grandeza que tuvo esta ciudad que fue capital de un reino durante un siglo y medio tras la muerte de Alejandro Magno.

Más historia se encuentra en Izmir (Esmirna), con otros valiosos testimonios de los antiguos griegos, y en la zona de Eski Foça, con hermosas vistas desde su carretera. Si hay que hacer una parada , que sea en los restaurantes que venden la pesca del día. No se arrepentirán.

Molinos cercanos a Esmirna. Foto Turismo de Turquía

En el trayecto que sigue por el Egeo se pasa por Urla que en sus elegantes restaurantes sirven deliciosas alcachofas locales, Kusadasi con una típica propuesta de sol y playa, Sirince que produce interesantes vinos y las antiguas ciudades de Éfeso, Mileto y Priene.

Éfeso, Mileto, Priene, Foça e Izmir son algunas de las numerosas huellas que han dejado los helenos en estas tierras

La ruta culmina en Çesme, un destino turístico donde el turismo aprovechó para construir donde haya cualquier espacio libre, que convive con las antiguas casas de piedra de Alaçati.

La playa de Olympos. Foto Turismo de Turquía

A lo largo del Mediterráneo

Esta ruta de 250 km transcurre a lo largo de la costa del Mediterráneo, desde la playa de Patara hasta Antalya.

Patara, enfrente de la isla griega de Rodas, además de sus 12 km de playas tiene un valioso patrimonio histórico de la ciudad de Licia, como su teatro, el arco de la ciudad, el faro y sus calles empedradas.

Aquí nació San Nicolás, pero es en la ciudad de Demre donde está su tumba que fue uno popular destino de peregrinación en la Edad Media.

Si se llega a Kas el viajero se encontrará con una villa turística (hay otra del mismo nombre en la sierra) que es un importante punto de buceo por la claridad de su aguas, y por la existencia de restos de antiguas civilizaciones en el lecho del mar, que se pueden descubrir en las excursiones de los barcos que zarpan desde Kekova.

Uno de los pueblos costeros que se descubren cerca de Antalya. Foto Turismo de Turquía

En Çirali hay una colonia de tortugas marinas, y tras pasar lo que era el puerto griego de Olympos se arriba a Antalya, importante ciudad histórica donde las huellas de las diferentes civilizaciones mediterráneas se pueden descubrir en su Museo Arqueológico.

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