Azul: el nuevo homenaje gastronómico de Romain Fornell al Mediterráneo
En una terraza con vistas de 360 grados este chef francés continúa su expansión en la capital catalana con el nuevo Azul Rooftop Barceloneta

Romain Fornell en la terraza de su nuevo restaurante. Foto Azul Rooftop Barcelona
En una terraza con vistas de 360 grados este chef francés continúa su expansión en la capital catalana con el nuevo Azul Rooftop Barceloneta
El chef Romain Fornell cambia de color: aunque su grupo gastronómico de siete restaurantes tenga el nombre de Goût Rouge (gusto rojo), y su sofisticado local de Diagonal Mar haya sido bautizado como Le Grand Café Rouge, su nuevo restaurante sobre el Paseo Marítimo se llama Azul.
Así será conocido por todo el mundo, porque en realidad su nombre oficial es Azul Rooftop Barceloneta (Paseo Juan de Borbón 101). Como si fuera un trabajo de análisis sintáctico, se ve que cada palabra esconde un homenaje particular.
Los homenajes en clave azul
Azul es por el Mediterráneo, que se puede ver desde cualquier ángulo de este restaurante que reemplaza al Blue Spot que perteneció a Gerard Piqué y Shakira -con otros socios- y que había cerrado por la pandemia en marzo de 2020.
Azul Rooftop Barceloneta sintetiza lo que se va a encontrar: restaurante de cocina marinera, en una azotea y con vistas al antiguo barrio marinero
Rootfop, o sea terraza, es porque se encuentra en la octava planta del edificio Ocean, en un sector que con las obras de la Copa América de vela se están convirtiendo en la nueva meca urbanística de Barcelona. Y eso que el ayuntamiento rechazó colocar allí al Hermitage.
Desde este privilegiado atalaya con vistas en 360 grados se contempla tanto el litoral de las playas hasta la zona del Fórum como el Puerto Viejo, la bocana de los cruceros y el Montjuic que emerge como un peñón protector.
Y Barceloneta porque es el homenaje particular al barrio donde se emplaza, cuyo perfil de calles angostas y ritmo frenético se contempla desde las alturas.
Además, es un reconocimiento a la tradición gastronómica de este antiguo barrio de marineros, porque gran parte de la carta gira en torno a los pescados, mariscos y bivalvos “recién capturados por los marineros del Moll del Rellotge”, dice este cocinero nacido en Francia pero que reside hace 25 años en Barcelona; ganador de dos estrellas Michelin: una por el Caelis de la capital catalana y otra por el Chaldette en la ciudad francesa de Lozère.
La carta inspirada en el Mediterráneo
Así se ve en la carta que Fornell diseñó y que el cocinero Simone Giorgani lleva adelante en el día a día; y que gira en torno al Mediterráneo pero sin olvidar los sabores de los huertos y campos; con un precio medio de 70 euros por persona.
La carta gira en torno al Mediterráneo, pero sin dejar de lado platos que recuerdan a los huertos y campos que lo rodean
Una visita a Azul se puede iniciar con entrantes como el filete de anchoa del Cantábrico, las gambas de Palamós o el atún rojo con crema de aguacate; o apostar por clásicos como las croquetas de jamón o gambas, el huevo frito con guisante del Maresme o los mejillones de roca con hinojo.
Y quien busque darle un toque más sofisticado mientras mira el mar, puede probar el real caviar Baerii o las ostras Sorlut de Normandía.
Ya hablando de principales, los pescados pueden llegar en elaboradas preparaciones como la lubina a la sal o la escórpora frita con mayonesa de chiplote (muy recomendada) o el canelón de lubina con crema de apionabo y botarga.
O para honrar a los pescadores de toda la vida, ir por las brasas como el rodaballo, el rape de tripa negra o el bogavante azul del Atlántico; en grandes piezas pensadas para compartir.
No pueden faltar arroces como el caldoso de gamba roja y ñora o el seco de calamar y almejas, y carnes abrasadas por el fuego como los lomos de wagyu de Burgos o el de vaca madurada (contundente pero imprescindible), así como el secreto ibérico de bellota o el solomillo de buey de Girona.
Los postres, como vimos en la presentación ante la prensa, son pequeñas joyas que dan lástima romper, como el Salvador Dalí cheescake, la piña osmotizada al ron de coco o el babá al Brandy Fundador Supremo.
Cócteles y tapeo
El Azul Rooftop Barceloneta distribuye sus amplios 1.200 metros cuadrados en varias salas, como la terraza exterior, un pequeño espacio con un ala con pocas mesas pensado para los que buscan un cierto aislamiento y una barra con vistas al puerto.
Dado que el restaurante abre de miércoles a domingo de 17:00 a 3:00, el lugar se presta no solo para cenar sino también para ver el atardecer o dejar pasar la medianoche entre tapas y cócteles; con una variada selección de combinados clásicos y de autor que ofrecen una experiencia diferente en este nuevo restaurante de Barcelona.