Perelada presenta la bodega más ecológica del mundo

Perelada inaugura una gigantesca bodega diseñada por el estudio RCR Arquitectes, con la que apuestan a colocar a la DO Empordà en el mapa mundial

A la izquierda Peralada con el convento del Carme, el Castillo y el parque del castillo, en el centro la nueva bodega y al fondo las Alberas, el Mediterráneo y el cabo de Creus Foto: Perelada

A la izquierda Peralada con el convento del Carme, el Castillo y el parque del castillo, en el centro la nueva bodega y al fondo las Alberas, el Mediterráneo y el cabo de Creus Foto: Perelada

Esta es la bodega más ecológica del mundo. Y se acaba de inaugurar en el Empordà. A un año de su centenario la compañía Perelada ha hecho realidad un viejo sueño de la familia Suqué, que llevaba 20 años en los planos y que finalmente ha hecho realidad el estudio de arquitectura RCR, uno de los más prestigiosos del mundo. 

Con el nuevo equipamiento la propuesta es cuádruple: hacer un mejor vino para poner la DO Empordà en el mapa mundial, apostar por ecología luchando contra el cambio climático, presentar una arquitectura de excelencia y promover el enoturismo cultural.

Un estudio de primera línea

El Celler de Perelada ha sido diseñado por RCR Arquitectes, que junto a Rafael Moneo, son los únicos arquitectos del país que poseen el premio Pritzker de arquitectura. 

Rafael Aranda, socio fundador junto a Carme Pigem y Ramon Vilalta, dijo que a pesar de ser de Olot “no hemos tenido muchas oportunidades de poder hacer obras de cierta importancia cerca de casa. Es una alegría ver ese sueño hecho realidad en esta bodega con nuestra manera de entender la vida y la arquitectura”, en una obra que califica como “la divulgación de la cultura del vino ligada al paisaje”.

Certificado de sostenibilidad

En el 2021 la nueva bodega fue reconocida como la primera europea en obtener el sello LEED Gold, la certificación de sostenibilidad más importante del mundo para un edificio.

El nuevo edificio fue construido bajo pautas sostenibles, que podrá ahorrar un 37% de energía

La distinción se otorgó por su construcción, rendimiento de los recursos y materiales usados, entre otros parámetros, que le permitirá ahorrar cerca de un 37% en energía.

El conjunto se integra totalmente en el paisaje, y se extiende entre dos niveles lo que lo convierte en semi enterrado.

A la vista solo sobresale La Granja, proyectada en 1941 por Adolf Florensa como infraestructura para ganado vacuno y restaurada hace cuatro años.

La Granja se convirtió en un mirador sobre el paisaje en que se ha habilitado un auditorio, una tienda, una sala de catas y un restaurante con el bar de vinos Celler 1923.

Allí se podrán degustar los vinos de la casa acompañados de platos inspirados en la gastronomía ampurdanesa de 1923, que firma el chef Paco Pérez (cinco estrellas Michelin) que a su vez dirige el restaurante Shiro en el resort de Perelada

El maridaje entre viñas y arquitectura

El nuevo espacio ha tenido una inversión de más de 40 millones y se ha concebido para que la arquitectura se adapte al proceso de vinificación, que deja de ser un contenedor para participar de todas las fases del vino.

El enólogo de Perelada Delfí Sanahuja ha trabajado codo con codo con los arquitectos para diseñar una funcionalidad ideal con la vinificación.

Para la nueva bodega Perelada ha invertido 40 millones de euros

Es muy difícil hallar una arquitectura del vino con un protagonismo tan grande por parte de su creador, y por tanto con una adaptación funcional tan fiel al proceso que allí se realiza, pero con una estética sobresaliente: volúmenes, colores, materiales y climatización en un despliegue de excelencia.

Las entrañas de la nueva bodega

RCR Arquitectes ha creado inmensas salas diáfanas de 40 metros de ancho (la catedral de Girona tiene 30) libres de columnas, donde su techo es a la vez el suelo del exterior y con una temperatura constante de 16 grados gracias a la energía geotérmica que proporcionan 331 pilotes enterrados a una profundidad de entre 8 y 20 metros. 

La nave del Celler se adapta al terreno y respeta el paisaje. La sala de vinificación que recibe uva y mosto por gravedad contiene 188 depósitos de acero inoxidable de entre 600 y 30.000 litros, cifra que supera con creces los 80 depósitos de las instalaciones anteriores, y que permitirá vinificar de forma separada las diferentes parcelas y subparcelas de cada finca.

Panorama del conjunto desde el nivel inferior
Foto: Perelada

Destaca de forma evidente la sala de crianza, iluminada de forma tenue y en la que reposan miles de litros de vino en 4.000 barricas de roble, aunque la capacidad de la estancia sea de 8.000 barricas.

Pasear por las bodegas

Los enoturistas podrán a partir el 24 de junio realizar un recorrido por todas las salas pero sin la intromisión física que sucede en casi todas las bodegas.

El laberinto es un espacio austero y solemne que recuerda la arquitectura egipcia. En cuanto se abandonan las grandes salas los visitantes transitan por cinco dependencias en donde se pueden ver y tocar las tierras de cada una de las cinco fincas que Peralada tiene en el Empordà: La Garriga, Pont de Molins, Espolla, Malaveïna y Garbet.

Nave de crianza en roble. 40 metros de ancho.
Foto: Silvia Brenes

En el sector correspondiente a cada terruño se proyecta un vídeo para que el visitante se sienta transportado a los viñedos.

La visita continúa con la muestra de barricas (de roble principalmente francés), en un contexto de paredes de hormigón que imita la madera.

El templo

Después está la joya de la corona, el Temple, una bodega dentro de la bodega, “un espacio de espiritualidad para dar el máximo valor a la uva”, comenta el arquitecto Aranda.

La zona del Temple se considera como la bodega dentro de la bodega

Los cuatro autores del proyecto, Eugeni Llos, director general; Javier Suqué, presidente; Rafael Aranda, arquitecto; y Delfí Sanahuja, enólogo. Al fondo La Granja
Foto: Silvia Brenes

Este lugar destinado a la elaboración de los vinos de gama más alta, con depósitos de fermentación de hormigón y grandes fudres de roble para crianzas especiales, es un lugar “casi místico”, dice Delfí Sanahuja, enólogo del grupo, que describe cómo se preparan aquí vinos icónicos y reservas especiales como el Finca Garbet (mil botellas al año, a 110 €), los vinos Ex Ex o la colección insignia de Perelada, Gran Claustro

Visitas reducidas

El objetivo es que las visitas sean muy exclusivas, de aproximadamente una hora y limitadas a 15 personas.

Además, el grupo Perelada quiere relacionar la nueva bodega con los otros espacios del resort que hay alrededor, como son el Castillo de Perelada y su jardín, el hotel de cinco estrellas Peralada Wine Spa & Golf; el Golf Club Peralada; el Castell Peralada Restaurant; y el Auditori Festival Castell Peralada; entre otros.

Para Eugeni Llos, director general de bodega Perelada, “nuestro objetivo no es registrar altas cifras de visitantes sino sorprenderles y emocionarles”.

Vinos y cultura

La elaboración de vinos en el Castillo Perelada se documenta ya en la Edad Media, con pergaminos conservados en la riquísima biblioteca del castillo.

Javier Suqué Mateu, presidente de Perelada y el arquitecto de RCR Rafael Aranda en el mirador sobre la cubierta de la bodega
Foto: Perelada

Cuando Miguel Mateu compró en 1923 el conjunto monumental del Castillo de Peralada uno de sus principales objetivos fue revitalizar la tradición vitivinícola del lugar. 

Pero Perelada también es internacionalmente conocido por el Festival del Castell de Peralada, el primero de sus características en España y un evento cultural que iniciaron la hija de Miguel, Carmen Mateu y su esposo Arturo Suqué.

El nieto, Javier Suqué Mateu, al frente de la bodega y del Grupo, ha apostado además por los vinos de calidad, plantando y adquiriendo viñedos y formando un equipo de enólogos de gran prestigio, destacando la importante labor en investigación, a través de la cual Perelada busca aprovechar al máximo su enorme potencial.

Nuevos vinos

El proyecto del nuevo Celler incluye la creación de una gama nueva de vinos con propuestas exclusivas e incluso experimentales, para convertirse en un referente mundial. 

La nueva bodega elevará la producción de 1,9 millones a 2,5 millones de botellas al año. 

El proyecto del nuevo Celler incluye la creación de una gama nueva de vinos

El enólogo Sanahuja, enfatiza que con esta bodega de grandes dimensiones “no se busca hacer más volumen sino vinos de mayor calidad para poner la DO Empordà en el mapa vinícola mundial”. 

Los vinos de Perelada en la tienda de Catas.
Foto: Silvia Brenes

“Hemos hecho una bodega de emociones, fusionando el arte de la arquitectura con el arte de la enología, y eso debe permitirnos pasar de hacer vinos excelentes a unos vinos excepcionales”, dijo.

Pero la bodega tiene más proyectos: crear una nueva bodega para elaborar vinos de alta gama de la DOQ Priorat; y la rehabilitación de la Casa Gran del Siurana para fines enoturísticos, una masía de tres siglos en Bellmunt del Priorat.

También contemplan la habilitación para la producción vinícola de una finca de 40 hectáreas en Ribera de Duero, así como la entrada en el mercado gallego.

“Como grupo queremos ser un referente en el mercado de vinos español”, agregó Suqué.

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