Hijos de Tomás, los nuevos cocteles que debes probar en Madrid

Cócteles clásicos, música en directo, y el espacio más cool y divertido de la Familia La Ancha desembarcan en el Hotel Thompson para hacer de las noches de Madrid algo inolvidable

Hijos de Tomas, tenemos nueva coctelería y piano bar en Madrid.

Tras los éxitos de La Gabinoteca, Fismuler (dinos que has probado su tarta de queso, una de las mejores de Madrid), Armando, Las tortillas de Gabino, La Ancha y Molino de Pez, llega lo nuevo de Familia La Ancha, en este caso un piano bar oculto en el sótano de uno de los últimos hoteles cinco estrellas que acaba de abrir sus puertas en Madrid, el Thompson.

En pleno centro, con sabor a speakeasy de aires castizos, elegante pero con una pizca gamberra, Hijos de Tomás es una coctelería que mezcla con gracia el ambiente de los locales madrileños de los años 50 y la clandestinidad de la Ley Seca en Estados Unidos.

Un piano bar del siglo XXI

Tras desembarcar en el hotel, primero en Europa de esta marca de lujo urbano de la cadena Hyatt a través del restaurante The Omar, este segundo concepto, también capitaneado por el chef Nino Redruello, nace como lugar destinado al disfrute, como una continuación de esas animadas cenas que destilan felicidad.

Foto: Hijos de Tomás.

Coctelería y música son las dos patas de Hijos de Tomás, un lugar que promete diversión a golpe de tragos clásicos, música en directo protagonizada por un piano y actuaciones improvisadas, un espacio que se suma a la oferta del ocio noctámbulo capitalino y refuerza esa querida tradición madrileña del piano bar que tantas noches de diversión nos ha regalado (¿quién no se ha desgañitado alguna vez ya entrada la madrugada en torno al piano de Toni 2?).

¿Por qué el nombre? «Tomás es el espíritu libre y entre golfo y sinvergüenza de la vida que inevitablemente todos tenemos dentro en alguna proporción», nos responden sus responsables.

Hijos de Tomás se suma a la oferta del ocio noctámbulo capitalino reforzando la tradición madrileña del piano bar

De la estética del local se ha ocupado Arquitectura Invisible, el estudio de Ignacio Redruello, y para su diseño han buscado inspiración en esos bares escondidos dónde la gente se refugiaba para beber y bailar durante la Ley Seca en EEUU pero también en los piano bar madrileños de mediados del siglo XX.

La barra retroiluminada y el piano acaparan las miradas. Foto: Hijos de Tomás.

Así, el gran protagonista de la sala es un piano de cola que consigue que cada noche sea distinta y que permite escuchar música en directo de calidad en el centro de Madrid.

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Las mejores noches son improvisadas

Alrededor del piano una gran barra retroiluminada y una zona de reservados con sofás chester y lámparas de flecos que ambientan la velada.

Los cócteles de corte clásico son los reyes de la carta. Foto: Hijos de Tomás.

En cuanto a la programación musical, irá variando en función de los días y las horas, nos cuentan, y aunque el piano será el gran protagonista, también habrá lugar para otros instrumentos como el saxo, el cajón flamenco o la guitarra.

Lo mismo sucede con las voces y con los djs que irán cambiando cada día.

Los jueves Hijos de Tomás se rinde al tardeo abriendo desde las 18.00 horas, mientras que viernes y sábado se vuelve más nocturno y cierra a las 3.00.

Foto: Hijos de Tomás.

Qué pedir en Hijos de Tomás

En la carta de cócteles figuran clásicos como el Cox a base de ron, cachaça, carbón y lima; La Llorona con tequila, chile verde, chartreuse, jengibre y sal ahumada; Compay, con ron cubano, tabaco, vermut rojo, melaza; Maddona Lips, con vodka, pacharán, arándanos, melocotón; y Winston, elaborado con whisky bourbon, naranja, té y lima (precios: entre 12 y 14€).

También cócteles sin alcohol como el Niño Tomás preparado con clavo, canela y cola, así como destilados premium, vinos y una amplia carta de champagne con referencias como Delamotte, Louis Roederer, Taittinger, Krug, Dom Perignon, Laurent-Perrier y Bollinger.

Foto: Hijos de Tomás.

Además, cuenta con una sencilla carta de picoteo con opciones como una selección de ibéricos, patatas bravas (muy bravas), ensaladilla rusa o croquetas de jamón que complementan la experiencia.

a.
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