8 restaurantes que no te puedes perder en Cuenca, la nueva capital gastronómica española

Declarada capital gastronómica española de 2023, recorremos Cuenca en busca de sus platos más emblemáticos y los mejores restaurantes donde degustarlos

Casas Colgadas es el nuevo feudo de Jesús Segura en Cuenca.

Y a la tercera, fue la vencida. Cuenca se ha alzado por fin como Capital Española de la Gastronomía, un título en el que sucede a Sanlúcar de Barrameda, en Cádiz, y que ostentará durante 2023. Superando a Oviedo y Pontevedra, la ciudad castellanomanchega ha logrado convencer al jurado con los tesoros culinarios de la Serranía y sus productos de proximidad así como la tradición y la vanguardia que se dan la mano en sus fogones.

En la “más compleja” de las 10 ediciones celebradas hasta hoy de este evento que organizan la Federación Española de Hostelería (FEHR) y la Federación Española de Periodistas y Escritores de Turismo (FEPET), el jurado resaltó “la constancia y el tesón de Cuenca” demostrados al optar a esta nominación por tercera vez.

También hay piropos para su cocina “tradicional, austera y sencilla”, en “total conexión con el entorno natural y monumental”, además de su vínculo con una despensa inigualable basada en los productos de calidad y con sello de Denominación de Origen.

Platos como morteruelo pastoril, el ajoarriero, el atascaburras, los zarajos, las migas manchegas, los huevos camperos, el pisto, el bacalao ajoarriero o los estofados de cordero e ingredientes que esconde la Serranía en ríos y bosques como la trucha del Júcar, hongos, setas y níscalos, caza (perdiz y codorniz, gamo, corzo o jabalí) conviven en Cuenca con gastronomía innovadora y diferente que lideran jóvenes cocineros comprometidos con la calidad.

Cuenca atraviesa un momento muy interesante en lo artístico y en lo gastronómico. Foto: Turismo de Cuenca.

Una cocina de cuaresma rica en potajes, garbanzos, espinacas y bacalao, guisos de ayuno y postres como las torrijas y el alajú, un dulce de origen árabe elaborado a base de miel y almendras con miga de pan están también entre los tesoros gastronómicos de Cuenca, sin olvidar el archifamoso queso manchego.

Pero, ¿cuáles son sus mejores restaurantes? A apenas 60 minutos de Madrid en AVE, nos acercamos a Cuenca para comernos a bocados la próxima Capital Gastronómica Española.

Casas Colgadas

Ocupando el legendario mesón de uno de los iconos de Cuenca, las Casas Colgadas, encontramos desde hace apenas unos meses (se inauguraron en agosto de 2022) dos propuestas gastronómicas con el sello de Jesús Segura entre espectaculares vistas a la hoz del Huécar.

Casas Colgadas es el feudo de Jesús Segura en Cuenca.

En primer lugar, el restaurante gastronómico Casas Colgadas, donde este conquense con una trayectoria de más de 20 años en los fogones investiga con productos locales, el entorno y la tierra en una propuesta muy ligada a la temporalidad y la estacionalidad que se traduce en propuestas creativas y muy personales. En forma de menú degustación, tiene un precio de 95 euros.

La segunda opción viene representada por La Casa de la Sirena, donde el chef ofrece un menú algo más asequible en precio pero igualmente convincente y amarrado a las raíces de su tierra. De sala blanquísima, ocupa lo que fuera el almacén del antiguo Mesón y sus dependencias anexas. El menú, de seis pases, tiene un precio de 50 euros.

Foto: Casas Colgadas.

Trivio

Jesús Segura sigue estando detrás de un restaurante de la parte nueva de Cuenca, en el que su trabajo fue reconocido con una estrella Michelin: Trivio (Colón, 25).

Pablo Rocamora, que trabaja mano a mano con Segura desde 2019, está ahora al mando de un restaurante ofrece una cocina desenfadada y un punto atrevida, muy viajera y siempre en evolución.

Se puede disfrutar tanto a la carta como en menú degustación (30 euros).

Foto: Trivio.

Raff San Pedro

Nacido en Cuenca, el chef José Ignacio Herráiz es el alma y el corazón de Raff San Pedro, un elegante restaurante que se levanta sobre unas antiguas caballerizas del siglo XVI en el 58 de la calle San Pedro.

Formado en restaurantes de la talla de El Bulli, Herráiz se luce con platos de fuerte impronta tradicional y ligeros toques de creatividad, siempre utilizando los mejores productos de temporada que ofrecen los campos, las huertas y los montes de Cuenca.

En la carta del restaurante, distinguido con un sol Repsol y un Bib Gourmand Michelin, aparecen propuestas como el ajoarriero tradicional con sus contrastes dulces y ahumados, el bacalao ‘tiznao’ (con aceituna negra, cebolla y pimiento asado), el arroz meloso de monte bajo o la cierva con setas y cremoso de tubérculos

Níscalos escabechados. Foto: Raff San Pedro.

El menú degustación con cuatro entradas individuales, media ración de pescado, media de carne y postre tiene un precio de 50 euros.

Olea Comedor

También destacado con un Bib Gourmand de la Guía Michelin que hace referencia a la excelente reladión calidad-precio encontramos Olea Comedor (Av. de Castilla-la Mancha, 3).

El chef Eduardo Albiol, que trabajó con Albert Adrià en el restaurante Tickets de Barcelona, plantea aquí una cocina bastante personal y diferente trabajando sobre el recetario tradicional pero actualizado con sabores de otros lugares del mundo.

Sepia, berenjena a la llama, holandesa y salicornia. Foto: Olea Comedor.

En la carta, no demasiado extensa, se aprecian curiosas creaciones que muestran lo interesante de su propuesta como el boquerón con naranja y aceituna, el gazpachuelo con mejillones, aguacate y piña, el sargo con brócoli y pomelo, el carabinero con huevo y patata o un excelente cuscús de cordero.

Muy recomendable su maravilloso cheescake que marida excelentemente bien con alguno de los licores resolí de la tierra. Tiene un precio medio de 25 euros.

Romera Bistrot

Muy céntrico, junto al casco antiguo de Cuenca y en la parte baja de la ciudad, Romera Bistrot (Calle Tintes, 19) es un buen descubrimiento en la ciudad

Con una cocina basada en la tradición y con pinceladas de autor, presta especial atención a los productos de temporada, ya sean setas, trufas, brotes, pescados o carnes, que desfilan en la mesa en cuidadas presentaciones.

Corvina al kamado. Foto: Romera Bistrot.

En su actual menú, de 26 euros, encontramos platos como croquetas de soja y sésamo con sashimi de atún, ajoarriero con mango, bacalao ahumado y huevas de arenque o ku-bak de pollo y setas y segundos –a elegir- como tahyllarines de pasta con gambón y verduras, arroz meloso, bacalao con holandesa de ajo negro o presa kamado con parmentier de hongos.

Parador de Cuenca

Entre los grandes clásicos de la restauración en Cuenca no puede faltar el Parador, que se alza sobre la Hoz del Huécar en el antiguo convento de San Pablo, de 1523.

Un bello artesonado de madera decora su espectacular comedor, ubicado en el antiguo refectorio de los monjes.

El chef Miguel Martínez está al frente de los fogones del Restaurante Parador de Cuenca, de los que salen los platos más tradicionales, los quesos manchegos artesanales o las chacinas de caza.

El ajomortero del Restaurante Parador de Cuenca. Foto: Paradores.

Entre sus especialidades se cuentan el cordero lechal, el paté de perdiz de tiro, la trucha de la Ribera del Júcar con emulsión de sopa de ajo de las Pedroñeras o el lomo de cierva de la Serranía de Cuenca con cremoso de castañas asadas y mostillo manchego.

Te recomendamos dejar espacio para el postre, especialmente para el helado de queso artesano y el tocinillo de cielo con gelatina de gin tonic. Precio medio: 45 euros.

Figón del Huécar

El Figón del Huécar se ubica en el casco antiguo de la ciudad, a muy pocos pasos de la catedral, en la que antiguamente fue la residencia del famoso cantante conquense José Luis Perales (Julián Romero, 6).

Muy amplio, con su propia bodega excavada en la roca y tres salones con increíbles vistas a la hoz, es el feudo del chef Ángel Gómez, que elabora aquí una cocina tradicional casera, de mercado, muy respetuosa con los sabores de siempre.

Tulipa de morteruelo con piñones. Foto: Figón del Huécar.

Se puede comer a la carta, en menú del día (29 euros), menú degustación (39 euros) o bien optar por su Menú Romántico (45 euros) y entre sus platos destacan la ensalada de perdiz de monte, la tulipa de morteruelo con piñones, la caldereta de cordero o la gustosa merluza del Cantábrico en suave salsa de cítricos con verduritas, entre otros.

La Ponderosa

La Ponderosa (San Francisco, 20) es uno de los restaurantes, o más bien mesones, de siempre de Cuenca, de esos que no defraudan cuando lo que buscas es la comida más tradicional de la zona.

Con casi cinco décadas de vida (49 años cumplen este 2022) y reconocimientos como el Solete Repsol, entre sus propuestas descuellan las perdices escabechadas, reinas de una carta que incluye también clásicos locales como el morteruelo, las setas en temporada -especialmente el boletus-, el lomo de orza en adobo o las mollejas.

Foto: La Ponderosa.

Ventresca de atún rojo, percebes de Cedeira, cigalas y otros pescados gallegos comparten mesa y mantel con el jamón ibérico, el tomate con ventresca de bonito del norte en escabeche o los huevos de corral de sus propias gallinas. Todo delicioso. Precio medio: 40 euros.

a.
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