Hotel Kimpton Vividora: tres espacios exclusivos para sentirse como en casa

Casa de Vivi es el nuevo concepto gastronómico del hotel boutique Kimpton Vividora, que une la sofisticada carta de su restaurante Fauna con los cócteles de GOT y el toque informal de su terraza

Desde la terraza se despliegan las vistas del Barrio Gótico de Barcelona. Foto Kimpton Terrace

El Kimpton Vividora de Barcelona es un hotel boutique de cinco estrellas, sí, pero su concepto estético no es desplegar ambientes fastuosos que pueden incomodar a los que buscan una elegancia discreta.

Su idea es apostar por la calidez que se puede tener en un hogar, con una decoración moderna, algo minimalista pero amigable.

“Pensamos en un personaje ficticio, llamado Vivi, que sería una chica de Barcelona de unos 30 años, moderna y cosmopolita pero que ama su ciudad, y que invita a que conozcas su casa”, describe a Tendenciashoy Sebastião Palma Campos, F&B Outlets Manager del hotel.

Así nació el concepto ‘Casa de Vivi’, que en el apartado gastronómico se traduce en la suma de tres espacios diferentes pero que funcionan como una unidad.

La barra del bar GOT. Foto Kimpton Vividora

Los cócteles de GOT

A diferencia de otros hoteles, cuando uno entra en el Kimpton Vividora no se encuentra con una recepción sino con una barra de bar. Se trata del GOT Coffee & Cocktails, un espacio de muebles con un toque sofisticado y lámparas con diseños que en los ’70 se consideraba vanguardista.

La planta baja es una cafetería por el día y coctelería por la noche. Para llegar a la recepción hay que subir una planta

De día es una acogedora cafetería, con la luz que entra por los grandes ventanales, donde entre dulces y tapas se pueden saborear el Cafè de Finca y los tés de Sans & Sans.

Foto JP Chuet-Missé

De noche el ambiente cambia, con un guiño al concepto de los bares clandestinos de la Ley Seca (aunque el lugar está a la vista de todos los que pasen por la calle Duc).

Allí los mixólogos Santi Ortiz, Roman Vil y Yeray Monforte se unieron al bartender jefe Marcos Miranda para crear cócteles donde la estética es tan importante como el sabor.

Así dimos cuenta con el original Paleta de Picasso, una especie de gin tónic donde hay que pasar un pincel a los dulces de la paleta y ‘pintar’ el borde de la copa. O el discreto Té Media Noche, con Bombay Sapphire infusionado con té Roiboos, cordial de sake, lima y ginger beer.

Huevos del zar, La biblia y Caja cristal son otros cócteles de diferente intensidad pero ideales para presumir en Instagram.

El restaurante Fauna

En la primera planta, a un lado de la recepción, está el restaurante Fauna. Sin vistas al exterior, con sus muebles de madera y un sector con libros mantiene la estética que remite a una casa burguesa.

El restaurante Fauna. Foto Kimpton Vividora

El chef ejecutivo del hotel, Jordi Delfa, elaboró una carta basada en productos de proximidad, de recetas tradicionales pero con una moderna relectura; que se percibe desde el inicio con un entrante de olivas rellenas de nata y jamón.

O en las ostras fritas XL, con la carne del bivalvo rebozada (aunque también está la tradicional, a la japonesa y a la gallega).

Olivas y aceite con croquetas de jamón ibérico. Foto JP Chuet-Missé

Los entrantes son porciones justas, pero los principales están pensados para compartir, desde el arroz de calamar y gamba roja o el vegano con verduras de temporada; hasta el lomo bajo madurado 60 días (de 800 gramos) o la espalda de cordero deshuesada (400 gramos).

Pensábamos que subir la apuesta con un rodaballo de un kilo, con ajo frito, acompañado de puré con trufa negra y los bimis (variedad de brócoli) salteados iba a ser un canto a la exageración, pero por suerte no: entre quitar cabeza, espinas, vísceras y piel, quedan dos filetes de un tamaño ideal para no quedar agobiado.

En el restaurante Fauna hay carnes de 800 gramos y pescados de un kilo, platos pensados para compartir entre dos personas

Rodaballo de 1 kg con ajo frito. Foto JP Chuet-Missé

Los postres son todas combinaciones de sabores y aromas dulces, con helados, bebidas y frutos que son mejor pedir dos unidades y cruzar platos. Si es por sugerir, que sea el banofee borracho con ron añejo.

La Terraza de Vivi

El tercer espacio es la azotea, hogar de la Terraza de Vivi. La ventaja de que en el Barrio Gótico la mayoría sean edificios bajos permiten contemplar el horizonte de terrados y cúpulas sin obstáculos, con una variada carta de cócteles y tapas.

La Terraza de Vivi. Foto Kimpton Vividora

El espacio está abierto incluso en invierno, hasta que cae el sol, y desde las 11:00 a las 16:00 se ofrecen brunchs con mimosas y bloody mary.

La versatilidad de estos espacios hace que uno pueda disfrutarlo en cualquier momento del día, ya sea para darle un toque distendido por los mediodías, para ver el atardecer en la ciudad horas más tarde, o para jugar a la sofisticación en la combinación de cena y cócteles por la noche. Que uno tenga la misma libertad de horarios que en su casa.

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