Francia prohíbe los vuelos cortos para reducir las emisiones

Aprobado por decreto, Francia veta los vuelos internos entre ciudades con conexiones de tren por debajo de las dos horas y media. La medida acabará con los vuelos entre París y las ciudades de Nantes, Lyon y Burdeos

Francia veta a los vuelos cortos.

Ya es oficial: desde esta semana en Francia no podrán operar vuelos cortos en viajes para los que exista una alternativa en tren por debajo de las dos horas y media, una medida con la que el país busca reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y así luchar contra el cambio climático.

Anunciado por el ministro de transportes, Clement Beaune, como un “paso esencial y un fuerte símbolo en la política de reducción de emisiones”, la medida, en la práctica, afectará a tres únicas rutas, las que conectan el aeropuerto de París-Orly con las ciudades de Nantes, Lyon y Burdeos.

Una medida simbólica

“Mientras luchamos sin descanso para descarbonizar nuestros estilos de vida, ¿cómo podemos justificar el uso del avión entre las grandes ciudades que se benefician de conexiones regulares, rápidas y eficientes por tren”, explicaba el ministro.

Avalada por la UE, la medida especifica que para ser cancelada, la ruta aérea debe tener una alternativa ferroviaria de alta velocidad que permita viajar entre las dos ciudades en menos de dos horas y media.

También debe haber suficientes trenes a primera hora y a última para permitir que los viajeros pasen al menos ocho horas en el destino.

En la práctica la medida afecta a solo 3 rutas en Francia. Foto: Morgan Montigny | Pixabay.

Además, la medida, incluida ya en la Ley del Clima aprobada en agosto de 2021, no afecta a los vuelos de conexión para las rutas internacionales, por lo que muchos han criticado que sea más un movimiento simbólico que efectivo.

Alcance real de la prohibición de los vuelos cortos

Cuando se anunció, la asociación francesa de aeropuertos (Union des Aéroports Français) recurrió la medida, al igual que el Consejo Internacional de Aeropuertos (ACI), por lo que fue suspendida mientras Comisión Europea examinaba este recurso. En diciembre dio el visto bueno.

Para las patronales de las compañías aéreas como A4E (que representa a grupos como IAG en el que se enmarcan British Airways, Iberia, Vueling o Level, pero también KLM o Ryanair), se trata de una prohibición simbólica. “Los gobiernos deben apoyar soluciones reales e importantes para descarbonizar la aviación”, subrayan sus responsables.

Al otro lado, también hay quien critica al presidente francés, Emmanuel Macron, por suavizar la medida (inicialmente los expertos consultados por el gobierno francés propusieron prohibir los vuelos con alternativa en tren de hasta cuatro horas).

En este sentido, ya es una realidad que las líneas de alta velocidad están ganando la batalla contra el avión en las rutas más cortas, por lo que la prohibición no afectará sustancialmente a la reducción de vuelos.

“La prohibición de vuelos en Francia es un movimiento simbólico, pero tendrá muy poco impacto en la reducción de emisiones”, apunta la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente, una agrupación de organizaciones no gubernamentales que trabajan en el campo del transporte y el medio ambiente en Europa.

Foto: Air France.

Según las estimaciones de T&E, las tres rutas afectadas por la prohibición representan solo el 0,3% de las emisiones de los vuelos que despegan de Francia continental y el 3% de las emisiones de vuelos nacionales del país (contando solo los vuelos nacionales continentales).

Es más, las tres únicas líneas directamente afectadas ya no se operan; operadas por Air France entre el aeropuerto parisino de Orly y las ciudades de Burdeos, Lyon y Nantes, desaparecieron con la crisis de la covid a comienzos de 2020 y desde entonces no se han reanudado. De ellas, la más importante era la de Orly-Burdeos, que tuvo 566.000 pasajeros en 2019, el último año completo de funcionamiento.

Por el contrario, se salvan de esta medida (el trayecto de tren alternativo es de más de tres horas) las grandes rutas del espacio aéreo francés: las conexiones entre París y las ciudades de Toulouse, Niza o Marsella, que representan alrededor del 50% del tráfico aéreo, con más de un millón de pasajeros anuales antes de la pandemia.

La propia Air France confirmó a EFE que su operativa no se va a ver afectada por el decreto que entró formalmente en vigor este martes sobre la prohibición de vuelos interiores.

Pese a todo, la Unión de los Aeropuertos Franceses (UAF) ha recurrido ante el Consejo de Estado y considera que «se ha abierto la caja de Pandora» ya que en el futuro una interdicción de ese tipo se podría tratar de imponer a líneas europeas en las que hay una alternativa de tren, por ejemplo en el corredor París-Barcelona.

Otros vetos a vuelos cortos

La medida, aunque insuficiente para muchos, sí sienta un precedente, porque podría aplicarse en otros países.

Austria, por ejemplo, ya exigió a Austrian Airlines que dejase de operar la ruta Viena-Salzburgo, a cambio de reforzar los servicios ferroviarios entre ambas ciudades.

En los Países Bajos, los legisladores votaron prohibir los vuelos entre Ámsterdam y el aeropuerto de Bruselas, separados por 150 kilómetros, una medida que quedó sin efecto al violar los acuerdos de libre tránsito de la UE.

Incluso hay aerolíneas que, por paradójico que parezca, animan al uso del tren. Fue el caso de KLM, que lanzó varias campañas en las que sugería a sus pasajeros no tomar sus aviones para trayectos cortos y optar en cambio por la opción más ecológica del tren.

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