Pistas para comerse Valencia de mercado en mercado

De la barra de Ricard Camarena en el Mercado Central a las propuestas ‘street food’ de San Valero pasando por el japonés Momiji en Colón o el esmorzaret en el Cabañal, aquí van las claves para comerse Valencia en sus mejores mercados

La ruta más sabrosa por los mercados de Valencia. Foto: ©VisitValencia.

Con su famosa huerta por bandera, pero también explotaciones ganaderas de interior y la franja costera que la abastecen de frutas, verduras, carnes y pescados de kilómetro 0, no tiene nada de extraño que los mercados de Valencia sean un foco de atracción no solo para que los locales hagan sus compras diarias, sino también para que los visitantes se deleiten con sus productos picando de puesto en puesto.

Si a eso le añadimos joyas arquitectónicas como en el famoso Mercado de Colón proyectado por el arquitecto Francisco Mora Berenguer y una de las obras culmen del modernismo valenciano e innovadoras propuestas que mezclan gastronomía y ocio como el Mercado de San Valero sin descuidar los tradicionales mercados de abastos como el del Cabañal, el resultado es una ruta para comerse Valencia sin salir de sus mercados.

Las propuestas son infinitas y van de la barra de Ricard Camarena en el Mercado Central al esmorzaret más clásico que se puede encontrar en los de Ruzafa y Rojas Clemente pasando por las deliciosas tartas de Ma Khin Café en el Mercado de Colón, te damos las claves para disfrutar de los mercados valencianos más allá de las compras.

Mercado de Colón. Foto: ©VisitValencia.

Mercado Central

Olores, colores, sabores y formas. El Mercado Central de Valencia es un regalo para la vista pero, sobre todo, para el gusto.

La enorme despensa que es el Mercado Central de Valencia cuenta con 8.000 m2 y cerca de 300 puestos

De hermosa arquitectura modernista –se empezó a construir en 1914 por los arquitecto Francesc Guàrdia i Vial y Alexandre Sole i March, ambos colaboradores del afamado arquitecto catalán Domènech i Montaner- y numerosas alusiones decorativas a la huerta y los jardines valencianos, esta enorme despensa cuenta con 8.000 m2 y cerca de 300 puestos.

Mercado Central. Foto: ©VisitValencia.

Incluso para quienes no quieren comprar pero sí quieren catar la calidad de hortalizas, frutas, pescados, carnes o mariscos, el Mercado Central es una excelente idea, por ejemplo en el bar tradicional del Mercado Central, actualmente en manos del chef Ricard Camarena.

Con una selección de bocadillos ricos y con un toque diferente, así como tapas y raciones elaborados con lo mejor que se puede encontrar cada día en las paradas del mercado.

También se puede picar algo en los puestos que ofrecen desde café y desayunos, la orxateria o chocolatería y comer en el puesto italiano, tomarse un vermú casero acompañado de alguna tapa o, incluso, comprar comida para llevar (incluida paella, por supuesto).

Central Bar. Foto: ©VisitValencia.

Y una recomendación más: no te pierdas Supergourmet, una tienda delicatesen con espacio degustación de cocina mediterránea con deliciosas tapas de gambas, sepia o calamares.

Mercado del Cabañal

Nos pasamos ahora por un mercado de los de toda la vida, concretamente el del barrio del Cabañal. Con el rollo de barrio de siempre, solo tiene un bar (Bar el Mercado) pero es suficiente para disfrutar del arte del esmorzaret valenciano.

Y por si no lo conoces, se trata de un almuerzo que se sirve en muchos bares valencianos entre las 9:00 y las 12:00 y que se compone de bocadillos (nada de jamón y queso, sino auténticas y elaboradas delicias), olivas y otros picoteos, bebida y café, y todo a un precio de entre 7 y 9 euros según el establecimiento.

Así es un esmorzaret en Valencia. Foto: ©VisitValencia.

Mercado de Colón

Como tantos mercados tradicionales, desde su rehabilitación, el Mercado de Colón prácticamente perdió su función de proveedor de verduras, carnes o pescados para convertirse en un lugar volcado en la restauración.

Declarado Monumento Nacional, este bellísimo espacio de 3.500 m2 repartidos en tres naves que cierra sus extremos con dos portones de ladrillo y piedra a modo de arcos triunfales y que supone uno de los más bellos referentes del modernismo valenciano, aún alberga comercios de renombre, como Carnes Varea o Frutería Fina, así como puestos de flores, vinos y artesanía.

Mercado de Colon. Foto ©VisitValencia.

Su fuerte hoy día, sin embargo, son los restaurantes, entre los que destacan Habitual by Ricard Camarena o Ma Khin Café, famoso por sus deliciosas tartas.

El Mercado de Colón casi ha perdido su función como proveedor de productos frescos y hoy su fuerte es la restauración

Tampoco hay que perderse Las Cervezas del Mercado, con bocadillos de autor y cervezas artesanas, la cafetería Bocados, la horchatería Daniel o el japonés Momiji.

Orxateria Daniel. Foto: ©VisitValencia.

Mercado de San Valero

En 2018 y a imagen de los modernos espacios gourmet que alojan propuestas de street food en las principales ciudades europeas se inauguraba el Mercado de San Valero, en el barrio de Ruzafa.

Definido como un lugar de encuentro gastronómico, aúna platos típicos de la tierra, nacionales e internacionales en un ambiente urbano y desenfadado que, de hecho, parece una prolongación de la calle con sus suelos de adoquines y su estética colorida y urbana diseñada por el valenciano Nihil Estudio.

Además, el espacio acoge en muchas ocasiones música en directo y organizan frecuentemente mercadillos y outlets.

Mercado San Valero. Foto: Mike Water ©VisitValencia.

Mercado de Ruzafa

El mercado tradicional del barrio de Ruzafa, en cambio, lo encontramos en la Plaza del Baró de Cortés.

De estilo brutalista, el Mercado de Ruzafa es obra del arquitecto Julio Bellot Senent y fue inaugurado en 1962. En 2010 se le añadieron sus característicos colores en degradado en las fachadas de hormigón, dando lugar a una suerte de pantone que representa la diversidad cromática de las delicias que atesora en su interior.

Mercado de Ruzafa. Foto: ©VisitValencia.

Dentro, 4.780 m2 y más de 160 puestos que le convierten en el segundo mercado más grande de la Comunidad Valenciana tras el Mercado Central de Valencia aunque, eso sí, ha logrado conservar mejor su autenticidad y su espíritu de barrio.

Además de comprar todo tipo de delicias, se puede desayunar o almorzar en el Bar del Mercado, un local pequeño pero con una carta interesante de bocadillos, sabrosos y hechos al momento, como los tradicionales Chivito y Almussafes y otros de creación propia como el Ruzafín o el Danacol.

Otra buena forma de conocer el mercado es acudir de la mano de My First Paella, que ofrece experiencias gastronómicas entre las que se incluye cocinar una auténtica paella valenciana comprando previamente los ingredientes in situ en este mercado singular.

Bar Mercado Ruzafa.

Mercado Mossen Sorell

En el barrio del Carme encontramos un pequeño y coqueto mercado que se levanta sobre las ruinas del antiguo palacio gótico de Mossen Sorell devastado en 1878 por un incendio que lo redujo a cenizas y que dejó paso a la actual Plaza de Mossén Sorell.

El mercado, construido en 1932, en hierro, hormigón y cristal, está bañado en luz, fruto también de la remodelación acometida en 2008.

Actualmente es una especie de mercado boutique con locales dedicados a la venta de productos frescos de proximidad, especialmente frutas y verduras de producción ecológica, y espacios donde saborearlos.

Mercado Mossén Sorell. Foto: ©VisitValencia.

Entre estos últimos destacan la Ostrería del Carmen, donde degustar una amplia oferta salazones y ostras frescas acompañadas de una buena copa de vino o cava, y la bodega Vinostrum, muy activa a la hora de programar actividades culturales y gastronómicas. No hay que pasar por alto su oferta de buenos vinos de la tierra y su surtido de cervezas, que se pueden acompañar de un rico tapeo.

Mercado de Rojas Clemente

Nos despedimos de esta ruta en el barrio del Botánico y con el Mercado de Rojas Clemente.

Construido en solo cinco meses por los arquitectos Gelabert y Ribas con el objetivo de albergar a los al aire libre, se inauguró en 1963 y sigue siendo uno de los edificios más representativos de la zona, a poca distancia de las Torres de Quart o el IVAM.

Como la mayoría de los mercados de abastos tradicionales tiene un único bar, muy de barrio, pero que ofrece una buena selección de bocadillos, platos tradicionales y postres caseros, así como menú del día.

Perfecto para el esmorzaret en esta zona de la ciudad, son también famosas sus torrijas de chocolate.

a.
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