Seis pistas para comerse Bruselas, una de las capitales ‘foodie’ de Europa

De puestos callejeros a templos gastronómicos con estrellas Michelin pasando por exquisitas chocolaterías, esto es todo lo que tienes que saber para saborear Bruselas

Bruselas es una de las capitales más sabrosas de Europa. Foto: Bon Bon Restaurant.

Hay vida más allá de las patatas fritas y los mejillones para comer en Bruselas (que, por supuesto, nos encantan). Desayunos en cafés históricos, brunch para disfrutones, cenas en alguno de sus 16 restaurantes con estrellas Michelin, cerveza en los establecimientos más originales (ya sea para beber o para bañarse en ella) y caprichos dulces en forma de exquisitos pralinés de fama mundial: la capital belga está para comérsela y te damos las claves para que la saborees al máximo.

De las típicas cervecerías a los restaurantes gourmet y de los puestos callejeros donde preparan esas inigualables patatas fritas a los museos especializados en alguno de sus productos estrella, lo cierto es que la gastronomía bien merece un lugar destacado en cualquier viaje a Bruselas.

No solo eso, la ciudad ofrece también festivales y eventos que consiguen experiencias culinarias de 360º.

La cerveza belga, que no falte

Si la cultura cervecera belga tiene un lugar propio en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco será por algo.

La cerveza en Bélgica es religión. Foto: Jean-Paul Remy | VisitBrussels.

En Bruselas, beberse una cerveza, además de una obligación, significa también acercarse a una tradición centenaria de alambiques, de maltas y lúpulos, de acidez y sabor.

En la ciudad es posible encontrar algunas de las mejores cervecerías del mundo y se celebran festivales dedicados a la cerveza.

Entre las novedades cerveceras de Bruselas encontramos Good Beer Spa, un relajante baño de burbujas cerveceras con barra libre de cerveza

Para aprender todo sobre su elaboración, tradiciones y sabores, lo mejor es hacer una visita guiada a alguna de las fábricas de Bruselas, como Cantillon, que produce las cervezas Lambic, Gueuze, Faro y Kriek siguiendo un método artesanal que ha permanecido inalterado desde 1900.

Otra opción pasa por sumergirse en el mundo de las microcervecerías de producción artesana como la Brasserie de la Senne, la audaz Brussels Beer Project, En Stoemelings, en pleno barrio de Les Marolles, o No Science, que elabora únicamente cervezas naturales y artesanales con lúpulos aromáticos.

Brasserie Cantillon. Foto: VisitBrussels.

Otra buena opción pasa por visitar un museo, como el de Schaerbeek, donde observar una colección de más de 1.000 botellas de cervezas belgas (cada una con su vaso correspondiente) o el Museo de los Maestros Cerveceros Belgas, donde conocer los utensilios, cubas de fermentación y maceración, o las calderas de cerveza empleados en una fábrica del siglo XVIII.

Pero la cerveza también puede disfrutarse en modo relax: es la propuesta del nuevo Good Beer Spa, un relajante baño de burbujas cerveceras con barra libre de cerveza.

Foto: Goodbeerspa.

Paraíso de ‘chocoadictos’

Desde que en 1912 Jean Neuhaus diese forma al primer praliné, la tradición chocolatera de Bruselas ganó un lugar por derecho propio en el imaginario de los chocoadictos. En esta ciudad el chocolate es todo un arte que se descubre allí donde fue creado, en los arcos de las Galerías Reales de Saint Hubert donde Neuhaus sigue teniendo su tienda.

El chocolate cuenta en Bruselas con dos museos temáticos

Casi cada escaparate y cada vitrina de estas galerías es una tentación chocolatera, como las que ofrecen Corné Port Royal y Mary, un establecimiento donde se trabajan hasta 70 variedades de chocolate.

Las posibilidades con el chocolate no se acaban nunca. Foto: Laurent Gerbaud Chocolatier.

En los alrededores de la Grand Place continúa esta particular ruta de la felicidad, que tiene paradas en los establecimientos de Galler y Godiva. Más allá, el distrito de Sablon nos espera con otro buen puñado de firmas como Pierre Marcolini, Leonidas y Passion Chocolat.

Los verdaderos chocoadictos disfrutarán también aprendiendo a hacer sus propios bombones en el taller del maestro artesano Laurent Gerbaud o disfrutando de una cata de chocolate y cerveza en la boutique Concept Chocolate.

¿Necesitas saber más? Los museos Belgian Chocolate Village, junto a la basílica del Sagrado Corazón, y Choco-Story, cerca de la Grand Place, lograrán que el alimento de los dioses no tenga secretos para ti.

El chocolate cuenta con 2 museos en Bruselas. Foto: Choco Story.

Gofres

No nos olvidamos del chocolate porque a veces también corona los exquisitos gofres que pueden comerse en Bruselas. Esta masa de forma rectangular con celdas cuadradas, crujiente y tierno a la vez, es uno de los símbolos de la ciudad nada menos que desde el siglo XVI.

Quizás no lo sabías, pero en las calles la ciudad conviven dos tipos de gofres: el gofre de Bruselas, rectangular y de gran tamaño, masa ligera y exterior crujiente que oculta un corazón aireado y suave, y el gofre de Lieja, más pequeño y gruseo, con las esquinas caramelizadas y perlas de azúcar derretida en su interior.

¿Sabías que existen dos tipos de gofres en Bruselas? Foto: Paul Remy | VisitBrussels.

Imposible resistirse a probar uno (o varios), espolvoreado con azúcar glas o con nata, ya sea en puestos callejeros que encontrarás por toda la ciudad o, más pausadamente, en Maison Dandoy, bajo la cubierta acristalada de las Galerías Reales, Mokafé, en la Galerie du Roi (su café es excelente), y Gaufres & Waffles, con sus originales recetas de gofres dulces y salados.

Sí, patatas fritas

Que algo tan aparentemente simple como las patatas fritas se haya convertido en el clásico bruselense por excelencia no puede ser casualidad.

Solo probándolas recién hechas en un puesto callejero, por ejemplo del barrio Les Marolles, se puede entender como este humilde producto se eleva a la categoría de delicia.

Sí rotundo a las patatas fritas en puestos callejeros. Foto VisitBrussels.

Obviamente tiene truco, que en este caso son unas medidas concretas (1 cm por lado), variedades específicas, las más clásicas charlotte y nicola, pero también la come de gatte, la ratte y la plate de Florenville, y tiempos de cocción y fritura determinados.

Según en qué lugares, podemos encontrarlas acompañadas hasta de 30 salsas diferentes y en muchos otros haciendo tándem con los también famosos moules (mejillones) preparados con vino blanco y apio.

Las patatas, como la cerveza o el chocolate, tienen su propio museo que se llama Home Frit’Home.

Combo infalible en Bruselas. Foto: VisitBrussels.

Los platos más exclusivos

Como destino foodie, Bruselas cuenta con un total de 16 establecimientos reconocidos con estrellas Michelin. De hecho, fue la primera ciudad, ya en 1972, en contar con un restaurante ‘triestrellado’ fuera de Francia y actualmente es la tercera capital europea más premiada por la guía roja, solo por detrás de París y Londres.

Bruselas es actualmente la tercera capital europea con más establecimientos en la Guía Michelin, solo por detrás de París y Londres

Tradición y vanguardia, recetas con mucho sabor y altas dosis de profesionalidad se combinan en establecimientos como Bon Bon, comandado por el chef Christophe Hardiquest; Comme Chez Soi, donde Lionel Rigolet tomó el relevo del aclamado Pierre Wynants, o Le Chalet de la Forêt, oculto en una hermosa terraza rodeada de huerto y bosque y dirigido por Pascal Devalkeneer.

Bon Bon. Foto: ©Equinox Light Photo.

Los mejores brunch

El brunch es una de las grandes tendencias de los últimos años, también en Bruselas, donde hay además un buen puñado de opciones distintas para disfrutarlo.

Es el caso del elegante Café Wiltcher’s, dentro del hotel Barsey by Warwick, el de La Fabrique en Ville, que se oculta en el oasis urbano que representa el Parc d’Egmont, Les Filles, que elabora sus propuestas con productos ecológicos, Les Trouvailles de Louise, que es a la vez salón de té, delicatessen y restaurante, Wabi, una alegre ‘neocantina’ que funciona también como galería de arte y artesanía, o Jam Hotel, especializado en coloridas y sabrosas propuestas italianas.

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