Incorrecte, el restaurante que hace bandera de ir contra las normas
Esta alejado de los circuitos gastro habituales, reformula la idea de platos para compartir, fue recomendado por la guía Michelin poco después de abrir y dan permiso para chuparse los dedos. Así es Incorrecte
Suquet de salmonete y carabinero en Incorrecte. Foto: Jordi Domènech.
Hay restaurantes que juegan a la rebeldía, y les sale bien. Salen de las normas, escapan a los convencionalismos y agradan a un público que busca algo diferente pero sin entrar en el postureo. Eso es lo que propone Incorrecte, el sitio creado y dirigido en los fogones por Marcel Pons que busca la innovación en cada plato sin dejar de lado los guiños a la cocina tradicional de Cataluña en particular y del Mediterráneo en general.
Su ubicación en Cerignola 11, en el barrio barcelonés de Sant Gervasi, no hacen de Incorrecte precisamente un lugar de paso. O sea, quien va allí no lo hace de casualidad. Su sala es pequeña, para unas 30 personas, más un privado para una docena de comensales en el subsuelo. “Pero difícilmente atendamos a más de 25 clientes por servicio”, nos cuenta Pons, porque la idea del restaurante es apostar más por la calidad que la cantidad, puntualiza.

“Estuve un año y medio buscando el local, porque era muy importante que tenga luz natural”, añade. Esta intención de tomarse las cosas con tiempo, de ir paso a paso en aras de la meta deseada, se refleja también en los platos. Y están acertando, porque poco después de abrir en febrero de 2024, entró en la lista de restaurantes recomendados por la Guía Michelin.
Compartir, pero de otra forma
Aquí la idea es compartir, pero a diferencia de casi todos los restaurantes, en Incorrecte Pons y su equipo son capaces de presentar el mismo plato por duplicado, y en porciones más pequeñas. “Creemos que es la mejor forma de presentarlo. Si no, ¿cómo haces para partir una sopa?”, puntualiza.
En Incorrecte hay dos opciones: el menú degustación, de nueve pases con una interesante selección de sus propuestas (68€, con maridajes de 32€ a 45€), o ir por libre con la carta, a un precio medio de 55€ a 60€.

En nuestro caso, por falta de tiempo, fuimos por esta segunda alternativa, y así pudimos disfrutar de platos pequeños, que como decíamos están pensados para compartir, pero que apuestan por la variedad de sabores viajando por el ‘mar y montaña’ de las tierras catalanas.
Antes que los comensales dividan los platos para compartir, en Incorrecte prefieren crear dos platos en paralelo
Así fue el caso de un suave rosbif de jabalí con espárrago verde, con cacahuetes y un curioso chimichurri de algas, plato del territorio que dialoga bien con los canelones de liebre elaborados con bechamel, flor de cacao y setas rusiñol.
Estos entrantes se codean en la breve carta con otros platos donde se revela el cuidado por el producto, la apuesta por ingredientes de temporada y la combinación de preparaciones, como son la codorniz rellena de verdura, los caracoles con sobrasada ibérica, los calamarcitos rellenos de butifarra del perol (con texturas de coliflor), el calabacín con ajo blanco con mostaza y papada, o la gamba roja mediana.

Platos de mar y montaña
Si fuimos por la tierra, era hora de sumergirnos en el mar, y así navegamos con un exquisito suquet de salmonete y carabinero. Sí, como avalan en este restaurante, era para chuparse los dedos. Pero queríamos volver a salir a la superficie, y nos sorprendió el flan de pato a la catalana, con puré de ciruela, piñones y espinacas. No dejen de pedirlo.
En una próxima visita, seguramente probaremos otros tentadores principales como el bacalao a la leridiana con manzana, tempura salada, espinaca y piñones; la lubina acuanaria con judía verde y parmentier de patata; las albóndigas con sepia de playa, el arroz de mar y montaña o el cordero nacional con demi-glace de sus huesos. Difícil decidirse.

En los postres, fue acertada la elección del Músic Incorrecte, un sorbete de moscatel con bizcocho de avellana, mousse de almendra, nuez caramelizada y falsa pera. Y para seguir en la senda que lo incorrecto puede ser la mejor opción, un coulant de queso con helado de membrillo. La torrija de Santa Teresa; el chocolate con aceite y sal o la versión del mel i mató con nuez caramelizada completan el epílogo dulce.
La carta de vinos, con más de 70 referencias, navega entre bodegas pequeñas -con una predominancia de las de Cataluña-, sobre todo aquellas que presentan tintos, blancos, rosados y espumosos diferentes. O sea, a tono con la apuesta rompedora de Incorrecte.