Las siete fuentes más curiosas de Roma
En Roma hay fuentes tan famosas que son un imán para turistas y residentes. Pero en la ciudad eterna hay otras fuentes que guardan historias curiosas
Uno no puede dejar de recordar a Anita Ekberg bañándose en la Fontana di Trevi y luego realizar la ceremonia de lanzar la moneda (siento por el topicazo), ni tampoco de contemplar el homenaje a los ríos del mundo en la fuente de Bernini de Plaza Navona. O la sencilla pero elegante fuente de la barcaza bajo las escalinatas de Santa Maria dei Monti.
Pero en una ciudad con miles de años hay incontables historias y curiosidades para descubrir, como son las relativas a las fuentes, dicen en Turismo de Roma.
Un dato interesante es que de estas siete fuentes, cinco fueron realizadas por el arquitecto y escultor Pietro Lombardi a instancias del ayuntamiento, que buscó colocar símbolos urbanos para recordar los antiguos barrios y los oficios que el tiempo se ha llevado por delante.
Fuente de los libros
Entre el Panteón y la Plaza Navona, sobre la Via de los Starderari, está la Fuente de los Libros que recuerda que antes la calle se llamaba Via de la Universidad, en referencia al Palacio de la Sapienza, antigua sede de la casa académica local.
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La fuente tiene una cabeza de ciervo rodeada entre cuatro libros antiguos. El agua que llega de dos caños con forma de marcadores simboliza “el conocimiento que fluye sin parar”, dicen en Turismo de Roma.
Fuente de los artistas
Estamos en el barrio de Campo Marzio, y la fuente de la Via Margutta es un homenaje a la larga tradición cultural del barrio, iniciada en 1612 cuando el pintor Gentileschi instaló un taller que fue residencia de artistas, pintores, escultores y escritores de Italia y otros países.
Varias de las fuentes fueron realizadas en los años ’20 por el ayuntamiento para recordar los barrios y oficios desaparecidos de Roma
En la fuente se ven una amalgama de elementos como cubos, pinceles, caballetes y máscaras, con dos mascarones que -uno alegre, otro triste- representan los cambios de humor de aquel pintor.
Fuente del barril
Ahora llegamos al Trastevere, donde en la Via della Cisterna hay una fuente con un caratello, que es el antiguo nombre de los barriles usados para transportar agua.
El agua cae de la bota en una cuba, que luego fluye en dos jarras laterales, en recuerdo de las tabernas romanas muy populares en la zona.
Fuente de la piña
A pasos de la elegante Plaza Venecia en tiempos medievales había una gran piña de bronce, que fue trasladada al Vaticano y convertida en fuente.
Para recordar aquel episodio Lombardi construyó una nueva piña en travertino, donde el agua emana bajo la sombra de las palmeras, y que caen en un centro de corolas de tulipanes, y que siguen su curso en las bandejas inferiores.
Fuente de las tiaras
Junto a los muros del Passetto de Borgo hay una fuente con cuatro tiaras papales. Como una extraña pirámide, una de ellas está sostenida sobre otras tres.
La fuente de las tiaras representa la fuerte influencia de los papas en Roma más allá de los muros del Vaticano
El agua que cae desde las llaves de San Pedro es recogida en tres tinas semicirculares en forma de concha, y donde se pueden ver el escudo de Roma y de los Papas, para dar a entender que por más que la fuente esté en territorio italiano, la influencia en el Vaticano (que está muy cerca) sigue siendo muy fuerte.
Fuente de la terrina
Hasta ahora todas las fuentes habían sido construidas por Lombardi, pero estas dos son más antiguas.
Una de ellas es la de la Terrina, que está en el Corso Vittorio Emanuele II. Mucha gente ni repara en su presencia, pero esta fuente guarda una interesante historia.
Originalmente, allá por 1595, estaba en la Plaza de Campo de Fiori, decorada con cuatro delfines de bronce que escupían agua.
Para fastidio de las autoridades papales la gente la usaba para limpiar frutas y verduras, por lo que en 1622 se le colocó una tapa de travertino y se quitaron los delfines.
Los romanos bautizaron a la tapa como terrina, porque les hacía recordar al recipiente donde se sirve la sopa.
No se sabe quién fue el autor de esta cobertura ni el autor de una inscripción que dice “Ama a Dios y no falles, haz bien y deja decir MDCXXII”, el mismo año en que se colocó esta tapa.
Fuente de la bola de cañón
Al caminar por la hermosa Villa Medici y llegar al edificio de la Academia de Francia se llega a una fuente de base octogonal, realizada en el siglo XVI, que tiene una bala de cañón.
La leyenda dice la bola de cañón pertenece a una bala que disparada por la reina Cristina de Suecia, que se había despertado con ganas de cazar en la zona, y para avisar rápidamente a los dueños de Villa Medici, ordenó disparar un cañón.
Otra historia dice que esa reina en 1656 estaba en el castillo de Sant Angelo y tenía que llegar a la Villa Medici para encontrarse con el pintor Charles Errand.
Como se le hacía tarde, para avisar de su demora pidió disparar tres cañonazos a esta residencia, de los que uno acertó hasta la puerta de bronce, por suerte sin más consecuencias.