Praga en invierno: que nadie se preocupe por el frío

No importa la nieve o las pocas horas de luz si estamos en Praga. En invierno la capital checa mantiene sus encantos con sus pistas de patinaje, sus cafés históricos y sus museos alternativos.

Praga en invierno tiene una magia particular. Foto Turismo de Praga

¿Qué en Praga hace un frío molesto hasta el cansancio en invierno? ¿Qué las horas de luz pasan tan rápido que uno ni se da cuenta cuando se hizo de noche? ¿Qué la nieve es un incordio? Con la belleza que despliega la capital de la República Checa, ¿a quién le importa ese detalle climático?

Porque a pesar de las bajas temperaturas la ciudad mantiene su encantador espíritu, y pocas imágenes pueden ser más románticas que ver cómo la nieve cae y tapiza de blanco las estatuas del puente de Carlos.

O seguir los pasos del farolero de Praga, que como hace más de un siglo atrás sale de la plaza Křižovnické náměstí y va encendiendo las farolas de una en una.

En la ciudad hay muchos programas para niños. Foto Turismo de Praga

Patinar sobre hielo

Patinar sobre hielo es una de las actividades que podemos calificar de obligatorias para la Praga invernal, donde entre inexpertos y otros que presumen de habilidades se puede deslizar en las pistas junto a la torre de televisión de Žižkov, y la de Na Frantisku, en la calle Kozí de Prague 1.

En Praga un farolero sale de la plaza Křižovnické náměstí cada noche, como hace más de un siglo atrás

Algunos centros comerciales, como la Galerie Harfa, también colocan pistas de hielo en la azotea. Quienes prefieran una cubierta pueden pasar por el complejo Ice Arena Letnany o al Malá sportovní hala, en el pabellón ferial de Holesovice.

Patinaje sobre hielo en centro comercial de Praga. Foto PR Ogilwy

Cafés únicos

Cuando se quiere tener una tregua ante el frío nada mejor que un café o chocolate caliente. Pero mejor todavía si se lo prueban en alguno de los hermosos cafés históricos y vanguardistas de Praga, todo un viaje en el tiempo.

Uno de ellos es el Café Louvre, con un restaurante, sala de billar y una cafetería de aires belle époque.

De estética art decó es el Café Cine Lucerna, mientras que el Grand Café Orient presume de ser el único café de estética cubista del mundo.

El estilo art nouveau, intacto tras un siglo, impera en el Café de la Casa Municipal, y el Café Slavia mantiene ese aire de bohemia por ser punto de encuentro de intelectuales y artistas.

El encanto de un café centenario. Foto Café Louvre

Las esculturas de Černý

Los días en que no llueve y el sol asoma tímidamente se puede recorrer las calles de Praga para encontrar las divertidas y audaces esculturas de David Černý, como la de los bebés que reptan por la Torre de Televisión de Žižkov o la cabeza de Kafka que cambia según el ángulo en que se la observe.

Metalmophosis, la cabeza en homenaje a Kafka en el centro de Praga. Foto: Turismo de Praga

La ruta de las microcervecerías

A pesar que la República Checa tiene exquisitos vinos, la fama de sus cervezas -sobre todo las rubias originarias de Pilsen– es mundial.

En Praga hay excursiones para conocer el mundo alternativo de las microcervecerías y en donde se puede aprender a elaborar esta bebida

Pero para conocer los secretos de su fabricación y conocer el mundo alternativo de las microcervecerías se puede contratar una excursión en el Prague Craft Beer Tour, en donde se visitan productores históricos y de pequeña tirada en los que también dan clases prácticas sobre cómo elaborarlas.

Praga, tierra de cervezas. Foto Turismo de Praga

Museos alternativos

El museo de Kafka o el dedicado a Alfons Mucha son algunos de los más visitados de Praga.

Si se busca un programa alternativo, al estar con niños, se pueden visitar el Reino de los Ferrocarriles, lleno de maquetas ferroviarias; o el Museo de los Transportes Públicos de Praga, al que se llega en el histórico tranvía 43.

Un museo para ver y tocar. Foto Museo Karel Zeman

Cerca del Puente de Carlos está el Museo de Karel Zeman, dedicado al diseñador y director checo donde se puede experimentar con los trucos creados para películas como El fabuloso mundo de Julio Verne y El fabuloso barón Munchausen.  

Y si hablamos de experiencias interactivas, hay que pasar por el Museo de los Sentidos, lleno de juegos visuales, habitaciones invertidas, camas de clavos (falsos) y caleidoscopios.

a.
Ahora en portada