3 miradores de Toledo para descubrir su belleza nocturna
Elegida la ciudad con la mejor panorámica nocturna del mundo, estos son los mejores miradores de Toledo para descubrir su magia nocturna

Una fabulosa panorámica de Toledo desde el Mirador del Valle. Foto Jose María Moreno – CC
El espectáculo nocturno de las cúpulas y miradores de Toledo, que brillan bajo el cielo de Castilla-La Mancha, es para admirar en silencio.
Las agujas del Alcázar, el campanario de la Catedral, los sólidos muros de la muralla y sus puertas, el castillo de San Servando o las torres de iglesias como la de Santo Tomé se alzan con majestuosidad, donde todo el casco antiguo parece levantarse por una mano gigantesca.
Este despliegue visual fue premiado hace pocos días en Fitur por la Oficina de Congresos y Convention Bureau de Japón, que le dieron a la ciudad el galardón de tener la vista panorámica nocturna más bonita del mundo.
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Por supuesto que muchos argumentarán que las vistas de tal o cual ciudad son mejores. Es imposible establecer un parámetro, pero para reforzar este premio, vamos a conocer algunos de los mejores miradores para descubrir Toledo en su esplendor.
Desde el puente de Alcántara
Algunos de estos miradores se concentran a lo largo del curso del Tajo, como el del Puente de Alcántara, que está junto a un parking y que permite aparcar y seguir viaje rápidamente.
Cerca hay un camino donde se puede descender hacia otro mirador, que compensa la menor vista panorámica con una interesante composición con los arcos del puente; aunque desde este punto el Alcázar desaparece con la torre.
En la carretera que comunican los puentes de San Martín con el de Alcántara hay varios miradores para contemplar Toledo en su totalidad
El Mirador del Valle
Ahora bien, si se pretende tener la misma imagen que tuvo El Greco en su famoso cuadro Vista de Toledo, hay que buscar diferentes puntos del valle que rodea a la ciudad castellana.
El más famoso es el llamado, con toda lógica, el Mirador del Valle, que se encuentra en la carretera que comunica el puente de Alcántara con el de San Martín, con el Tajo corriendo a los pies.
Tras pasar por el puente de la Degollada, cuenta con un par de puntos donde se puede aparcar el coche y colocar el trípode, en caso de que se quiera hacer una fotografía de calidad.
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Uno de estos miradores tiene una placa que permite familiarizarse con los edificios históricos que se están contemplando.
Si se toma la carretera TO-3100 y se asciende un poco más se puede tener una mejor visión junto al Parador de Toledo.
Si se retrocede hasta la Ermita del Valle, otro recomendado atalaya, hay un sendero que permite trepar hasta la Piedra del Rey Moro.
El lugar es un poco complicado para montar el equipo fotográfico, pero la ventaja es que la ciudad y el paisaje toledano se despliegan sin obstáculos a la vista.
Es más, si se caminan unos pasos se puede realizar bonitas imágenes con estas rocas dialogando en primer plano con las panorámicas de la ciudad.
El Mirador del Valle es el más famoso de todos, donde se puede tener la misma imagen que El Greco dejó en su cuadro ‘Vista de Toledo’
Así como en el citado Parador los huéspedes pueden tener espectaculares vistas de Toledo, otro alojamiento recomendado es el del Castillo de San Servando; al que se accede desde el Puente de Alcántara a través de la Carretera de San Servando y se llega justo en la intersección con la carretera que comunica con el Hospital Provincial de Toledo.
Las vistas desde dentro de la ciudad
Pero no todas las vistas panorámicas pueden atraparse fuera de las murallas y el río. En el centro hay varios miradores que permiten atrapar la magia nocturna de la ciudad imperial, que quizás sean vistas parciales, pero que permiten ver con más detalle algunos de sus monumentos.
Desde los ventanales de la Biblioteca de Castilla-La Mancha, en el Alcázar, se puede ver cómo el sol ilumina los tejados al atardecer
Según la web especializada Leyendas de Toledo algunos de los puntos recomendados son el Torreón del Azor, los jardines de la Mezquita del Cristo de la Luz y la Puerta del Sol.
Al atardecer, cuando el cielo de torna anaranjado entre los olivares, un interesante punto para fotografiar el cimborrio de San Juan de los Reyes es desde la Plaza de la Virgen de Gracia, junto a los juegos infantiles.
También cabe destacar los ventanales de la Biblioteca de Castilla-La Mancha, en el Alcázar de Toledo, donde el laberinto de calles y tejados se despliega a los pies del visitante.
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