La coctelería de la semana: The Circle

En el barrio Gótico de Barcelona, esta coctelería entra en escena con una refinada carta de creaciones de autor. O de autoras, porque todo el emprendimiento está liderado por mujeres

La sala presenta una estética clásica. Foto: The Circle.

Entrar a The Circle es como traspasar un portal y viajar 100 años atrás, a un tiempo y un lugar donde la alfombra mullida y la luz tenue permiten percibir un reloj de pie, grandes sillones, aparadores con décadas de historia, una biblioteca bien nutrida, lámparas de estilo art-decó y un despliegue de copas en un armario vidriado como los de mi abuela.

Y uno aquí se espera encontrar a un par de gánsteres con su sombrero de fieltro en una nube de humo de tabaco, o a unos flemáticos británicos de bigote curvo leyendo el periódico o discutiendo sobre cómo repartirse África. Pero no, no crean en las apariencias, porque lo que van a encontrar es la primera coctelería de Barcelona (¿o quizás de España?) íntegramente gestionada por mujeres. Esto es The Circle.

Abrir las puertas al barrio

“Queríamos tener una experiencia especial, relacionada con el barrio, porque el Gótico es historia, cultura, gastronomía y turismo. Pero nadie se espera una coctelería de este estilo, y esa sorpresa es parte del plus que buscamos en el hotel”, cuenta Lucía Arroyo Diez, gerente del Hesperia Barri Gòtic, en cuya planta baja se ubica el local.

En la coctelería se exhiben destilados de alt agama. Foto: The Circle.

El hotel, que se encuentra en un edificio que data del siglo XIX, fue recientemente renovado bajo el concepto hesperiencial de esta compañía, que “no solo implica una reforma física, sino de idea, de hacer que los hoteles formen parte del ámbito local donde se encuentran”, explica.

Mujeres al poder

Sin embargo, aclara, que sea una coctelería dentro del hotel no significa que sea exclusivo para los huéspedes. “Como tampoco que sea una coctelería gestionada por mujeres, quiere decir que sea solo para mujeres”, aclara Adrià Bonell, CEO y fundador de Bngrup, empresa que además de The Circle cuenta con una docena de establecimientos gastronómicos en su grupo.

The Circle es una coctelería creada por mujeres pero abierta a todo el mundo, sean huéspedes, turistas o residentes

“Hubo un trabajo muy exhaustivo por detrás, tanto en la decoración como en la narrativa y en la elaboración de los cócteles”, añade.

Con el asesoramiento de Raiza Carrera, The Circle armó su staff con la venezolana Génesis Gelvez como bartender jefe y la brasileña Vitoria Leandro como jefa de barra. Barra que, por cierto, no existe como tal, sino que está a un lado de la sala. “Salimos de la zona de confort de la barra tradicional, que nos separa del cliente”, apunta Gelvez.

Los cócteles están inspirados en ‘poetisas malditas’. Foto: The Circle.

Aires clandestinos

La decoración, salta a la vista, está inspirada en los años ’20, jugando con el concepto de speakeasy, o sea los bares clandestinos que florecieron durante la Ley Seca en EEUU. “Estuvimos semanas trasteando por mercadillos”, asegura Bonell, y la fidelidad la logran con detalles como una biblioteca con ejemplares tan antiguos “como una de las primeras ediciones en catalán de la Biblioteca Salvat”, apunta Arroyo.

Los ojos, sin embargo, se desvían a la vitrina que exhibe numerosos whiskies, rones y otros destilados de alta gama, entre productos japoneses premium, así como diferentes ediciones de The Macallan (de 12, 18, 25 o 30 años), y lanzamientos especiales como la botella circular que conmemora los 200 años de esta destilería escocesa.

La carta cuenta con una quincena de cócteles de autor. Foto: The Circle.

Inspiración en poetisas malditas

“Toda nuestra coctelería es de autor. Utilizamos productos naturales y frescos, con destilados premium. Claro que también podemos preparar clásicos, pero preferimos hablar con el cliente, conocer sus gustos, y animarlos a probar”, describe Gelvez.

La carta de cócteles cuenta con una quincena de creaciones inspiradas “en las poetas malditas”, señala la bartender jefe, con títulos tan literarios como Catedral de ecos (pisco Barsol, Cachaça, albaricoque, limón, melocotón, crema y prosecco), Silencio de Alejandra (exquisita preparación con Macallan 12, ratafía Alquimia, rooibos Aperitive, cordial de cereza y jerez y sorbete de naranja), Labios de Granada (gin Roku, sorbete de frambuesa y pomelo, aperitivo de pistacho y zumo de limón) o Corazón exiliado (whisky japonés Toki, vermut Punt e Mes, café y sal).

Atención al detalle: en la carta, cada cóctel está acompañado por dos estrofas relacionadas con la preparación, y si se lee de corrido, surge un nuevo poema. Cortázar estaría encantado.

Más allá de los clásicos, se sugiere sentir experiencias nuevas. Foto: The Circle.

Caprichos aceptados

Siempre es recomendable comer algo para acompañar los cócteles. Por ello, en The Circle se puede picotear los mini conos de tartar de gamba, caviar y lima; el lingote de roast beef, pecorino trufado y caviar; el bikini de pastrami, brie y mostaza antigua; o el salmón ahumado con vodka, queso crema al eneldo y encurtidos, entre media docena más.

Otro detalle que diferencia a esta coctelería con las demás es que permiten degustar bebidas con un microchupito de 10 cl, ideal si uno quiere darse el capricho con un destilado de alta gama. Muy a tener en cuenta, además, la agenda de actividades que periódicamente organizan en su confortable sala, como los talleres de coctelería liderados por Gevez. Ya lo avisa la gerente del hotel: “Tenemos que volver al Gótico”.

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