Una ruta de vinos, gastronomía e historia por el interior de Valencia
Además de degustar sus vinos la DO Utiel-Requena cuenta con varios recorridos para descubrir su milenario pasado relacionado con las vides, en un entorno de gran belleza caracterizado por las hoces del río Cabriel
Un viaje por los vinos de Utriel y Requena. Foto Ruta del Vino Utriel-Requena
Al este de la ciudad de Valencia desde hace 2.500 años las vides regalan un exquisito vino cuya elaboración se ha perpetuado desde las eras ibéricas. Estamos en la DO Utiel-Requena y su legado se puede descubrir en esta ruta.
El nombre de la DO remite a las dos localidades más grandes, pero su territorio abarca otros municipios, como Caudete de las Fuentes, Camporrobles, Fuenterrobles, Siete Aguas, Sinarcas, Venta del Moro y Villargordo del Cabriel.
El reino de la uva bobal
Se trata de una meseta de 45 km de diámetro, ubicada a 700 metros sobre el nivel del mar, donde en 40.000 hectáreas se planta, en un 80%, la variedad bobal, seguido por otras vides como tempranillo, garnacha, cabernet sauvignon, merlot, syrah, etcétera.
El 80% de los viñedos de la DO Utriel-Requena están cultivados con la variedad bobal
Estas uvas permiten elaborar interesantes tintos y rosados, aunque también están ganando lugar los espumosos con las variedades blancas.
Una forma interesante de conocer la producción autóctona es participar de los programas Tardes de vino y cava, que todos los viernes de 19:00 a 21:00 organizan bodegas como Al Almazara Oli-Oli, Vera de Estenas, Pago de Tharsys y Sierra Norte; donde además de las catas se aprende en detalle el proceso de producción de los vinos.
La milenaria historia de los vinos de Utiel-Requena
Si decimos que aquí hay indicios de que en la región se producía vino hace 25 siglos, es obvio que hay retazos de la historia antigua, como los que se pueden descubrir en los yacimientos arqueológicos de Las Pilillas en Requena, el de Kelin en Caudete de las Fuentes y el de El Molón en Camporrobles.
El viaje por la historia sigue con las herencias de arquitectura medieval de Utiel y Requena, donde se pueden visitar las galerías subterráneas usadas para guardar toneles y ánforas, huellas de la historia que también se reflejan en los recintos amurallados y en los barrios de estética mudéjar.
Por ejemplo, en Requena se pueden visitar las iglesias de Santa María, de San Nicolás y de El Salvador, el conjunto de la Alcazaba y el Palacio del Cid (hoy sede del Museo del Vino).
En tanto Utiel cuenta con edificios de valor como la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, los conventos de la Merced y el de San Francisco, la Casa Consistorial, la plaza de toros La Utielana y el Almázar, que aloja el Museo de la Miel y de la Cera.
Allí se encuentra la Bodega Redonda, actual sed del consejo regulador de la DO y que contiene los fondos del Museo del Vino de la Comunidad Valenciana.
Naturaleza y aventura en la DO
Uno de los sitios más destacados es el Parque Natural de las Hoces del Cabriel, donde ese río ha creado hermosas formaciones como la Hoz del Rabo de la Sartén, Hoz de Vicente y Hoz del Purgatorio.
El río Cabriel ha forjado, con paciencia de artesano, fascinantes formaciones pétreas como las hoces del Purgatorio, de Vicente y del Rabo de la Sartén
La geología aquí adquiere categoría de artista, como se ve en los Cuchillos, crestas verticales originadas por la erosión de las partes más blandas de las rocas.
En las tierras que forman parte esta DO se pueden conocer otros sitios de belleza impactante como el pantano de Contreras y las sierras de Malacara, Martés, El Tejo y Negrete.
Una de las formas más divertidas de descubrir estos paisajes es en rafting por el río Cabriel. O más relajado, en piraguas y canoas en otros tramos.
También se recomienda descubrir la red de senderos que atraviesan la comarca desde todos los puntos cardinales, caminos que se pueden combinar con rutas a caballo o en bicicleta en las Rutas Enoclistas, con diferente grado de duración e intensidad, donde los paseos se combinan con visitas a bodegas.
La gastronomía de la DO Utriel-Requena
Además de sus vinos, en los municipios valencianos de esta DO hay que descubrir su recomendada gastronomía.
Su clima interior permite producir un aceite de oliva de excelente calidad, que se complementa con la elaboración de platos de carne de cerdo como la olla, el potaje, las tortas con magras, los bollos y unos jamones y embutidos que son para soñar.
Y sin olvidar otros platos tradicionales de la comarca como el ajoarriero, el arroz a la cazuela o con bajocas, las patatas en caldo, el gazpacho y el morteruelo.
En cuanto a dulces, la herencia árabe se percibe en los postres elaborados con miel como el alajú; en un abanico que complementan los burruecos, los turroncillos, los pastelitos de boniato, las empanadillas y las tortas de manteca.
Juan Pedro Chuet-Missé es redactor de Cerodosbé/Tendencias desde 2017, y del Grupo Economía Digital desde 2015. Especialista en destinos fuera de lo común, cultura, estilo de vida, viajes y todas aquellas historias que vale la pena contar.
