Viaje al corazón del Alentejo: Évora como nunca la habías visto

Romana, medieval y Patrimonio Mundial de la Unesco, Évora es también una ciudad gastronómica y una de las villas más bellas de Portugal

Octant Evora es el mejor refugio en la ciudad alentejana.

De Évora se han escrito muchísimas líneas. Y es que esta ciudad, una de las principales del Alentejo, no merece menos. Construida por los romanos y elegida por los los reyes de Portugal como su hogar en el siglo XV, es la perfecta escapada para alejarse del bullicio de otras grandes urbes portuguesas.

Su entramado de calles y el perfecto estado de conservación de su casco histórico, fantástico ejemplo de la llamada Edad de Oro portuguesa, la llevaron a en 1986, ser considerada como Patrimonio Mundial por la UNESCO.

Cada día, cientos de viajeros de todo el mundo se pierden por sus calles buscando su templo romano que data del siglo I a.C., entrando en el delicado claustro de su catedral o quedando desconcertados ante la famosa Capela dos Ossos, construida por un grupo de monjes franciscanos y decorada con más de 5.000 esqueletos.

Templo romano de Évora. Foto: Turismo de Alentejo.

Esos son solo algunos de los reclamos turísticos de Évora, pero la ciudad tiene mucho más. Artesanía, gastronomía, actividades para aventureros y uno de los hoteles más coquetos de todo el Alentejo.

Hincarle al diente a Évora

Estamos de acuerdo en que en Portugal se come de maravilla, ¿verdad? Pues Évora, es otra de las ciudades donde disfrutar, y mucho, alrededor de la mesa. A la tradición alentejana se unen jóvenes chefs y nuevos espacios que la han convertido también en destino gastronómico.

Foto: Dom Joaquim.

La tradición se saborea en Dom Joaquim, una institución en cuanto a cocina alentejana de toda la vida se refiere, que abrió sus puertas en 2007.

Desde entonces no ha hecho sino acumular clientes satisfechos y premios a su trabajo. ¿Sus platos más demandados? El bacalao con huevo escalfado, las carrilleras asadas con puré de manzana y castañas o su almofada (empanada) de porco preto.

Évora vive un momento dulce con su cocina, con esa nueva generación de cocineros que tomando como base la cocina regional, han creado conceptos totalmente únicos.

Es lo que se vive en espacios como Cavalariça Évora, ubicado en el palacio Duque de Cadaval. Los platos creados por Bruno Caseiro, su chef ejecutivo, son una prueba perfecta de esta simbiosis de tradición y modernidad, que se resuelve en bocados ya célebres de esta casa como la tortilla do Alentejo, las empanadillas de borrego con mojo de algas o el pulpo a la plancha con gamba roja del Algarve y garbanzos.

Foto: Cavalariça Évora.

Por su parte, en Tua Madre, el chef Francesco Ogliar une sus raíces italianas con las alentejanas dando lugar a una cocina mediterránea y orgánica, con una carta corta y cambiante con las estaciones en la que no faltan platos como unos cogollos asados con leche de piñones y jugo de nabo o las albóndigas de res que presentan con puré de cebolla y queso Parmigiano Reggiano de 24 meses de curación.

¿El postre? Pasa a cogerlo en la pastelería Pão de Rala. Aquí se han especializado en recetas de dulces conventuales como el bolo de nozes e ovos moles, un milhojas preparado con nueces, yema de huevo y azúcar, los queijinhos do céu (quesitos del cielo) o el que da nombre al espacio, el pão de Rala elaborado con yemas, azúcar y almendras molidas.

Foto: Tua madre.

Llévate a casa lo mejor de la artesanía alentejana

Además de por su cocina, el Alentejo también es reconocido por su bellísima artesanía.

La cerámica de Nisa o Estremoz, las alfombras, mantas o tapices de Reguengos de Monsaraz y Mertola, los objetos de cuero y marroquinería de Terrugem, los productos elaborados con corcho…

Estos, además de sus fantásticos vinos y productos gastronómicos, son solo algunos de los recuerdos de esta tierra que puedes llevarte a casa.

Y en Évora existe un buen puñado de espacios donde hacerte con ellos. Desde la calle 5 de Outubro a la Romão Ramalho, pasando por el Mercado Municipal en casi cada esquina, venden lo mejor del Alentejo.

Buscando tesoros por las calles de Évora. Foto: Turismo de Alentejo.

Si hay que elegir, nos quedamos con tiendas imprescindibles como Oxalá. Aquí puedes hacerte desde con cerámica alentejana hasta con los licores artesanales de higo, café o limón de Musgo do Campo, pasando por mantas de Casa Cubista, las coloridas ilustraciones de Teresa Rego o las carteras y mochilas con cuero de la firma Normal. Y eso solo por citar algunos de los tesoros de esta preciosa tienda.

En Oxalá puedes comprar cerámica alentejana, licores artesanales, mantas y tapices, ilustraciones y hasta carteras y mochilas, todo de pequeñas firmas y diseñadores

tampoco dejes de pasar por Gente da Minha Terra, una tienda que reúne el trabajo de artesanos locales y objetos únicos como pendientes de cerámica, casitas de madera reciclada, ilustraciones, piezas de cerámica, tanto utilitaria, como de decoración, velas o bastidores con delicados bordados.

Foto: Oxalá Evora.

Divisar la ciudad a vista de pájaro

¿Buscas una perspectiva diferente? ¿Qué tal visitar Évora desde el cielo? Y no, no lo haremos a bordo de un avión, sino montados en un globo aerostático. Es lo que proponen desde Baloníssimo, empresa especializada en vuelos en globo desde 2015.

Baloníssimo es el sueño del belga Nelson Baetslé que, enamorado de Portugal y en especial del Alentejo, decidió establecerse aquí e iniciar su pasión.

Évora a vista de pájaro. Foto: Baloníssimo.

Desde entonces, organiza vuelos que parten al amanecer desde un campo cercano a Évora y durante una hora aproximadamente, sobrevuelan la ciudad y el bello paisaje natural del Alentejo con sus verdes campos. Al finalizar y como manda la tradición, se brinda con una copa de champagne para celebrar la aventura.

El hotel perfecto para una escapada diferente

A apenas unos 15 minutos en coche desde el centro de Évora se encuentra una de las joyas de esta zona, el hotel Octant Évora.

El pasado verano de 2021, el grupo DHM, dedicado a recuperar espacios y convertirlos en alojamientos, abría sus puertas este reducto en medio de la naturaleza. Y no podía ser más un lugar que es un puro homenaje a la zona. Con hoteles en diferentes partes de Portugal, como la sierra de Lousa, el Douro o Santiago do Cacém, la cadena se rige por dos lemas: ‘luxury of freedom’ y ‘luxury of local’.

El primero se traduce en que cada uno de sus establecimientos practica una política de no limitar el tiempo y los horarios. Por ejemplo, puedes desayunar a cualquier hora o nadar en su piscina las 24 horas del día.

Foto: Octant Evora.

El segundo y más importante, testifica cómo cada Octant es un fiel reflejo del lugar donde se encuentra. En el caso de Octant Évora, su arquitectura contemporánea casa a la perfección con el paisaje de Herdado do Perdiganito que domina hasta que alcanza la vista.

Lujo sí, pero un lujo refinado, relajado y un deleite para todos los sentidos. Un sentir de esos que nos hace dejar las preocupaciones en la entrada y sumergirnos en una atmósfera de relajación y bienestar.

Lo consiguen no solo con el lugar en sí, sino también con sus habitaciones y villas con piscina, decoradas con los tonos típicos del Alentejo, el blanco y el azul y materiales naturales, con sus propios amenities bajo la marca D’Naturaleza, sostenibles y ecológicos y hasta con su spa con piscina climatizada, sauna y baño turco.

El hotel también cuenta con su propio huerto y hasta con una granja con animales, que organiza labores didácticas para los pequeños de la casa.

Foto: Octant Evora.

El huerto abastece a su restaurante À Terra, donde probar platos como su phitivier de verduras, el arroz de pulpo al horno asado con uva touriga nacional o una deliciosa picaña de cordero alentejano acompañada de chips de boniato y chimichurri.

No solo puedes disfrutar de estas recetas allí, sino también puedes optar porque organicen un picnic en la finca o una comida o cena en la mesa del chef, enclavada en el corazón de sus jardines.

Para completar la experiencia, puedes coger una de sus bicis, explorar los alrededores y las ruinas de Perdiganito o apuntarte a sus talleres de yoga, cerámica, observación de aves, paseos a caballo o degustaciones de vinos y productos regionales.

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