6 rutas en tren por los paisajes más bellos de Irlanda

Localidades costeras, pueblos plagados de encanto, ciudades magnéticas y paisajes verdísimos se deslizan ante las ventanillas de estos trenes ideales para descubrir todas las caras de Irlanda

El templo de Mussenden se alza sobre los acantilados. Foto: Turismo de Irlanda.

Playas extensas e imponentes acantilados, dunas y amplias vistas oceánicas justifican la afirmación del escritor de viajes Michael Palin, que describió la ruta entre Derry-Londonderry y Coleraine en Irlanda como “uno de los viajes en tren más bellos del mundo”.

Es solo una de las hermosas rutas en tren de Irlanda: ferrocarriles que bordean la costa, otros que avanzan a través de escénicas panorámicas formadas por llanuras y montañas o los más nostálgicos, aún impulsados por viejas locomotoras de vapor. Y es que, sin duda, el tren es una de las mejores formas de adentrarse en los paisajes más espectaculares de la Isla Esmeralda.

Un medio que, además de impulsar el slow travel y el disfrute tranquilo del momento (y evitar los nervios de conducir por la izquierda), es sostenible y accesible y que ahora se beneficia de la bajada de precios del 20% hasta fin de 2022 y la reducción permanente del 50% para jóvenes de entre 19 y 23 años.

El imponente viaducto de Craigmore. Foto: Turismo de Irlanda.

Puestos a elegir, proponemos seis de las mejores rutas para descubrir Irlanda a la vez que se atraviesan increíbles paisajes.

De Rosslare a Dublín

Considerada una de las rutas escénicas más bonitas de toda Europa, la ruta entre Rosslare, en el condado de Wexford, y Dublín bordea la costa sureste de Irlanda mientras deja ver las verdes y sorprendentes llanuras de esta región -que se encuentran bajo el nivel del mar casi en su totalidad-.

Aquí donde un puñado de islas que fueron drenadas para ser convertidas en tierras de cultivo (las Sloblands) ahora hay un santuario invernal para gansos y cisnes procedentes de Islandia, Groenlandia y Siberia.

Parque Forestal de Avondale, en Wicklow. Foto: Turismo de Irlanda.

Más hacia el norte, la ruta deja ver un cambio de paisaje, que se torna montañoso a la vez que el tren se eleva por un paisaje idílico de arroyos y coníferas mientras serpentea por viejos puentes de piedra hasta llegar al Valle de Avoca, un exuberante valle donde los ríos Avonmore y Avonbeg se unen en el Encuentro de las Aguas para convertirse en el río Avoca.

El tren realiza una parada en la localidad de Rathdrum, desde donde es posible llegar a pie al espectacular Parque Forestal de Avondale.

Continuando la ruta, el ferrocarril vira de nuevo hacia el este hasta el pueblo de Wicklow para seguir su camino paralelo a la costa.

Bray, en Wicklow. Foto: Turismo de Irlanda.

Una vez en Bray, se puede continuar la ruta continuar hasta Dublín con alguna que otra parada o subir al servicio de cercanías DART, otra de las rutas en tren más conocidas de Irlanda que une, con característica forma de herradura, Wicklow con las localidades al norte de Dublín y que se detiene en preciosas ciudades costeras como Dalkey o Killiney.

De Derry-Londonderry a Coleraine

Otra de las rutas más hermosas de Irlanda y de Europa es la que une Derry-Londonderry con Coleraine, en Irlanda del Norte.

De apenas 40 minutos, el recorrido arranca en la ciudad histórica de Derry-Londonderry y serpentea la orilla del río Foyle hasta llegar a un amplio tramo de llanuras junto al estuario.

El tren pasa por debajo de Mussenden Temple en Downhill Strand. Foto: Turismo de Irlanda.

Ya en la costa, el tren continúa bordeando las espectaculares playas de arena dorada y las dunas de Benone Strand hasta avistar Mussenden Temple, el original templo circular ubicado en los acantilados cerca de Castlerock y diseñado como biblioteca asomada a lo alto del precipicio.

Al final del recorrido, que sigue la icónica Ruta Costera de la Calzada, espera el tranquilo pueblo costero de Castlerock que conduce a Coleraine, desde donde se puede llegar en autobús hasta la escarpada costa de Antrim.

De Cork a Cobh

Dentro del condado de Cork, al sur de Irlanda, encontramos una corta ruta ferroviaria que conecta con la colorida ciudad portuaria de Cobh, situada en uno de los puertos naturales más grandes del mundo.

Cobh. Foto: Turismo de Irlanda.

El viaje parte de la estación de Kent, en Cork, y rápidamente ofrece unas espectaculares vistas de la costa sur de la isla mientras bordea el canal de Belvelly hasta detenerse en Little Island y pasar al único parque de vida silvestre de Irlanda: la isla de Fota.

La ruta dura solo 24 minutos y finaliza en la estación de Cobh, la que en 1912 sirvió como último punto de partida del famoso RMS Titanic.

Western Rail Corridor

Entre las ciudades de Galway y Limerick se extiende uno de los itinerarios más desconocidos por los viajeros y, sin embargo, recorre algunos hermosos pueblos que bien merecen una visita.

El tren, de nombre Western Rail Corridor, toma unos 80 minutos y tiene paradas destacables como la localidad de Gort, en el condado de Galway, desde donde se pueden visitar los jardines históricos de la Reserva Natural de Coole.

El parque prehistórico de Craggaunowen. Foto: Turismo de Irlanda.

Otro punto interesante es Thoor Ballylee, donde vivió el poeta y dramaturgo William Butler Yeats y donde John Ford filmó la primera escena de su película The Quiet Man (1952).

También merece una parada la localidad de Sixmilebridge, muy cerca de Craggaunowen, un parque que explora la vida celta durante la Edad del Bronce. En sus cercanías también se encuentra la aldea de Quin, con sus magníficas ruinas de la abadía franciscana.

De Downpatrick a la abadía de Inch

Viajamos ahora en la distancia, pero también en el tiempo, gracias a un coqueto ferrocarril histórico, el Downpatrick and County Down Railway, que este verano volvía a funcionar después de dos años y medio inoperativo como consecuencia de la covid.

Tras dos años y medio parado, el Downpatrick & County Down Railway vuelve a funcionar.

Aunque hasta Navidad no volverá a ofrecer viajes impulsados por las viejas locomotoras a vapor, el viaje merece también la pena con sus locomotoras diésel.

El viaje se inicia en Downpatrick, en el condado de Down y donde se dice que está enterrado San Patricio, y continúa su suave traqueteo hasta la abadía de Inch, un majestuoso enclave monástico en ruinas situado a orillas del río Quoile que tuvo un papel estelar en Juego de Tronos.

Durante todo el trayecto, de poco más de 10 minutos y en algunas de sus salidas está tematizado, el paisaje ofrece vistas excepcionales de las montañas de Mourne, así como de tierras de cultivo, pastos y abundante vida silvestre.

Malahide Marina. Foto: Johnny Banbury.

De Dublín a Belfast

Nos despedimos con el recorrido estrella que une las principales ciudades de la República de Irlanda y de Irlanda del Norte.

El viaje comienza en la estación Connolly de Dublín, desde donde el tren se dirige a Malahide Marina y cruza el estuario antes de poner rumbo al norte.

En paralelo a la espectacular costa escarpada, el tren avanza hasta llegar a Drogheda, una ciudad fortificada con estrechas callejuelas que se extiende a lo largo del río Boyne. Se encuentra a solo 8 kilómetros del yacimiento arqueológico de Brú na Bóinne, por lo que merece la pena bajar y acercarse a este Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO para admirar sus impresionantes tumbas prehistóricas.

Brú na Bóinne. Foto: Turismo de Irlanda.

Las vías atraviesan los magníficos campos verdes del norte y cruzan el vertiginoso viaducto de Craigmore de 18 arcos y 400 metros de longitud, antes de alcanza el punto final en la estación de Lanyon, en Belfast.

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