Paredes de cristal y vistas al bosque: abre el hotel de Pepe Vieira en Pontevedra

14 habitaciones sumergidas en la naturaleza con vistas al mar y al bosque, luz natural y diseño minimalista dan forma al nuevo hotel del dos estrellas Michelin Pepe Vieira

Las habitaciones funden interior y exterior. Foto: Stephane Lutier.

Si lo normal es que un hotel complemente su oferta con un restaurante, en este caso es justo al revés. Reconocido con dos estrellas Michelin así como la estrella Verde que distingue a los chefs con propuestas sostenibles y eco, Pepe Vieira lleva desde 2001 haciendo felices a los comensales que se aventuran a conocer su restaurante en el alto del Raxó, un pequeño municipio escondido entre bosques en la Ría de Pontevedra (Galicia).

Y es ahora, 22 años después de su inauguración, cuando abre las puertas de un hotel.

Con el exclusivo sello Relais Chateâux y complementando al restaurante en la finca de 12.000 hectáreas con vistas al Atlántico, nada es habitual en este establecimiento, comenzando por su arquitectura.

En lugar de un edificio al uso, sus 14 habitaciones ocupan otros tantos galpones totalmente independientes e inmersos en la naturaleza.

Pepe Vieira Hotel. Foto: Stephane Lutier.

Un paraíso escondido

A 40 minutos en coche desde Vigo (42 km) y 60 desde Santiago de Compostela (85 km), el camino de llegada forma parte de la experiencia en este lugar (incluso Google se pierde, así que lleva a mano las indicaciones del establecimiento).

Lat: 42° 24′ 32″ N Lon: 8° 45′ 21″ O son las coordenadas exactas del lugar, perdido en el concejo de Poio, en Pontevedra.

Al llegar a la finca, y además del aclamado restaurante, en Hotel Pepe Vieira Relais & Chateâux sorprenden los 14 cubos diseminados por la finca.

Orientados a la ría de Pontevedra, estos galpones como los llaman, se han ideado con un planteamiento completamente sostenible en plena naturaleza que permite disfrutar del paisaje desde el exterior y el interior de las estancias, proyectadas todas ellas para priorizar la relación con el entorno natural.

Pepe Vieira Hotel. Foto: Stephane Lutier.

La idea, cuentan, pasa por ofrecer una conexión completa con el paisaje y las raíces gallegas.

Y vaya si lo consiguen.

Cajas de luz con vistas

Casa una de las 14 habitaciones se abre al bosque y a la ría a través de grandes ventanales (ocupan toda una pared de cada estancia) para que al abrir los ojos por la mañana sean los árboles lo primero que veamos.

Además, un patio acristalado en el interior de cada cubo refuerza esta sensación, donde el exterior se introduce en el interior y la luz se funde con el diseño de líneas rectas, tonalidades neutras y materiales naturales.

Terraza Pepe Vieira. Foto: Stephane Lutier.

El hotel dispone además de una piscina exterior, aislada del resto del espacio y rodeada de naturaleza autóctona, con solarium y espacios de relax.

El restaurante está también a disposición de los huéspedes, un espacio cuya arquitectura subraya en todo momento el paisaje gallego.

En ese espacio central, se dispone un área con chimenea, el salón gastronómico y la bodega, también visitable, donde destaca una buena representación de vinos gallegos de entre más de 700 referencias de otros países.

Un desayuno con sabor gallego

En la experiencia de alojamiento, que pretende reforzar la relación entre la gastronomía, las raíces y el entorno natural, el hotel concede especial protagonismo al desayuno, que plantea en cinco pasos.

El chef Pepe Vieira estrena esta temporada su segunda estrella. Foto: Stephane Lutier.

Zumos elaborados en función de la época del año, huevos poche de Gallina de Mos -raza autóctona- bechamel ligera de trufa y queso Galmesán, quesos, diferentes tipos de pan y aliños, trufa y tomate ligeramente pasificado están entre las propuestas.

Además, un plato dulce con base de royal de frutas ácidas y crema de yogurt de vaca, elaboraciones dulces y saladas, mantequillas artesanas, mermeladas de elaboración propia, y miel de productores locales, así como tartas de zanahoria, cacao y tostas de pan de trigo caaveiro.

Primera temporada con 2 estrellas Michelin

También de estreno, la nueva temporada en el restaurante Pepe Viera, la primera en la que lucirá la segunda estrella Michelin obtenida en la reciente gala.

Restaurante Pepe Vieira. Foto: Stephane Lutier.

Con el nombre de A Última Cociña do Mundo, Pepe Vieira trae una propuesta gastronómica basada en las raíces gallegas con la que profundiza y traslada a cada plato la historia y las tradiciones de la región a través de la creatividad y la técnica.

De este modo, no es extraño encontrarse con ingredientes olvidados de la gastronomía tradicional que Vieira rescata, ni con recetas y platos reinterpretados o con técnicas culinarias de los ancestros, todo ello con vistas a destacar el patrimonio inmaterial gallego.

La nueva temporada trae un menú basado en el mundo del mar y de su huerto, tan aferrado a la tierra gallega.

Entre los entrantes, bocados como Minifundio, con hojas tiernas, ácidas y picantes de la propia huerta; Xurel, un pescado curado en sal y ahumado con sarmientos secos de las viñas que se finaliza con una ajada; Chula de maiz y setas; vieira con millo miudo, uno de los cereales más antiguos de Galicia y almeja fina en salsa de hierbas silvestres con toques cítricos, picantes y dulces de leche caramelizada.

Restaurante Pepe Vieira. Foto: Stephane Lutier.

En el capítulo de mariscos y pescados destacan la centolla con muselina de semillas de capuchina y el ya emblemático troncho de bogavante frito (un plato que trabaja, desde el plano gastronómico, la historia del emigrante gallego Ildefonso Graña que, a finales del siglo XIX emigró a Sudamérica y acabó convirtiéndose en el rey de las tribus Jíbaras Aguaruna y Huambisa).

También está la emulsión de lías de Albariño y cigala, la merluza frita, otro clásico de la carta, el mero cocinado en una corteza de sal de limón y escabeche de zanahoria y el pescado azul en salsa de koji de arroz, berros y almendra helada.

En la cocina con Pepe Vieira

En el paso a cocina, donde puede conocerse a Pepe Vieira en su momento de trabajo, se plantea un pescado curado en sal cítrica y ahumado con virutas de limonero, para pasar luego a varias propuestas con el huerto como protagonista, como el agua de tomate fermentado, semillas, hojas y flores, o la cebolla confitada, leche de oveja, wakame y flores silvestres.

En un momento del menú se pasa por la cocina de Pepe Vieira.

Antes del postre, una caldeirada marinera de pescado con salmonete y cremoso de apionabo y, ya sí, dulces como la queimada fría, un merengue y un original trampantojo de manzana camembert.

a.
Ahora en portada