11 años después, reabre el museo más grande de Flandes

Las obras maestras de Rubens, Van Eyck, Van Dyck, James Ensor o Rick Wouters vuelven a brillar en el KMSKA de Amberes, que abre sus puertas con un 40% más espacio y tras una renovación de más de 10 años

Ya está abierto el KMSKA de Amberes. Foto: Karin Borghouts.

Nada menos que 111 obras de la colección del KMSKA, el Real Museo de Bellas Artes de Amberes, figuran en la Lista oficial de obras maestras del Gobierno Flamenco. Nombres como Fouquet, Tiziano, Alechinsky, Modigliani, Rodin y Chagall son algunos de los internacionales en sus salas, que guardan también las mayores colecciones del mundo de obras de James Ensor y Rik Wouters, lo que lo coloca a la altura de pinacotecas de la talla del Boijmans van Beuningen (Rotterdam), el Nationalmuseum (Estocolmo) o el Städel Museum (Frankfurt).

Si la expectación es máxima por volver a recorrer las salas del KMSKA, que han ganado un 40% de espacio, se debe en gran medida a su prolongado cierre -ha durado 11 años-, en los que el museo se ha renovado totalmente para incluir una nueva galería, de blanco reluciente, que amplía el espacio expositivo dedicado al arte moderno que representa casi el 80% de sus fondos.

El mayor museo de Flandes

El estudio de arquitectura KAAN es el responsable de la ampliación de este edificio histórico de 1890 que, casi desde sus inicios como museo, ha tenido que lidiar con la falta de espacio para acoger su creciente colección.

Las nuevas galerías destacan por el blanco inmaculado. Foto: Karin Borghouts.

En esta ampliación, que gana 21.000 m2 para unos fondos de más de 8.400 piezas y que va desde los maestros flamencos del siglo XIV hasta obras del siglo XX, se han utilizado cuatro patios del complejo para crear una nueva ala muy alejada del estilo neoclásico original, que sí se ha mantenido en el resto del edificio.

Para el presidente del museo, Luk Lemmens, la institución “todavía se asocia con demasiada frecuencia solo con los maestros antiguos”, por lo que el espacio ganado permitirá dar «el lugar que merece» a la colección de arte moderno del museo que ha crecido con donaciones y con adquisiciones del propio museo.

El 78% de sus obras, en su mayoría pinturas y esculturas, son posteriores a 1880 y entre ellas destacan las principales muestras de los pintores belgas flamencos Rik Wouters y James Ensor, que tendrá su propia ala en el renovado museo.

Rik Wouters tiene su propio espacio en el KMSKA. Foto: Karin Borghouts.

Dos museos en uno

La colección se presenta ahora en dos grandes periodos físicamente separados: por un lado, los maestros antiguos en la parte histórica, mientras los modernos protagonizan el nuevo volumen. Entre estos dos mundos se sitúa la obra del artista James Ensor.

La nueva galería (un conjunto de diez salas), que destaca por el blanco brillante que la cubre de suelo a techo y las superficies casi reflectantes, se ha convertido en el espacio para mostrar una «indiosincrática» colección, que se desvela a través sorpresas en cada esquina, tanto por la arquitectura, como por el arte expuesto en ella.

Sus obras están organizadas en nuestra colección en torno a tres temas: Luz, Forma y Color, representadas respectivamente por obras como El Dieciséis de Septiembre del belga René Magritte, Composición, de Jozef Peeters, y Gran Sol, de Otto Piene. También se reserva un lugar destacado a la obra de Rik Wouters.

Expresionismo, abstracción, surrealismo y los movimientos posteriores a 1880 quedan así separados de los grandes maestros flamencos, como Jan Van Eyck, Peter Paul Rubens o Rogier van der Weyden, que permanecen en las alas históricas del edificio.

KMSKA. Foto: Karin Borghouts.

Solo puntualmente compartirán espacio obras extemporáneas.

El vaso comunicante entre ambos bloques lo pone Ensor (1860-1949), uno de los pintores belgas más célebres, que abrazó el expresionismo y surrealismo en obras coloristas con especial gusto por lo grotesco y los motivos carnavalescos.

En total, se exhiben al público unas 650 obras. Para aquellos que quieran sintetizar su visita, el museo ha seleccionado un total de 100 obras (marcadas a través de etiquetas y textos) que resumen el universo artístico del KMSKA.

Revisitar el pasado colonial

Además de para recuperar el color original de las fachadas, la década de cierre ha permitido al museo “investigar sobre su pasado colonial” ya que, si bien no se construyó con fondos procedentes de las colonias que Bélgica tenía entonces en el Congo, muchos de sus donantes si participaban del comercio colonial, lo que hace que probablemente 57 piezas hayan sido financiadas con fondos procedentes del mismo.

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