El tren para ver la aurora boreal mientras se atraviesa Alaska

Los trayectos de más de 12 horas por las salvajes tierras de Alaska del Aurora Winter Train permiten disfrutar de paisajes salvajes y auroras boreales desde sus vagones panorámicos

Aurora Winter Train. Foto: Kerry Tasker | Alaska Railroad.

Hay quien viaja miles de kilómetros hasta los confines del mundo y no logra verlas. Y, es cierto, nada ni nadie puede garantizar que asistamos al maravilloso espectáculo natural que regala una aurora boreal. Pero en este tren que recorre salvajes y nevados paisajes de Alaska, al menos, no pasarás frío mientras esperas a que aparezcan a través de sus ventanales panorámicos.

De nombre Aurora Winter Train y operado por Alaska Railroad, el ferrocarril cubre el trayecto entre las ciudades de Anchorage y Fairbanks, un viaje de 12 horas y 563 km que en verano es operado por el Denali Star Train.

El tren de la aurora boreal

Pero si entre mayo y septiembre y gracias al retroceso de la nieve y el hielo el estado número 49 de los EE. UU. deja ver un impresionante arco cromático en bosques, montañas, ríos y lagos, en el resto del año el panorama es muy distinto.

El tren recorre los paisajes helados de Alaska. Foto: Kerry Tasker | Alaska Railroad.

Un manto blanco y silencioso cubre la mayor parte de Alaska, un paisaje hipnótico al que asomarse desde nuestro asiento del Aurora Winter Train, así como desde los dos coches con ventanales de vidrio de suelo a techo que los convierten en miradores panorámicos privilegiados para dejarse cautivar por la majestuosidad del paisaje, que incluye los valles de Matanuska y Susitna y el Parque y Reserva Nacional Denali.

El tren conecta la ciudad de Anchorage con la remota Fairbanks, que presume de tener 200 noches de auroras boreales al año

En invierno (de septiembre a mayo), el tren opera solo los fines de semana, con salidas los sábados en Anchorage y regresos los domingos desde Fairbanks y paradas en Wasilla y Talkeetna y, adicionalmente, en Chase, Curry, Sherman, Gold Creek, Canyon, Twin Bridges, Huracán, Denali, Healy y Nenana.

Las auroras cerca de Fairbanks. Foto: Sherman Hogue | Explore Fairbanks.

La buena noticia es que entre el 14 de febrero y el 25 de marzo se ofrecen salidas adicionales entre semana (salidas hacia el norte martes y jueves y regresos miércoles y viernes).

Los paisajes helados de Alaska

Desde la comodidad de un cálido vagón en un tren dotado con vagones panorámicos y comedor a bordo, Alaska desfila ante nuestros ojos, con vistas como el imponente Denali, la montaña más alta de América del Norte, con 6.190 metros de altura, un coloso de roca que aparece entre las nubes levándose sobre el río Susitna.

En cualquier momento, un viajero atento puede ser recompensando con la vista de un alce, entre otros animales salvajes.

Aurora Winter Train. Foto: Nathaniel Wilder | Alaska Railroad.

Durante el trayecto se atraviesan también impactantes infraestructuras ferroviarias como el puente Hurricane Gulch, una estructura de acero que cruza el río homónimo en un tramo de casi 280 metros, la mayor de este tipo en los EE. UU.

También se podrá ser testigo de una tradición local en relación con el ferrocarril y de la que dependen tanto las paradas como la duración total del viaje, las paradas de bandera. Y es que en medio de los páramos de Alaska, en muchas zonas sin carreteras ni comunicaciones, el tren era la única conexión para muchos de sus solitarios habitantes.

Aún en algunos de los núcleos poblados, junto a las vías del tren se encuentra un puesto donde se guarda una bandera, de modo que si alguien quiere coger el tren tiene que agitarla para que el maquinista detenga el convoy y le permita subir a bordo.

El ferrocarril permite realizar diferentes viajes. Foto: Kerry Tasker | Alaska Railroad.

Un tren y varios viajes

Desde Anchorage, el horario de sábado a domingo del Aurora Winter Train es perfecto para una escapada de fin de semana a Talkeetna, un pequeño núcleo que aún recuerda a la época en que Alaska era una tierra inhóspita solo habitada por buscadores de oro, cazadores de nutrias o empleados de la industria forestal.

Fairbanks, la ciudad que ostenta el título de ser la más fría de los EE. UU., con temperaturas de -54º, tienen también el récord del mayor número de auroras boreales al año, hasta 200

Hoy, junto a algunas de sus construcciones centenarias es posible disfrutar de deportes de nieve y explorar su red de senderos con raquetas o motos de nieve, o bien aprender los secretos de la elaboración de pasteles en el famoso Talkeetna Roadhouse.

Chena Hot Springs. Foto: Marquise de Photographie | Unsplash.

Más completo es el viaje de seis noches con salida en Anchorage que combina estancias en Talkeetna y Fairbanks, trineos tirados por perros y recorridos para cazar auroras boreales, además de una escapada a Chena Hot Springs, un resort balneario con piscinas de aguas termales naturales al aire libre que se completa con un pequeño museo, el Aurora Ice Museum, hecho con 1.000 toneladas de hielo y nieve y que permite conocer más detalles más detalles sobre las auroras.

Fairbanks, la ciudad de las auroras

Fairbanks, una localidad con apenas 120 años de vida y surgida al calor de la fiebre del oro, ostenta el título de ser la más fría de Alaska (y, por consiguiente, de todos los EE. UU.), con inviernos que van de agosto a abril y temperaturas que alcanzan los -54 grados.

Además, cuenta con otro récord, en este caso más seductor, y es que presume de tener 200 noches de auroras boreales al año.

Fairbanks presume de tener 200 noches con auroras boreales al año. Foto: Tommy Tang | Unsplash.

Claro, no es un cifra exacta ni se repite cada año, pero es cierto que sus habitantes están acostumbrados a la maravillosa compañía de los cielos atravesados por las luces de infinitos matices y tonalidades que danzan en el cielo en las noches más oscuras.

La temporada de auroras boreales se extiende en Fairbanks desde el 21 de agosto al 21 de abril, y aparecen cuando el cielo está oscuro y limpio. O sea, sin nubes ni luna llena.

Ni siquiera hace falta quedarse a la intemperie a esperarlas: la mayor parte de los hoteles ofrece un servicio de despertador para avisar de su aparición, mientras diferentes operadores permiten explorar el Círculo Ártico por tierra o por aire mientras se esperan nuevas apariciones de la aurora boreal.

Foto: Alaska Railroad.

Además, el viaje puede combinar la ide en tren con la vuelta en avión. Otra opción disponible es la excursión de un día a Talkeetna o a Denali, así como la escapada de una noche.

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