La plantilla de Ford Colonia acepta 2.900 despidos y deja vía libre al giro estratégico para Almussafes
El futuro de Ford en Europa está marcado por las políticas de Trump, la opción de que vuelva a hacer coches pequeños y que no se opte por un cierre de la división

El canciller alemán Olaf Scholz y William Clay Ford Jr., presidente ejecutivo de Ford. Foto: Ford
Con una abrumadora mayoría del 93,5% de sus trabajadores en Alemania aprobando su plan de despidos, Ford ha terminado su giro de 180 grados en su centro de vehículos eléctricos de Colonia. En junio de 2023 celebraba el arranque de sus modelos 100% eléctricos y dos años y tres meses después, con el fracaso de ventas del Explorer y el Capri, logra el acuerdo para despedir a 2.900 alemanes de su centro de vehículos eléctricos. La derivada de esta acción-reacción es que ahora ya puede actuar en Almussafes, donde prometió el Mustang Mach-e pero nunca lo ejecutó.
«En una situación muy difícil, hemos acordado la mejor red de seguridad posible para los empleados, que se aplicará hasta finales de 2032 y, por lo tanto, proporcionará seguridad financiera», declaró David Lüdtke, portavoz de IG Metall en las plantas de Ford, en declaraciones que recogía ayer Spiegel.
El acuerdo supone la salida de 2.900 trabajadores de los más de 11.000 que tiene la compañía y la letra pequeña del acuerdo supone que hay un abanico de opciones encima de la mesa. No se trata sólo de un acuerdo de prejubilaciones y despidos, que también, sino que se incorporan dos claúsulas que dan una indicación clara al analalizarla desde la perspectiva automotriz.
El pacto que han respaldado IG Metall consiste en que no habrá nuevos despidos hasta 2032. El Explorer se lanzó al mercado en 2024 mientras que el Capri ha visto la luz este año. Por tanto, la «garantía» de empleo tiene como relevante matiz que la continuidad de Colonia está vinculada a lo que sería la duración razonable de la vida útil de los dos modelos que tiene en producción.
Es cierto que la baja producción y aceptación del mercado del Explorer y el Capri abre todo tipo de opciones (negativas) para la fábrica de Colonia de Ford. Como ya contó Economía Digital, la producción de Ford en Alemania se ha reducido hasta las 80.000 unidades al año de modo que la fabricación en Colonia unida a la de Almussafes todavía sería insuficiente para una única fábrica tuviera suficiente carga de trabajo.
La otra cláusula sorprendente en el acuerdo de IG Metall para aceptar los 2.900 despidos en Alemania es, como indica prensa germana, que «si los puestos de trabajo de los empleados se reubican debido a la venta de la división y su continuación por otra empresa, el acuerdo estipula que dichos empleados no se verán perjudicados». También se prepara el acuerdo para que en el caso de que Ford Werke (la filial alemana de Ford) sea insolvente sea la matriz americana la que pague los despidos.
Con estas cláusulas, el principal sindicato alemán deja atado que no hay ningún compromiso adicional al ya previsto hace dos años y que se ha puesto encima de la mesa los peores escenarios para el futuro de Ford en Europa. Preparados para la hipotética venta a otro competidor o incluso el cierre por quiebra, la compañía ya está preparada para su futuro.
Con este contexto, las voces que podrían trasladar mensajes oficiales y que están más cerca de Almussafes sugieren que la conversación continúe en «octubre». Es para entonces cuando se espera que existan anuncios que relancen a Ford en Europa, lo que parece imposible realizar si no es mediante un aumento del portfolio de la compañía con la incorporación, de nuevo, de coches pequeños.
Donald Trump, con su política arancelaria y sus presiones a las marcas americanas como Ford para que centralicen su producción en Estados Unidos y no en países competidores (y España no está entre las naciones más queridas por la adminstración americana), supone un lastre para las opciones de que Almussafes vuelva a ser un referente en la producción de la compañía del óvalo.