Ford tiene una deuda

Ante los problemas que amenazan la producción de vehículos eléctricos, Ford tiene que tomar decisiones rápidas que garanticen el trabajo en Almussafes

Planta de Ford en Almussafes. Foto EFE: Kai Forsterling

Planta de Ford en Almussafes. Foto EFE: Kai Forsterling

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Empiezan a surgir las dudas en cuanto a las bondades de la electrificación en el automóvil, y también los contratiempos a la hora de que los fabricantes de coches dispongan de las suficientes unidades de baterías en sus diferentes variedades, una vez ya superada la crisis de los microchips.

Todo hace indicar que, en el mejor de los casos, se va a retrasar el objetivo de alcanzar el 100% de la fabricación en vehículos 100% eléctricos. Hay dos motivos fundamentales: el precio de los mismos, -ahí entra el riesgo del coche chino-, y la infraestructura que les de soporte, -ahí el problema es quien la sufraga-, por lo que la Unión Europea debe tomar iniciativas claras.

Se necesitan decisiones rápidas

Debe hacerlo con prontitud, sino quiere ver como mengua su industria más potente, generadora de empleo y actividad económica. Ya son, al menos tres los proyectos de construcción de gigafactorías que se han paralizado, por lo que quedan en suspenso también miles de nuevos empleos.

 “Debemos fabricar coches que puedan comprar nuestros empleados”. Este principio acuñado por el propio Henry Ford empieza a estar en entredicho, salvo que el coche sea pequeño o chino. Ante esta nueva realidad Ford, que ya había iniciado su particular reestructuración y rediseño del negocio en Europa, ha comenzado a dudar.

Tras alcanzar un Acuerdo en Colonia con la UGT, tomar la dolorosa decisión para los trabajadores de poner a la venta una fábrica en Saarlouis, que sigue sin un potencial comprador, y hacer una inversión millonaria para electrificar la otra fábrica alemana en Colonia, -“el dictador del capitalismo”, “el temido mercado”-, dicta sentencia, y dice que no ha llegado el momento de la electrificación.

Problemas para Ford Europa

El problema que se nos genera a los trabajadores en Ford Europa es ciertamente complejo y delicado, y no parece que pueda tener una salida rápida ni fácil. Una vez llegados a este punto desde UGT pensamos que nos puede ser más útil buscar soluciones que culpables.

El problema que se nos genera a los trabajadores en Ford Europa es ciertamente complejo y delicado y no parece que pueda tener una salida rápida ni fácil

Es claro que el mercado en el corto plazo no demanda con la rotundidad inicialmente prevista el coche eléctrico, -por los motivos expuestos anteriormente-, y además porque no ofrece los niveles de autonomía y libertad de movimiento que siempre ha supuesto tener un automóvil.

Apoyo al acuerdo por la electrificación

Ahora bien, en Colonia el 27 de enero de 2022, UGT y Ford alcanzamos un acuerdo cuya negociación fue seguida muy de cerca por las instituciones, así como por el conjunto de la sociedad valenciana, por motivos de sobra conocidos.   

La plantilla demostró su compromiso, y asumió la dificultad de la situación, apoyando el Acuerdo por la Electrificación, puesto que se trataba de un momento clave para el devenir de la industria del automóvil, en el que Ford debía posicionarse. Por lo tanto, era también decisivo para el futuro de la fábrica.

Ahora que el escenario es bien distinto, y los tiempos de transformación de la fábrica serán otros, le corresponde a Ford pronunciarse al respecto. La respuesta, ya ni siquiera está en Europa, y tiene que venir desde Detroit.

Por todo esto, Ford debe reaccionar con celeridad para no perder el rumbo de los acontecimientos. La solución para Almussafes, en opinión de UGT, solo pasa por garantizar unos niveles óptimos de producción de vehículos híbridos, (200.000 al año), que mantenga el empleo necesario para afrontar el futuro con plenas garantías.

Porque hay una realidad incuestionable. El Acuerdo por la Electrificación generó un compromiso para ambas partes, e implicó a buena parte de la sociedad valenciana, por eso, ahora, Ford tiene una deuda que cumplir.

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