La agroalimentación valenciana afronta un 2025 herido por la DANA y los aranceles y mirando a Europa y Mercosur

Sector agro en la Comunidad Valenciana

Sector agro en la Comunidad Valenciana

La agroalimentación valenciana afronta un 2025 marcado por la incertidumbre. El sector llega al nuevo ejercicio todavía convaleciente de la DANA que azotó a la Comunidad Valenciana en octubre de 2024, un episodio que dañó especialmente a los cultivos de cítricos y a parte de las hortalizas. Según CaixaBank Research, la Comunidad Valenciana y Murcia concentran alrededor del 65% de la superficie citrícola española, por lo que las pérdidas de aquella riada se dejarán sentir en la próxima campaña.

Pese a la magnitud del sector, su peso dentro de la economía autonómica es relativamente bajo en comparación con regiones menos diversificadas. Valencia figura entre las cinco provincias que más aportan al agroalimentario español -junto a Almería, Sevilla, Barcelona y Murcia-, pero el fuerte desarrollo de la industria, el turismo y los servicios diluye la dependencia del campo en el conjunto regional.

En las últimas décadas, la estructura agroalimentaria valenciana ha virado hacia una mayor tecnificación. La industria de alimentación y bebidas ha ido ganando espacio, mientras que el sector primario ha perdido peso relativo. El tejido valenciano se parece cada vez más al de Madrid o Cataluña, donde la transformación y el valor añadido industrial tienen más protagonismo.

El impacto de los aranceles

A estas dinámicas internas se suma ahora un escenario internacional cargado de incertidumbres. Estados Unidos ha impuesto un arancel general del 15% a los productos europeos, a la espera de concretar excepciones. Aunque la exposición directa de España al mercado estadounidense es reducida -apenas un 4,6% de las exportaciones agroalimentarias-, el golpe puede ser sensible en territorios exportadores como el arco mediterráneo, donde destacan partidas como el aceite de oliva, las conservas de fruta y verdura o las bebidas.

El caso del aceite de oliva es especialmente destacable: Estados Unidos es el segundo destino para este producto y la Comunidad Valenciana mantiene una presencia relevante en su comercialización. Sin embargo, la fuerte dependencia importadora del mercado estadounidense y la caída reciente de los precios mitigan en parte el impacto de los aranceles.

China añade presión con la prohibición de importar productos avícolas desde agosto y con aranceles temporales al porcino europeo que alcanzan el 62,4% en algunos casos. Aunque el porcino no es un sector central en la Comunidad Valenciana, sí lo son los encadenamientos industriales y logísticos -piensos, subproductos, transporte portuario- que podrían verse afectados por la distorsión comercial.

Europa y Mercosur, las alternativas

El informe plantea varias vías para minimizar el impacto. Por un lado, diversificar mercados hacia destinos con patrones de consumo similares a los de Estados Unidos, como Austria, Finlandia, Australia, Suiza o Reino Unido, donde los productos valencianos -frutas, hortalizas, bebidas- pueden encontrar un hueco. Por otro, aprovechar la inminente apertura del acuerdo UE–Mercosur, que prevé eliminar hasta el 93% de los aranceles entre ambos bloques y que ofrece oportunidades en vino, aceite, frutas y elaborados cárnicos.

No obstante, ese mismo acuerdo puede generar competencia en sectores sensibles para la Comunidad Valenciana, como el arroz, donde se establecerán contingentes para proteger a los productores europeos.

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Fernando Arufe

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