Abertis golpea a Fomento: impugnará el concurso de la AP-7

La relación entre Abertis y Fomento es prácticamente nula y la empresa planea ya defenderse por la vía del recurso a la licitación de las autopistas

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Cada día que pasa, el futuro de la AP-7 y la AP-4 se complica más. La tensión entre Abertis, actual operador, y el Ministerio de Fomento se podría cortar con un cuchillo; hace meses que no se entienden y esta falta de sintonía se ha traducido en retrasos en el concurso para el nuevo contrato, cifras discordantes en el número de empleados que seguirán trabajando en la infraestructura y el próximo capítulo subirá todavía más la temperatura.

Abertis planea impugnar el concurso para adjudicar el mantenimiento de la AP-7 sur, entre Cambrils (Tarragona) y Alicante, y la AP-4 de Sevilla a Cádiz. Estas autopistas están gestionadas actualmente por Aumar, concesionaria del grupo controlado por Atlantia y Florentino Pérez (ACS y Hochtief), pero en enero dejarán de estarlo. El peaje desaparecerá y la gestión volverá al Gobierno, que licitará solo la conservación y el mantenimiento a partir de enero.

No obstante, el 1 de enero no habrá todavía nuevo operador. El retraso en el concurso impedirá que se haya adjudicado hasta, al menos, mediados del primer trimestre. Este escenario es optimista: solo es posible si no se impugna el concurso, pero varias partes —por ejemplo, algunos sindicatos— están estudiando presentar recurso, e incluso Abertis planea hacerlo pese a que ya no forma parte del futuro de la AP-7 sur y la AP-4. La causa es la cifra de empleados que podrán subrogarse.

El germen del conflicto es que Abertis y Fomento no se han puesto de acuerdo respecto a los empleados de Aumar que seguirán

Inicialmente, Abertis y Fomento intentaron ponerse de acuerdo en el número de empleados de Aumar que seguirán trabajando en la autopista cuando ya no haya peajes, con el nuevo operador, pero no lo consiguieron. El retraso en la publicación de los pliegos del concurso provocó que la compañía presentara el ERE, para 140 empleados, sin saber la cifra de Fomento. Días después, cuando el ministerio hizo pública la licitación, las cifras no cuadraban.

José Luis Ábalos y su equipo rebajaron la cifra de empleados subrogados de Abertis. No hay mucha diferencia, 12 trabajadores, pero supone que hay 12 personas en riesgo de quedar en un limbo. Si la compañía no las incluye en el ERE y el nuevo contratista tampoco las quiere en la infraestructura cuando tome el control, quedarán en una situación de desamparo laboral y legal.

Abertis busca soluciones a ello. Piensa en posibles recolocaciones pero no tiene intención de modificar la cifra de su ERE, según apuntan fuentes de las negociaciones. Una vía que explora es recurrir el pliego de condiciones del concurso para que se ajuste a su cifra. Así lo admitió a los sindicatos en las reuniones del expediente y lo dejó en acta. Fuentes de la multinacional admiten que esta opción está en estudio.

Tanto la empresa como algunos sindicatos piensan en el recurso, pero CCOO, central mayoritaria en las autopistas de Abertis, ve con preocupación esta deriva. Creen que el recurso de la compañía que dirige José Aljaro puede poner en cuestión todo el mecanismo de subrogación y, por tanto, dejar a los 297 empleados de Aumar sin trabajo. Para este sindicato, sería preferible que Abertis ajustara la cifra del ERE a la lista de Fomento y negociara las condiciones.

Impugnar retrasará el contrato de la AP-7 y la AP4

Tras iniciar con retraso la licitación del mantenimiento de la AP-7 sur y la AP-4, lo peor que le puede pasar al Ministerio de Fomento es que se impugnen los pliegos del concurso. Esto lo paralizaría todo y retrasaría sine die la adjudicación del nuevo contrato. Debería primero resolverse el punto de conflicto y después reanudar el proceso, lo que duraría meses.

Un caso parecido ocurrió a principios de año con la AP-1 de Burgos a Ávila. La impugnación de uno de los puntos de los pliegos congeló el concurso durante meses y lo que debía resolverse en el primer trimestre se ha terminado adjudicando hace pocas semanas. Mientras tanto, se resolvió con un contrato de emergencia con Itinere, la empresa que gestionaba la autopista hasta el fin del peaje.

La opción del contrato de emergencia para la AP-7 y la AP-4 se da ya por hecha. Como los cinco tramos en los que Fomento ha dividido estas autopistas no estarán todavía adjudicados para su mantenimiento, se encargará otra empresa en el intervalo entre el fin del peaje y la llegada del nuevo contratista.

Ante este escenario, la opción más lógica parece ser que la propia Aumar —o alguna otra filial de Abertis— mantenga el contrato de emergencia, como sucedió con la AP-1, donde el operador hasta ese momento continuó hasta la adjudicación definitiva. ¿Pero qué hará Fomento si debe planear una situación de interinidad más larga de lo previsto por un recurso precisamente de Abertis? ¿Dará el contrato a la empresa que ha provocado la situación? Es una incógnita.

Respecto al ERE de Aumar, las negociaciones entre la empresa y la plantilla siguen y son ajenas a si hay un contrato de emergencia o no. Abertis no se mueve de la cifra y ofrece la indemnización máxima, equivalente al despido improcedente, para convencer a los trabajadores. Los sindicatos temen que se puedan producir situaciones de inseguridad jurídica que dejen a los empleados indefensos, pues el ERE debe ejecutarse el 31 de diciembre aunque el concurso no se haya resuelto.

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