Danone invierte 1,5 millones en mejorar la alimentación en la escuela

Alimentando el cambio lanza un programa para mejorar los hábitos de alimentación en la escuela que tendrá una inversión de 1,5 millones impulsada por Danone

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«La obesidad es la pandemia del siglo XXI». Así de contundente es el doctor Francisco Tinahones, experto en el estudio de esta enfermedad y presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO). Se trata de un problema que comienza desde la infancia y que debe controlarse mejorando los hábitos alimenticios.

Alimentando el cambio lanza una iniciativa pedagógica que busca promover cambios de comportamiento hacia hábitos de alimentación e hidratación más saludables. La iniciativa empieza en el curso 2019-2020 y se centra en los colegios y en las clases de primaria. Esta contará con una inversión de 1,5 millones de euros impulsada por Danone.

En Alimentando el cambio participa Danone junto con la Fundación Ashoka, la Fundación Trilema y la SEEDO. «Alimentando el cambio busca impactar positivamente en la alimentación, salud y bienestar de las nuevas generaciones». De hecho, según los datos que arrojan, el 41% de los niños entre seis y nueve años tienen sobrepeso o padecen obesidad.

De los 1,5 millones de inversión a tres años, Danone aporta dos tercios y un tercio es de la Fundación Trilema

La iniciativa se estructura a través de tres grandes áreas de actuación: en la escuela, en los puntos de venta, y en la comunidad, facilitando el acceso a hábitos más saludables. La fase en la que se encuentra el proyecto ahora se centra principalmente en las escuelas.

Para ello, se utiliza la inversión de 1,5 millones de euros a tres años. De esta cantidad, dos tercios serán aportados por Danone -a través de sus filiales locales de aguas y lácteos y del fondo Danone Ecosystem- y un tercio por la Fundación Trilema.

El objetivo, según Alimentando el cambio, es que el programa desarrolle la autonomía infantil para que sea él el que pida una dieta más saludable. Aumentar la hidratación y mejorar la alimentación son resultados, no objetivos.

Formar a los monitores del comedor

En la propuesta se incluye dos actuaciones. Una de ellas es un programa qque se puede hacer en clases de tutoría, educación física, conocimiento del medio o los nuevos programas de valores. En este se aportan los materiales necesarios para formación del profesorado, las familias y los niños, que «deben ser los protagonistas del cambio».

La otra actuación es un curso online para monitores de comedor y de ocio y tiempo libre. Son 550 horas de formación para que estén preparados sobre hábitos salidables. Según Carmen Pellicer, fundadora y presidenta de Trilema, existen dos problemas básicos en este sector. 

Uno es que no hay una regulación, es decir, «cualquiera puede ser monitor de comedor sin ninguna formación». Y el segundo es que las condiciones laborales y horarios son muy precarios, por lo que «es normal que estos profesionales cambien y buscar un modelo más estable debería ser el objetivo».

El proyecto empieza con un pilotaje en 15 escuelas y en algunos países de América Latina y México. Así, la ambición del proyecto es llegar a un impacto en siete años más de 2 o 3 millones de niños en estos territorios, a 7.999 escuelas de infantil y primaria -el 50% de las escuelas en España- y formar a 8.000 monitores de comedor.

Aún así, Pellicer recuerda que «la escuela tiene un impacto limitado». «Esperar que un programa cambie los hábitos de las familias es irreal. Es limitado, tiene que ir acompañado», sentencia.

Economía Digital

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