El fondo Palamon designa a Moya-Angeler consejero de Sarquavitae

El ejecutivo imputado en el 'caso de los ERE' de Andalucía y que utilizó un crédito público para un negocio privado se incorpora a la dirección del grupo de residencias de la tercera edad

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El grupo Sarquavitae, uno de los líderes en España en el negocio de los centros y residencias para la tercera edad, contará en su consejo de administración con la presencia de Joaquín Moya-Angeler, un antiguo ejecutivo de Indra que admitió haber utilizado un crédito público para fines distintos a los de su concesión y sobre el que pesa la condición de imputado en el caso de los ERE de Andalucía.

Moya-Angeler representará en el consejo al fondo de inversión británico Palamon, uno de los tres accionistas principales de Sarquavitae. La empresa de residencias para la atención a la tercera edad factura alrededor de 267 millones de euros. Además del capital riesgo, los accionistas de referencia son Confide (Higinio Raventós es su presidente), con un 28%; y la familia Gallardo (Laboratorios Almirall), con otro 18%; además de un 5% en posesión de profesionales del equipo directivo.

Inscrito en el registro

La incorporación de Moya-Angeler ya ha sido inscrita en el registro mercantil y se prevé que comience en los órganos de gobierno del grupo sanitario en breve, según han confirmado fuentes empresariales conocedoras de la operación.

Moya-Angeler es un empresario vinculado con el ex presidente Felipe González y con la antigua administración socialista. De hecho, sus buenas relaciones con ese partido le han permitido presidir la Corporación Tecnológica de Andalucía y formar parte del consejo rector de la agencia IDEA, ambas impulsadas por la Junta de Andalucía. En virtud del segundo de los cargos, la juez Mercedes Alaya ha decidido su imputación en el caso de los ERE y le ha fijado una fianza de responsabilidad civil por importe de 152.950 euros.

Crédito y alquiler irregular

Con anterioridad, formó parte del consejo de administración de la empresa tecnológica Indra. Durante ese periodo recibió un crédito del Ministerio de Ciencia y Tecnología (con Cristina Garmendia al frente) de 4,78 millones de euros. El préstamo estaba dirigido a la creación de un centro de innovación de una de sus empresas, Red Tecnológica de Servicios de Asistencia Sanitaria (Redsa).

El empréstito se utilizó, sin embargo, para la construcción de un edificio de 4.000 metros cuadrados en Málaga y no a la finalidad inicialmente prevista, tal y como reconoció el propio Moya-Angeler. Poco después, el inmueble se alquiló por un precio de unos 22.000 euros al mesa a Indra, la empresa de la que fue consejero hasta 2010.

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