Grifols va al asalto de China sin poner un euro

La farmacéutica catalana quiere integrar su división de diagnóstico al grupo asiático para así no tener que incrementar su ya elevada deuda

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Con una deuda de 5.781 millones de euros, la farmacéutica catalana Grifols tenía complicado expandirse con la compra de nuevas empresas sin disparar el tamaño del agujero. La empresa anticipó en mayo su interés por el mercado chino y este miércoles anunció que ya trabaja para llevar a cabo sus planes a pesar de la limitación: quiere controlar la empresa de hemoderivados Shanghai RAAS a cambio de hipotecar la división de diagnóstico, su segunda unidad de negocio.

La empresa explicó en un comunicado que se encuentra en negociaciones con la cotizada asiática. “La alianza se realizaría mediante la integración de Grifols Diagnostic Solutions y sus subsidiarias y supondría la toma de control en la compañía”, aclaró. Es decir, el departamento en su totalidad pasaría a formar parte del grupo chino, que estaría dominado por la empresa copresidida por Raimon Grífols y Víctor Grífols.

La sociedad española valora la división, que hasta septiembre representaba el 15% de su facturación, en 5.000 millones de dólares –4.390 millones de euros al cambio actual—. Si Shanghai RAAS vale en bolsa unos 12.300 millones de euros, a Grifols le pertenecería alrededor del 30% de la nueva compañía.

Con las conversaciones ya en marcha, el acuerdo podría cerrarse durante el primer semestre de 2019. «No cambiaría la actividad que actualmente Grifols desarrolla en China», garantizan desde la empresa.

Shanghai RAAS cuenta con 41 centros de donación de plasma y su capacidad de fraccionamiento supera los 2 millones litros de plasma al año. Además, quiere «diversificar su negocio hacia el sector del diagnóstico, con especial interés en la tecnología NAT», 

El viraje de Grifols hacia China

 

El anuncio llega después de que el pasado mes de mayo, la empresa ya anunciara la alianza con la firma china Boya-Bio Pharmaceutical, especializada en la producción de medicamentos de plasma, para abrir centros de donación en el país. La inversión estimada es de 50 millones de euros y disparó la importancia del gigante asiático para el negocio, que hasta el momento suponía el 4% del total.

La apuesta por China representa un viraje a la estrategia de la empresa, que extrae prácticamente todo el plasma en Estados Unidos. Ahora, en cambio, busca proveedores en Asia y Europa, por lo que también adquirió la alemana Haema hace pocos meses. Con la operación, la sociedad ya sumó 35 centros de captación a los 190 con los que cerró 2017.

No obstante, Grifols no puede recurrir a la deuda para crecer. La farmacéutica familiar cerró el tercer trimestre de 2018 con un déficit que alcanzaba los 5.781 millones de euros, más que los 5.560 millones en los que terminó el primer semestre o los 5.244 millones del pasado mes de septiembre.

De este modo, el ratio con el Ebitda –una métrica para medir la salud financiera de una empresa– es ya de 4.58 veces frente a las 3,98 veces en las que se situaba en el mismo momento del año pasado o las 3,55 veces de 2016. «La gestión del endeudamiento es una prioridad para la compañía”, explican en la empresa siempre que se les pregunta. Para disipar dudas lucen líneas de crédito no utilizadas por valor de 400 millones y una liquidez que cifran en 1.000 millones.

Grifols ganó 468,3 millones de euros hasta el pasado mes de septiembre, una subida del 8,5% respecto al mismo periodo del año anterior que se produjo con unos ingresos prácticamente idénticos: 3.263,9 millones, el 0,4% más que en los nueve meses comparables. 

Carles Huguet

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