Las amenazas de Trump a España y los aranceles disparan a 9.500 millones el déficit comercial con EEUU

La balanza comercial se inclina del lado norteamericano con casi 3.000 millones más que hace un año, debido a las menores ventas españolas a Estados Unidos

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen; y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. ECONOMÍA DIGITAL

Las relaciones comerciales de las empresas españolas con Estados Unidos, y viceversa, no pasan por su mejor momento. Y no solo por los ataques del presidente Donald Trump a España por el gasto en Defensa. El acuerdo que rubricó la Unión Europea con la Casa Blanca, que fijó un arancel del 15% a la mayoría de productos procedentes de los Veintisiete, ha eliminado parte de la incertidumbre que estaba arrastrando a la economía, pero esta subida de impuestos ya lastra las ventas al otro lado del Atlántico.

En el mes de agosto, las exportaciones cayeron más de un 30%, comparado con el mismo periodo del año pasado y coincidiendo con la entrada en vigor de estas tarifas (sin contar algunas que ya se aplicaban, como las del acero o el automóvil). Los datos publicados este jueves por el Ministerio de Economía arrojan unas ventas de bienes españoles a Estados Unidos por valor de 967 millones de euros, frente a los 1.394 millones que se exportaron en el mismo mes del año pasado.

Pero este fenómeno no se limita al mes de agosto: a lo largo de todo el año, singularmente desde que Trump volvió en enero a la Casa Blanca enunciando «arancel» como la palabra más bonita del diccionario, las relaciones comerciales con Estados Unidos se han ido debilitando. Al menos, en cuanto a las ventas españolas.

Entre enero y agosto de 2025 se han vendido mercancías españolas por valor de 11.271 millones de euros. En los mismos ocho meses de 2024, esta cuantía fue de 12.341 millones. Es decir, en lo que va de año se han enviado 1.070 millones menos.

A la inversa, el valor de las compras españolas a Estados Unidos ha pasado de 19.244 millones en 2024 a 20.755 millones hasta agosto de este ejercicio: 1.500 millones más.

Así, el saldo comercial (la diferencia entre las ventas y las compras) arroja un déficit de 9.500 millones, un 37,7% más que hace un año y marcando registros históricos en las relaciones con Washington, ya que apenas llegaba a los 1.000 millones antes de la pandemia de COVID-19. En términos anuales, entre 2015 y 2019 rondaba los 1.300 o 1.700 millones, cifras muy alejadas de la actualidad.

El punto de no retorno llega en 2022 con la invasión rusa de Ucrania. El gas ruso barato deja de fluir a la Unión Europea y España comienza a importar gas natural licuado (GNL) procedente de Estados Unidos para, a través de la red de regasificadoras, exportarlo al resto de los Veintisiete. Si bien el precio y el peso ha bajado mucho desde entonces, se ha mantenido relativamente constante en la balanza comercial. En 2022 fueron 16.000 millones en compras de productos energéticos. En lo que va de año, algo más de 7.100 millones.

Si las compras se mantienen más o menos constantes, pero las ventas se debilitan por mor de los aranceles, la brecha comercial no deja de crecer. Solo en lo que llevamos de 2025, ya supera el déficit acumulado en 2023 (9.319 millones). Y romperá el récord batido el año pasado (10.013 millones). Más dudas hay que alcance la excepcionalidad del año 2022 (14.809 millones).

Y, además, el actual contexto diplomático no parece el más propicio para que las empresas estadounidenses apuesten por los productos ‘made in Spain’, más allá del aceite de oliva y otros productos agroalimentarios. No solo por los costes de los aranceles. También por los ataques constantes de Trump a España desde la Cumbre de la OTAN en La Haya del pasado junio, cuando el presidente Pedro Sánchez consiguió una ‘excepción ibérica’ en el compromiso de gastar un 5% del producto interior bruto (PIB) en Defensa, algo que el mandatario estadounidense aún no ha perdonado.

«Creo que tendrá que hablar con España. Creo que no es un jugador de equipo. Así que, con la excepción de España, todos están cumpliendo al 100%, y usted podría resolver el problema de España muy fácilmente», le dijo Trump al secretario general de la OTAN, Mark Rutte, este miércoles durante una atención a medios en la Casa Blanca.

Trump ha amagado con aranceles adicionales a nuestro país, algo complejo pero viable. No puede aplicarlos a España como tal, ya que forma parte del bloque comercial de la Unión Europea. Pero sí puede acotar determinadas denominaciones de origen o procedencias para perjudicar a productos españoles. Ya sucedió en su primer mandato con la aceituna de mesa.

Lejos de querer entrar en polémicas, Sánchez respondió a las declaraciones asegurando que España «es un país fiable». «El presidente Trump sabe que, desde que yo soy presidente del Gobierno de España, no solamente estamos cumpliendo con nuestras obligaciones y nuestras capacidades hoy, sino que además hemos cumplido con incumplimientos de otras administraciones», dijo desde Bruselas a su llegada a la reunión de líderes europeos.

Quizá por eso el Gobierno se ha comprometido también a comprar armamento estadounidense para donárselo a Ucrania. Para que la amarga píldora del no-gasto en Defensa sea más fácil de tragar.

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