Draghi, defensor de la inversión privada europea en un foro con Reynés (Naturgy) y Alberto Nadal (PP)
Draghi, en una conferencia de la mano de IESE y Fundación Naturgy, lamenta que 500.000 millones de inversión y ahorro europeo se va fuera de la UE por las dificultades regulatorias o para crecer
El expresidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi. Foto: Alejandro Martínez Vélez / Europa Press
Telefónica y la presentación de sus resultados a manos de Marc Murtra no fue lo único que sacudió este martes la agenda económica y empresarial de Madrid. Una conferencia de Mario Draghi, ex presidente del Banco Central Europeo, colgó el cartel de lleno total en la escuela de negocios IESE, en la cátedra «Energy Prospectives», que impulsa la Fundación Naturgy.
En palabras del presidente de Naturgy, Paco Reynés, nunca antes uno de sus eventos había acaparado tanta atención, alcanzando 300 asistentes entre directivos y empresarios. Pero no solo. En la audiencia se dejaron ver representantes del poder político y económico del país. Entre ellos, Alberto Nadal, nuevo responsable económico del PP de Alberto Núñez Feijóo.
Informe Draghi
El protagonismo de Draghi, también ganador recientemente del premio Princesa de Asturias, está en máximos en el tejido empresarial europeo desde que presentara hace un año el paper para la Comisión Europea el llamado Informe Draghi, un diagnóstico sobre la situación económica de la Unión Europea y 383 iniciativas para revertirlo. Tras doce meses, la percepción del banquero italiano no es eufórica, tras constatar que apenas se han llevado a cabo el 11% de sus propuestas.
En el último año, con la aparición de los aranceles comerciales y el recrudecimiento del proteccionismo industrial, Europa se está quedando rezagada en la fijación de políticas de Estado, ante el rápido avance de Estados Unidos o China. En este sentido, Draghi reconoce la dificultad de impulsar cualquier iniciativa en el mercado de los 27 donde se busca la «unanimidad», pero sí apostó por lo que él llama «la coalición de los dispuestos», acuerdos estratégicos entre un grupo de Estados miembro que probablemente terminarán por arrastrar al resto.
Draghi señaló como ejemplo la movilización de recursos en Defensa que están llevando a cabo algunos países europeos y las iniciativas estratégicas del sector público-privado. Hay que recordar que, al calor de las importantes inversiones en industria militar. La española Indra y la italiana Leonardo exploran una joint venture en ciberseguridad y defensa, y gigantes europeos como Airbus, Thales y la propia Leonardo ultiman un proyecto común para competir en el espacio con SpaceX o Starlink de Elon Musk.
Draghi y las debilidades de la UE
Europa tiene tres debilidades: su aperturismo a los mercados exteriores, su dependencia a las materias primas y su dependencia tecnológica. Para ello Draghi reclama inversiones de hasta 1,3 billones de euros en sectores estratégicos para impulsar la productividad y el crecimiento económico. O bien lanzar una batería de iniciativas legislativas que simplifiquen la regulación y consigan superar la fragmentación en el mercado de capitales y los 27 obstáculos que suponen enfrentarse a 27 distintas regulaciones en la UE.
Como muestra, Draghi expuso que más de 500.000 millones de euros salen todos los años de Europa en busca de mayores rendimientos, algo que solo pueden ofrecer mercados más competitivos. De ellos, 300.000 millones de ahorro van directamente a Estados Unidos mientras que otros 200.000 millones al resto del mundo.
Draghi reclama una reforma en profundidad del mercado de capitales, así como del mercado energético, que coadyuve a esa competitividad. A nivel de inversión, afeó la estrategia de inversión pública europea: «En Europa, siempre tenemos que dar un poco de dinero a todo el mundo, y no es así como se hacen inversiones que sean transformadoras», aseguró el expresidente del BCE, y abogó por una política industrial «pragmática» y selectiva que fije bien ciertas prioridades de inversión.
Reforma energética
Draghi urge a avanzar en una reforma inmediata para garantizar que los costes energéticos en Europa sean competitivos. Según el expresidente del BCE, resulta esencial que la UE acelere la transformación del mercado energético, pues el trilema ha cambiado de prioridades y ahora cuenta tanto el precio como el origen de la energía.
En la Unión Europea, los permisos para desarrollar infraestructuras pueden tardar hasta nueve años en aprobarse, principalmente por una gobernanza excesivamente fragmentada. El informe plantea asociar precios a contratos de largo plazo y revisar los contratos por diferencia, agilizar la concesión de permisos y convertir la financiación pública conjunta en la norma para los proyectos de interés europeo, con el fin de reducir cuellos de botella, mejorar la seguridad y los costes, y apostar por la neutralidad tecnológica.