Los expertos lo advierten: cuidado a la hora de compartir décimos de Lotería de Navidad por WhatsApp
Con WhatsApp adquiriendo una importancia cada vez mayor en nuestro día a día, varios expertos recomiendan tomar precauciones a la hora de compartir décimos por esta aplicación
Muchas personas adquieren un solo décimo o incluso participaciones menores, lo que permite compartir la ilusión
Con el día del Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad a la vuelta de la esquina, es una obviedad que la mañana del 22 de diciembre estará marcada por la clásica ilusión navideña para miles de españoles… y un golpe de gran fortuna para unos pocos que verán como su vida mejora de forma notable al ser los agraciados de ese anhelado premio Gordo.
En este sentido, y de entre todas las prácticas que resultan habituales en estas fechas tan señaladas, la de compartir un décimo entre familiares, amigos o compañeros es una de las tradiciones más antiguas de la Lotería. Sin embargo, con el inexorable avance de la tecnología, estas conversaciones se han simplificado y trasladado a un simple WhatsApp. Pero, ¿es realmente válida esta vía?
Las advertencias de los expertos respecto a compartir décimos por WhatsApp en la Lotería de Navidad

Una pregunta a la que han respondido expertos en Derecho Civil y asociaciones de consumidores advierten de los riesgos que implica confiar únicamente en mensajes informales. El doctor Vicent Josep Sorrenti, en declaraciones al diario La Voz de Galicia, junto a organizaciones como OCU, coinciden en que la falta de pruebas claras puede derivar en conflictos legales difíciles de resolver.
La recomendación principal es prevenir problemas antes del sorteo, dejando constancia verificable del acuerdo entre los participantes. En este sentido, y en respuesta a la pregunta inicial, la respuesta es clara: no. Enviar únicamente una imagen del décimo por WhatsApp no acredita que esté compartido. Según el profesor Sorrenti, “una simple fotografía, sin aportar más datos, resulta insuficiente para acreditar que el décimo es compartido por varias personas”.
Tal y como asegura el experto, para que exista una prueba mínimamente sólida, el mensaje o documento que acompañe a la fotografía del décimo debe recoger datos muy concretos. Es imprescindible que figure el número del décimo, así como la serie, la fracción y la fecha del sorteo. Además, deben constar la identidad de todas las personas copropietarias, el porcentaje o la cantidad que juega cada una y quién actúa como depositario del décimo.
Sin embargo, son muchos los casos en los que no se solicita información adicional por exceso de confianza o por cierta incomodidad, una actitud que puede salir cara si la suerte acompaña. Y es que tal y como subraya el experto, da igual que el acuerdo se comunique por WhatsApp, correo electrónico o en soporte físico; lo relevante es que exista un rastro verificable del pacto alcanzado entre los participantes.
¿Qué pruebas puedes aportar y qué ocurre si se borra la conversación?
Del mismo modo, el experto afirma que un mensaje de confirmación, un emoji de pulgar arriba o una captura de pantalla sí tienen valor, pero se consideran pruebas débiles si no van acompañadas de indicios más sólidos. Conviene recordar que el décimo es un título al portador, lo que significa que cobra el premio quien lo posee físicamente. Si el depositario decide quedarse con todo, solo será posible reclamar si se demuestra que el décimo era compartido.
Por otro lado, en lo que respecta a las conversaciones perdidas, la realidad es que borrar el chat no implica perder toda opción de reclamar. Las conversaciones de WhatsApp tienen valor probatorio, pero también pueden servir como prueba los pagos realizados o los testimonios de terceros. Además, la eliminación del chat puede interpretarse como un indicio de mala fe por parte de quien pretende apropiarse del premio.
Como medida preventiva, los expertos recuerdan que es posible exportar las conversaciones a la nube para conservarlas. Un pequeño gesto que puede marcar la diferencia si el décimo compartido resulta agraciado. Y es que en una época basada en la ilusión, en la felicidad y en compartir… no vale la pena arriesgarse a perderlo todo por un exceso de confianza en las personas y en las nuevas tecnologías.