El BCE alerta de que la inflación puede seguir al alza en 2023

El organismo se reafirma en su política monetaria para rebajar las subidas de precios y seguirá subiendo los tipos de interés

Christine Lagarde, presidenta del BCE./ EFE

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El Banco Central Europeo avisa de un riesgo «alcista» para las perspectivas de inflación si vuelven a aumentar los precios minoristas de la energía y de las materias primas energéticas y alimentarias.

Según el séptimo boletín económico del año publicado este jueves, el organismo considera que «la inflación puede resultar superior a lo previsto» si las subidas en esos segmentos se trasladan a los precios de consumo. Y más aún, si a esto se le suma «un empeoramiento persistente de la capacidad de producción de la economía de la zona del euro» o «aumentos salariales superiores a los previstos».

Por el contrario, una caída en los costos de la energía y un mayor debilitamiento de la demanda reducirían las presiones sobre los precios. Por ello, el BCE se reafirma en su política monetaria: seguirá subiendo los tipos de interés, según acordó su Consejo de Gobierno el pasado 27 de octubre, para «garantizar el retorno oportuno de la inflación a su objetivo a medio plazo». Objetivo que el organismo fija en el 2%, muy lejos todavía del 9,9% en el que se situó la Eurozona en septiembre, reflejando nuevos aumentos de todos los componentes.

Este análisis contrasta con el del Gobierno de España, que asegura que la inflación se mantendrá en senda descendente. «La inflación está ya en una senda descendente en el caso de España y se situó el mes pasado un punto por debajo de la media de la zona euro y dos puntos por debajo de la Unión Europea», afirmó la vicepresidenta primera, Nadia Calviño, el pasado 19 de octubre.

«Un lastre adicional»

El BCE atisba también que el debilitamiento de la economía mundial «podría ser un lastre adicional para el crecimiento de la zona euro». Señala como causas la «persistente incertidumbre geopolítica», especialmente por la guerra en Ucrania, y el endurecimiento de las condiciones de financiación.

En concreto, explica que «es probable» que la actividad económica de la zona euro se haya desacelerado significativamente en el tercer trimestre de 2022 y que espera «un mayor debilitamiento en el resto de 2022 y principios de 2023». El gasto y la producción se estaría «desacelerando» por la alta inflación, después de un sólido desempeño en trimestres anteriores, cuando se reabrieron los sectores más afectados por las restricciones relacionadas con la pandemia. Y los indicadores basados ​​en encuestas para nuevos pedidos en el sector manufacturero están cayendo. 

Además, han empeorado los intercambios para la zona euro, ya que los precios pagados por las importaciones aumentan más rápido que los recibidos por las exportaciones, lo cual está «lastrando los ingresos» de los países europeos.

Cristina Dolz

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